La economía vasca arranca el año «desacelerada» por la inflación y la subida de tipos de interés

Los datos estadísticos han ofrecido, ahora, una fotografía más real que refleja una ralentización en el Producto Interior Bruto (PIB) del País Vasco, situándose una décima por debajo del crecimiento del trimestre precedente (0,5%), y viene a confirmar una desaceleración provocada por los altos precios y la subida de los tipos de interés. A la espera de conocer los datos más pormenorizados el próximo mes de junio, de momento, los servicios estadísticos del Ejecutivo autonómico confirman con la información coyuntural disponible una «ligera desaceleración interanual de la actividad en los principales sectores, si bien la evolución sigue siendo positiva».

Todas la cábalas auguraban que, con el endurecimiento de la política monetaria para atajar la alta inflación y el debilitamiento del comercio exterior, la Unión Europea –y por ende España y Euskadi– se vería empujada a una recesión económica. Los datos ofrecidos ayer por el Eustat vienen a confirmar esta tesis.

Y es que la subida constante de precios, que se aceleró con la guerra en Ucrania, ha seguido lastrando a la economía vasca. Los costes siguen sin bajar y aunque la energía y las materias primas han dado un respiro, el IPC subyacente –el que deja fuera los productos energéticos y los frescos– sigue en registros históricos, por encima del 7%. Además, la grave sequía por la que atraviesa España, podría incrementar aún más los precios de diferentes alimentos como el arroz, las frutas o el aceite. Así, el primer trimestre del año, aunque sigue registrando crecimiento (un 2,2% sobre el mismo periodo de 2022) presenta una evolución casi plana desde el pasado diciembre y encadena desde verano del año pasado crecimientos trimestrales por debajo del 1%, muy lejos del 3% potencial que los analistas fijan como tasa natural para Euskadi.

Expertos consultados van un paso más allá y ya hablan de 'estanflación', una coyuntura económica que se deriva de una situación en la que hay una inflación muy alta (la subyacente en este caso) y la economía está estancada. Es el caso de Massimo Cermelli, profesor de Economía de la Deusto Business School, que ya venía avisando sobre este posible fenómeno desde finales de 2021. «Estamos inmersos en una estanflación. Ya avisamos desde finales de 2021 que en los próximos años entraríamos en un estancamiento de la economía. La inflación subyacente no ha remitido y eso provoca que los Bancos Centrales suban los tipos de interés, lo que reduce el consumo y las inversiones empresariales. Es decir, una caída del PIB. Estas políticas monetarias restrictivas van a ejercer una presión sobre este año y quizás no sea tan bueno como se esperaba, sobre todo el segundo semestre, cuando parecía que ya íbamos a dejar atrás esta desaceleración y la economía vasca iba a repuntar. Ya no está tan claro».

Por su parte, Ibon Gil de San Vicente, subdirector general de Orkestra, Instituto Vasco de la Competitividad, se muestra menos categórico y asegura que el aterrizaje de la economía vasca después de todas las turbulencias del año pasado está siendo «suave y ordenado», aunque no tiene dudas, tal y como confirman todos los estudios, de que en este primer semestre «el PIB de Euskadi sufrirá una desaceleración que podría dejar atrás en los últimos seis meses del año».

Preguntado también sobre el posible escenario de una 'estanflación', Gil de San Vicente sostiene que «no creo que nos encontremos en esa situación, aunque bien es cierto que el incremento de precio está muy por encima del crecimiento del PIB».

El lado positivo lo encontramos en el empleo que, pese a todo, saca músculo y se apunta un crecimiento (medido este empleo como puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo) en este primer trimestre del 0,3% respecto a los tres meses precedentes.

En relación al mismo trimestre de 2022, Eustat estima un crecimiento de un 1,5%, aunque habrá que esperar a la Encuesta de Población Activa (EPA) que ofrecerá el INE este jueves para tener una fotografía más certera del empleo. «Este jueves puede haber sorpresas y que el empleo también se contraiga, aunque quizás no sea tan fuerte como en otros años», augura Cermelli.