«Nuestro peso en la economía estatal se está reduciendo, hemos perdido atractivo»
eduardo zubiaurre, presidente de confebask ·
El líder de la patronal vasca advierte a LAB y ELA de que «sacar los tambores de huelga» es irresponsable y está «fuera de la realidad»Eduardo Zubiaurre (Eibar, 1962) repasa para DV la actualidad económica, y subraya que, dentro de una clara senda de recuperación, se presentan no pocos ... obstáculos, como el encarecimiento de la energía y las materias primas que, sumado a la falta de chips, representan «un gravísimo problema». El presidente de Confebask advierte de que Euskadi ha perdido posiciones y ha de recuperar atractivo de cara a los inversores, y destaca que la conflictividad sindical vasca frena la remontada y dificulta el futuro.
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–El Banco de España, la OCDE y el Gobierno ven el horizonte económico más despejado. ¿Comparte ese análisis Confebask?
–Vamos en la línea de lo que todo el mundo contemplaba. La vacunación ha ido aumentando y la movilidad ha mejorado. Eso ha permitido que la recuperación esté siendo fuerte a partir del segundo trimeste. El crecimiento en Euskadi rondará el 7% este año. Lo positivo es que la remontada está soportada en el consumo y la inversión, que está creciendo mucho. Los bienes de equipo y la máquina-herramienta, que tienen pedidos potentes, están invirtiendo. Además, hay financiación accesible.
«Es importante tener gestores de fondos de inversión que vivan aquí y generen arraigo»
–¿Cómo va a ser la Euskadi post-Covid? ¿Cuál será el coste?
–Es una crisis fuerte y, afortunadamente, corta. Hemos visto que se han acentuado las transformaciones que se venían dando en lo digital y en lo medioambiental o de la movilidad. ¿Una Euskadi diferente? Tampoco ha pasado tanto tiempo. Vamos a ver si el año que viene recuperamos el nivel de actividad prepandemia. Nos tendremos que enfrentar a nuestros retos y debilidades de siempre, como el tema demográfico o las grandes transiciones, que afectan a muchas empresas. En la medida en que acertemos tendremos una Euskadi próspera.
–¿Hay empresas zombis en el País Vasco? ¿Habrá sorpresas?
–El que antes de la crisis ya iba al tran tran, pues tendrá que ver. Hay una parte que no ha sido capaz de soportar las dificultades, pero en términos generales han aguantado, estaban sólidas y también se ha actuado rápido y con facilidades, con ERTEs y financiación. Sobre las zombis, como no ha habido posibilidad de ir a concurso de acreedores, alguna habrá...
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–¿Alguna grande en el alambre?
–Veo problemas en algunas, por todos conocidos. A ver si logran acuerdos y encuentran una solución. No veo ninguna grande que esté en el alambre.
–¿Y pequeñas?
–La vida empresarial incluye aperturas y cierres. Nadie tiene el futuro garantizado. Me vienen a la mente empresas que andan en dificultades, que ya andaban así, y no solo las que salen en los medios; sobre todo por su incapacidad de alcanzar acuerdos.
–Hemos visto resoluciones judiciales que han desmontado los ERTE planteados por algunas firmas en dificultades...
–Es muy preocupante y muy grave. Lanza un mensaje de una enorme inseguridad jurídica. En momentos en los que estás obligado a tomar medidas para ajustarte y tratar de dar viabilidad de la manera menos traumática posible, causa perpejlidad que haya resoluciones que te impidan hacer cosas contempladas en la legislación laboral. Es un freno para la actividad, la inversión y el empleo. No podemos lanzar el mensaje de que si vienen mal dadas vas a enfrentarte a tanta complejidad.
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–¿Sucede en todo España?
–Es un tema más local. Estaría bien que hubiera una clarificación a través del Tribunal Supremo o de alguien con autoridad.
–Y a eso se une el mensaje que lanzan LAB y ELA de un 'otoño caliente' de movilizaciones y hasta una posible huelga general...
