Los españoles, cada vez más concienciados con el pago de impuestos

A menos de dos semanas de que comience de manera oficial la campaña de la renta (se estima que se presentarán casi 20 millones de declaraciones del IRPF) es bueno saber qué piensan los españoles del pago de impuestos y, pese a lo que pudiera pensarse, a la luz de sus respuestas parece que están cada vez más concienciados con esa obligación. Y como muestra baste decir que solo un 9% piensa que viviría mejor sin tener que cumplir con Hacienda y rascarse el bolsillo.

Lo dice el último barómetro fiscal elaborado por el Instituto de Estudios Fiscales (IEF), organismo que depende precisamente del Ministerio que dirige Cristóbal Montoro y que lleva 22 años realizando esta encuesta entre los contribuyentes. Eso sí, como era de esperar a tenor de los resultados en ejercicios anteriores, no se reduce el número de personas que creen que el pago de impuestos ha empeorado. Tres de cada cuatro lo ven así, una tendencia que no ha dejado de crecer desde principios de la crisis. Fue en 2008 cuando ambas posturas casi se equilibraron –a principios de siglo, por ejemplo, casi el 80% pensaban que el cumplimiento fiscal estaba «mejorando»- y a finales de 2011, cuando en España comenzaba su última recesión económica, ya se había dado la vuelta a la situación y más del 70% opinaban justo lo contrario.

Solo un 26% percibe una evolución positiva en esas obligaciones tributarias, aunque lo hace debido a un factor técnico -las mayores retenciones en los salarios-, otro político –un incremento de la labor inspectora desde Hacienda- y el último social –la propia conciencia cívica de los ciudadanos-. Para el 74% restante la gente cumple peor con el fisco que hace un año. De hecho, prácticamente nueve de cada diez contribuyentes (el 87%) estima que el fraude fiscal ha aumentado.

Sin embargo, Hacienda no lo ha notado igual en sus arcas a la vista de sus últimos resultados en ese apartado. En 2017 recaudó 14.972 millones de euros a través de los distintos mecanismos de lucha contra ese fraude, un 0,6% menos que el ejercicio anterior, aunque ese montante duplica el que se obtenía al principio de la crisis (7.434 millones en 2007). Sí se ha reducido, no obstante, la deuda pendiente de pago a la Agencia Tributaria, que cerró el año en 42.365 millones tras un descenso del 7,5%, el mayor desde que la morosidad con el fisco alcanzara su máximo en 2014 con 50.226 millones, de nuevo casi el doble que en 2007 (26.652 millones).

Con este panorama, es normal que siete de cada diez españoles (el 71%) consideren que el fraude fiscal no se puede justificar. Llama la atención en cualquier caso que uno de cada cinco (el 20%) introduzca matices al respecto, por ejemplo, si determinadas circunstancias en la vida personal o en el devenir económico de una empresa hacen que evadir en parte esas obligaciones permitan seguir adelante y no echar el cierre. Curiosamente, son los ciudadanos más jóvenes los más permisivos en ese aspecto.

Pero, ¿quiénes defraudan realmente? Pues, obviamente, la respuesta la tiene la Agencia Tributaria. Para los propios contribuyentes, no obstante, los primeros serían los empresarios (son nombrados en primer lugar por ocho de cada diez personas encuestadas por el IEF), seguidos de los profesionales liberales (en un 18%), los trabajadores autónomos (12%) y los rentistas (citados por una de cada diez personas). Los asalariados, por su parte, solo aparecen destacados en un 2% de los casos, mientras que los agricultores figuran en el 5%. Además, dos de cada tres españoles (el 68%) piensa que hay colectivos que de forma recurrente defraudan a Hacienda.

Claro que si se mira la opinión de cada colectivo concreto, el factor subjetivo parece dejarse notar. Así, aunque todos sitúan en primer lugar bajo sospecha a los empresarios, los empresarios casi sitúan a la par a «otros» grupos no citados de forma expresa, entre ellos los inactivos -esto es, los desempleados- por entender que entre ellos existe una tendencia apreciable hacia la economía sumergida.

Retomando la consideración de que solo una minoría prefiere no pagar impuestos, nueve de cada diez (el 89%) de los españoles ve a Hacienda «necesaria para la sociedad». Incluso el 81% tiene una valoración positiva de la capacidad que tiene la Agencia Tributaria para resolver sus problemas. Ahora bien, ¿para qué sirve su dinero y, más aún, está realmente bien empleado? Pues precisamente para costear los servicios públicos y también las distintas clases de prestaciones, pues el rechazo a que puedan ser gestionados e incluso financiados por la iniciativa privada es generalizado.

El 79% de los contribuyentes quiere que lo público no salga de ese ámbito, y como mucho un 5% se plantearía algún tipo de colaboración privada en la sanidad, las infraestructuras y los transportes. Precisamente los servicios sanitarios son donde más se justifica el pago de impuestos, en concreto seis de cada diez españoles así lo piensa -el siguiente sería la educación, pero solo con un 8% de apoyos-. A la vez, el 51% opina que son los más adecuados al dinero que se paga a Hacienda, aunque casi dos de cada diez (el 18%) considera que ninguno llegaría a esa condición, incluidas las pensiones y las ayudas al paro, dos temas de reivindicación persistente en la sociedad.