Indra allana la integración de Escribano con una mayoría del consejo favorable
La cúpula de la cotizada estudia este martes los primeros informes sobre la idoneidad de la operación con el objetivo de lograr «una salida sin aspavientos»
Indra avanza con paso lento pero firme en la integración de EM&E en su holding para formar «un gigante europeo en el sector de ... la defensa». La empresa familiar de los Escribano, objetivo de la cotizada desde hace varios años, está cerca de ser parte de la compañía con sede en Alcobendas (Madrid), salvo cambio de última hora. Este martes el consejo de administración debatirá un informe preliminar de la comisión ad hoc creada antes de verano para dar el visto bueno a la operación y cumplir punto por punto los criterios de buen gobierno, evitando posibles incompatibilidades a la hora de integrar la empresa familiar del presidente de Indra y de su hermano, a su vez también consejero de la cotizada.
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«No es el informe definitivo», aseguran fuentes cercanas a la compañía. Pero servirá para definir las posturas de cada uno de los miembros de la cúpula, aunque parece que ya son agua pasada los «aspavientos» y tensiones vividas en julio, en un consejo áspero y duro que provocó la salida de varios consejeros independientes y la creación por unanimidad de esta comisión para supervisar la operación.
Con la vista puesta en noviembre, el equipo de Escribano ha ido limando asperezas dentro del consejo en la medida en que les ha sido posible. Tras aquel encuentro complicado, el presidente de Indra ha conseguido recabar más apoyos con la salida de varios consejeros y la llegada de nuevos nombres, más cercanos a sus planes de futuro. El cambio se completará en octubre, concretamente el día 28, con el vencimiento de otros cinco mandatos, entre los que se encuentran los de Bernardo Vilazán, Virginia Arce, Belén Amatriain, Coloma Armero y Olga San Jacinto, estas tres últimas contrarias a la operación. Posiblemente los nuevos nombramientos se sumarán a los votos favorables de los miembros de la SEPI; del CEO de la compañía, José Vicente de los Mozos; y de Pablo Jiménez de Parga, en representación de Amber Capital, el fondo de capital riesgo del presidente de Prisa. Por el momento, en el lado contrario del consejo se sitúa Jokin Aperribay, que tiene el 8% del capital de Indra a través de Sapa Placencia.
Sin desacuerdos llamativos
Aunque la operación «está en pausa», como contó este periódico, el proceso sigue adelante buscando una «salida sin desacuerdos llamativos», explican fuentes de la compañía. La comisión presidida por Amatriain y compuesta por los también independientes Eva María Fernández y Oriol Piña trabaja por esclarecer los «posibles conflictos de interés», que «los hay», como afirmó José Vicente de los Mozos en la presentación de resultados del primer semestre del año.
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Los informes que hoy están sobre la mesa «son datos preliminares», aclaran fuentes de la operación. La transacción, que aún necesita encaje tanto legal como económico, cuenta con PwC, AZ Capital, Morgan Stanley y Renaissance como asesoría. El dictamen final se conocerá antes del 28 de octubre, previsiblemente, fecha en la que se cumple el mandato de Amatriain.
No obstante, aún queda por determinar cómo se llevará a cabo y si supondrá o no un desembolso de dinero -está pendiente de su encaje legal- y de cómo quedará el reparto accionarial de Indra: si los Escribano reducirán o no su posición en Indra para no rebasar la participación que mantiene actualmente la SEPI, situada en el 28%.
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La sociedad de los hermanos Javier y Ángel -consejero y presidente de la tecnológica, respectivamente- posee hoy un 14,3% de los títulos y planea alcanzar aproximadamente un 25% del capital. Todo depende de la valoración de la compañía, que se estima en torno a los 1.500 millones de euros, según fuentes del mercado, y que supondría un multiplicador de entre 8 y 12 veces respecto a los 127 millones de EBITDA de 2024.
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