–Sacar ahora los tambores de huelga me parece muy inoportuno y bastante irresponsable. Eso es estar fuera de la realidad. Hoy tenemos que centrarnos todos en la recuperación y prepararnos para los grandes retos que vienen. Esas llamadas al conflicto... No es el momento.
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–¿Las empresas fuera de Euskadi se enfrentan 'solo' a la crisis?
–Bueno, tenemos nuestras particularidades. Este ambiente sociolaboral es una desventaja. Necesitaríamos mejores relaciones y más tranquilidad.
«La falta de chips y el encarecimiento de las materias primas es motivo de gran preocupación»
–¿Y complica la remontada?
–Las dificultades que tienen empresas significativas del país lanzan un mensaje nada positivo. Tenemos que poder resolver situaciones graves de forma más positiva. Sobre todo por garantizar la viabilidad y el empleo. Cualquier otra cosa es perjudicial para todos. También para el país.
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–La recuperación viene ligada a una enorme deuda, que habrá que pagar. ¿Será el 2022 el último año antes de que empiecen a subir los impuestos?
–La mejor forma de pagar la deuda es creciendo en actividad, en empleo y en inversión. Vivimos en el espacio europeo, que es el que mayor presión fiscal tiene de todo el mundo. No sé cuánto más puede aumentar.
–¿Eso da para pagar la deuda?
–El efecto de la subida de impuestos se termina agotando y afecta también a la inversión y al empleo. España ya tenía sus problemas de déficit y deuda, y las ayudas solidarias de Europa vienen condicionadas... Hay que hacer reformas, reconducir el déficit y generar actividad. Vienen épocas de esfuerzos, de medidas, de reformas y de cambios.
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–¿Qué sucede con las ayudas directas estatales? No funcionan...
–No han llegado. Habrá que analizar por qué, pero en nuestra base asociativa no hay una gran demanda. Vamos a hacer una lectura positiva y pensemos que las empresas no las necesitan y van a ser capaces de seguir sin ellas.
–¿Debiera el Gobierno Vasco activar sus 50 millones con condiciones más laxas sin esperar a que se acabe el dinero estatal?
–Sin duda. Si eso ayuda a que la gente pueda acceder y garantizar así la viabilidad de las empresas. Totalmente de acuerdo.
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–En los últimos meses se ha desatado una tormenta perfecta con el encarecimiento de las materias primas, los chips, el transporte y la energía...
–Lo vemos con muchísima preocupación. Eso y el alargamiento de las entregas afecta a nuestras cuentas de explotación y a nuestra capacidad de servir los pedidos. Llega poco, tarde y muy caro. Es un motivo de grandísima preocupación. Ojalá sea coyuntural, pero justo en este momento... Vamos a ver cómo se ajusta el mundo.
–Y desaparecen los márgenes...
–¡Claro, claro! Afecta a la rentabilidad. La capacidad de trasladar esos incrementos de costes a precios y al mercado es limitada.
«El mercado eléctrico en España no ofrece la estabilidad de precios y las certezas de otros países»
Industria auxiliar vasca
–La automoción está parando sus fábricas. Eso para la industria auxiliar vasca es...
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–Esas empresas están sufriendo. Venían de una reactivación potente en verano, ya se veía que iba a haber problemas de suministro y costes, pero las ensambladoras están parando y aguas abajo están sufriendo mucho. Hay una inflación industrial muy importante y es motivo de gran preocupación. Hay actividad pero mucha dificultad para trabajar.
–El 'efecto sandwich', entre cliente y proveedor...
–El que esté con un proveedor que sube y un cliente que no le admite la subida va a sufrir. Y salvo que estés en un nicho muy concreto y con capacidad de negociación, cuanto más pequeño seas, peor. Además, todo lleva chips: los coches, la máquina-herramienta o los hornos de cocina. Todo. Y el origen de eso está en muy pocas manos, y lejanas.
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–Otra vez Europa descolocada...
–Sin duda. Y dependiendo de agentes económicos e industriales que se han ido preparando con el tiempo. Eso es otra debilidad que habrá que resolver.
