El Gobierno Vasco advierte de que el Ayuntamiento de Azpeitia está poniendo «en riesgo» la reapertura de Corrugados

Sigue la polémica y el cruce de declaraciones entre el PNV y EH Bildu en torno a la posible reapertura de Corrugados en Azpeitia por parte del grupo extremeño Cristian Lay (CL). El último capítulo lo ha protagonizado este jueves la consejera de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, quien ha afirmado que no hay «ningún problema urbarístico» para retomar el proyecto de Corrugados en su antigua ubicación en la localidad urolatarra, gobernada por la coalición abertzale, sino que es un «problema político». Tapia ha realizado estas manifestaciones ante la posibilidad de que el ayuntamiento guipuzcoano pudiera convocar una consulta para que sean los ciudadanos del municipio quienes decidan sobre la ubicación de la compañía.

La consejera del Ejecutivo vasco ha afirmado que «si el ayuntamiento de Azpeitia y su población quiere desarrollar esa consulta popular, que se pronuncien y digan que prefieren una actividad urbanística al desarrollo de esa actividad industrial», ha asegurado. Arantxa Tapia ha añadido que es «lícito» y lo aceptan, pero ha asegurado que «no hay excusa para que esa actividad no se pueda desarrollar».

Incluso Tapia ha ido más allá al advertir que la actuación del Ayuntamiento de Azpeitia está «poniendo en riesgo» la posibilidad de la reapertura empresarial. Además, ha subrayado que el hecho de que el Consistorio esté planteándose la opción de someter este tema a una consulta popular evidencia que el proyecto es «legal». La consejera ha destacado que, una vez se ha recibido una propuesta un empresario dispuesto a reanudar la actividad de la antigua Corrugados en Azpeitia, el proyecto «podría arrancar en breve plazo con todas las garantías».

La consejera ha afirmado que la actuación del Ayuntamiento al obrar de esta forma es «incomprensible», y ha lamentado que el Consistorio no dé su «beneplácito» a un proyecto que sí cuenta con el apoyo del Gobierno Vasco y de la Diputación foral. Tapia ha subrayado que desde el Ejecutivo se ha trabajado para garantizar que se cumplen todos los requisitos medioambientales a la hora de reactivar este proyecto industrial, sobre el que ha destacado que se podría llevar a cabo realizando las inversiones y mejoras «correspondientes» para adaptar las instalaciones y garantizar «las mejores prácticas desde el punto de vista medioambiental».

El consistorio defiende, por su parte, trasladar la actividad fuera del núcleo urbano y llevar los hornos a la zona de Trukutxo. La intención de CL, por su parte, es poner en marcha la factoría dentro de seis meses, de ahí que la propuesta del ayuntamiento de Azpeitia de trasladar la actividad a un polígono industrial sea considerada inviable por costes y plazos. El grupo, además, ha trasladado a las instituciones que asume un riesgo económico importante con esta operación, porque aunque estima que los hornos y el resto de las instalaciones se encuentran en buen estado.

La noticia de la posible reapertura de Corrugados saltó a comienzos de mes, cuando se dio a conocer el interés del conglomerado industrial extremeño Cristian Lay (propietario de las instalaciones desde el año pasado) en resucitar el proyecto de la compañía radicada en Azpeitia, fabricante de barras de acero para la construcción. El grupo prevé invertir 50 millones de euros en la reapertura de la planta de Azpeitia y generar 700 puestos de trabajo, 200 directos y 500 indirectos, todo un acicate para una comarca afectada por la crisis provocada por la pandemia, porque generaría carga de trabajo en proveedores locales. No hay que olvidar que el cierre de la acería –acaecido a mediados de 2013– supuso un tremendo golpe para toda la comarca del Urola.

El ayuntamiento de Azpeitia realizó este pasado miércoles una reunión con los vecinos del municipio en la que la alcaldesa Nagore Alkorta explicó los detalles del proyecto de repertura de Corrugados y abogó por que «el asunto se resuelva de forma local». En ese contexto, asumió, no obstante, que en estos momentos no sería posible realizar una consulta popular al no tener aún el proyecto concreto de la empresa.