–El precio de la energía es otro obstáculo. ¿Qué le parecen las medidas del Gobierno?
–La energía es estratégica para cualquier país, con influencia en la competitividad, la inflación... El funcionamiento del mercado eléctrico en España no ofrece los niveles de estabilidad de precios y de certezas de otros países. Y eso es una desventaja. Además, España tiene mucha dependencia del gas. Viene un mundo de cambio y los derechos de emisión de CO2 en Europa van a subir por las políticas medioambientales; habría que evitar que estuvieran sujetos a tanta especulación. Los precios diarios del 'pool' solo afectan a un 10% del mercado, con lo que las medidas del Gobierno, con afección general, han tenido un efecto perjudicial en sectores ajenos a esos vaivenes de precios; por eso ha tenido que corregir algunas.
–La inflación está disparada. ¿Qué impacto tendrá en los salarios y la competitividad?
–Si tus salarios suben por encima de tu productividad y encima tienes una inflación más alta que tus competidores, tienes un problema. Los analistas creen que es coyuntural, vamos a ver cómo pasamos este episodio.
–El expresidente del Círculo de Empresarios vascos, Javier Ormazabal, dice que se nos escapan las grandes oportunidades mientras otras regiones corren más que nosotros. Que perdemos atractivo.
–Totalmente de acuerdo. Al 100%. Le felicité por esas declaraciones tan acertadas. Nuestro crecimiento ha sido inferior en las últimas décadas al que han tenido algunas autonomías, que crecen más y captan más inversiones y generan más empleo. Nuestro peso en la economía estatal se está reduciendo.
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–¿Por qué?
–Seguramente porque no tenemos ese nivel de atractivo para captar inversiones y talento.
–Se supone que tenemos una red de I+D magnífica y una fiscalidad propia con la que actuar...
–Bueno, tenemos algunas dificultades. Nos faltan infraestructuras como el tren de alta velocidad, un aeropuerto con buenas conexiones internacionales. Es verdad que el Impuesto de Sociedades está bien, pero la fiscalidad personal, no. Y tenemos uno de Patrimonio que en otros lados está bonificado al 100% y aquí, no. Y es muy importante tener personas con capacidad de atraer inversiones, gestores de fondos de inversión que vivan aquí y ortorguen cierto arraigo, una industria financiera...
–¿Todo eso podría acrecentarse si los fondos 'Next Generation' impulsan a las regiones hoy más retrasadas?
–Habrá que ver cómo se gestionan esos fondos, que estarán bien controlados por las instituciones comunitarias. Euskadi tiene un programa de inversiones potente y deberíamos tener una participación relevante. Supone una inversión muy importante, también de los promotores de los proyectos. Hay que aprovecharlos para las grandes transformaciones.
–El Gobierno ha subido, sin contar con CEOE, el salario mínimo. Tiene eso algún impacto, siquiera indirecto, en Euskadi.
–Aquí, afortunadamente, hay poca gente afectada por el SMI. Por lo que oigo en CEOE, hay sectores como la agricultura o el servicio doméstico, con poca aportación de valor, donde tiene mucho impacto. Y también hay contratos públicos en los que los salarios del personal suben pero los precios que paga la Administración, no. Incomprensible. CEOE no se niega a subir pero con moderación y las subidas, que están siendo altas, no generan mejoras de competitividad.
–¿Cómo calificaría la capacidad de diálogo de la ministra Díaz?
–No creo que sea falta de diálogo, que lo hay. Y hay acuerdos. Lo que pasa es que han tomado una medida sin acuerdo con los agentes sociales. Ya estaba decidido. El SMI es potestad del Gobierno. Habrá que ver qué efectos tiene. Espero que no frene la creación de empleo.
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–Hay grandes reformas por abordar. Algunas impuestas por Bruselas. ¿Cómo le suena lo anunciado por el Gobierno sobre las reformas laboral y del sistema de pensiones?
–España 'per se' tiene históricamente un nivel de desempleo que obedece sobre todo, yo creo, a la falta de una normativa acorde con los países con mercados más ágiles, con menos dificultades y con el empleo que todos queremos: estable y cualificado. Lo anunciado va en la línea contraria a lo que necesita el mercado, que es agilidad y seguridad jurídica para el empleador, y no dificultar la contratación eventual, los ERTE o las modificaciones sustanciales de condiciones de trabajo. No hay que crear más dudas e incertidumbres. Si hablamos de eventualidad, ese problema no existe en el sector privado de Euskadi; estamos en cifras récord de contratación indefinida.
–¿Hay margen para los acuerdos en un Congreso de los Diputados cada vez más polarizado?
–Con el ambiente que hay en el Congreso es muy difícil. No está habiendo capacidad para acuerdos con mayorías estables que perduren en el tiempo. Y, cuidado, que el año que viene viene el compromiso de ajuste fiscal en deuda y déficit, que supondrá sacrificios.
–Confebask siempre lamenta el nivel de absentismo de Euskadi. ¿Cuál es el nivel y de dónde salen las cifras?
–Somos, junto con Canarias, los que más absentismo tenemos siempre. Tenemos unas prácticas y unas dinámicas que, por la razón que sea, nos llevan a ello. Es así. No tenemos las peores condiciones de trabajo ni las peores empresas, pero sí el absentismo más alto del Estado.
–Hay quien dice que es porque se suelen complementar las bajas hasta el 100%...
–Eso debiera de ser un motivo de satisfacción y fidelidad con una empresa que te trata bien y no un incentivo para coger bajas que no estuvieran justificadas. ¿Por qué tenemos más bajas por enfermedad común que en otras comunidades? Difícil de explicar.
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–El teletrabajo, en teoría, había llegado para quedarse y ahora todos volvemos a las oficinas. ¿Por qué será?
–El mundo cambia, toda crisis trae cambios y nos hemos digitalizado y acostumbrado a las videoconferencias. Puede aportar herramientas complementarias, pero el contacto físico y la participación en la empresa me cuesta verlos mediante teletrabajo.
–¿No será que a partir del día 30 las jornadas desde casa superiores al 30% hay que introducirlas en el convenio y pagarlas?
–Si hemos hecho una regulación que no convence a mucha gente, es normal que se vuelva a las oficinas. En el mundo en el que yo vivo, el teletrabajo es complementario, pero la gente está en la fábrica. Si el teletrabajo se demuestra más productivo, las empresas encantadas de pagar.
¿Por qué tenemos más bajas por enfermedad común que otras regiones?
-Confebask siempre lamenta el nivel de absentismo de Euskadi. ¿Cuál es el nivel y de dónde salen las cifras?
-Somos, junto con Canarias, los que más absentismo tenemos siempre. Tenemos unas prácticas y unas dinámicas que, por la razón que sea, nos llevan a ello. Es así. No tenemos las peores condiciones de trabajo ni las peores empresas, pero sí el absentismo más alto del Estado.
-Hay quien dice que es porque se suelen complementar las bajas hasta el 100%...
-Eso debiera de ser un motivo de satisfacción y fidelidad con una empresa que te trata bien y no un incentivo para coger bajas que no estuvieran justificadas. ¿Por qué tenemos más bajas por enfermedad común que en otras comunidades? Difícil de explicar.
-El teletrabajo, en teoría, había llegado para quedarse y ahora todos volvemos a las oficinas. ¿Por qué será?
-El mundo cambia, toda crisis trae cambios y nos hemos digitalizado y acostumbrado a las videoconferencias. Puede aportar herramientas complementarias, pero el contacto físico y la participación en la empresa me cuesta verlos mediante teletrabajo.
-¿No será que a partir del día 30 las jornadas desde casa superiores al 30% hay que introducirlas en el convenio y pagarlas?
-Si hemos hecho una regulación que no convence a mucha gente, es normal que se vuelva a las oficinas. En el mundo en el que yo vivo, el teletrabajo es complementario, pero la gente está en la fábrica. Si el teletrabajo se demuestra más productivo, las empresas encantadas de pagar.
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