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Los ganaderos productores de carne de vacuno, sobre todo de ternera, de Gipuzkoa empiezan a lanzar un S.O.S. Los caseríos medianos y pequeños, que constituyen el mayor porcentaje del total de unidades de explotación, prácticamente el 90%, están empezando poco a poco ... a abandonar el cebo de los terneros para producir carne a carnicerías y supermercados ante la «patente falta de rentabilidad». La principal asociación agroganadera del territorio, Enba, alerta de que por cada kilo de carne de ternera que se produce en Gipuzkoa, el baserritarra pierde dos euros. Se gasta una media de 7,17 euros por kilo en la producción, según las referencias recogidas en el Behatokia, pero solo perciben 5,30 euros de venta por cada mil gramos por las cooperativas mayoristas que luego distribuyen las piezas en los establecimientos comerciales, que a su vez los venden al gran público.
Una situación insostenible, señalan, para la mayoría de ganaderos del territorio y que provoca que la actividad de engorde de ganado se esté concentrando solo en las explotaciones más grandes, que suponen una cifra residual del total de ganaderos guipuzcoanos. Frente a ella, los baserritarras afectados y la propia Enba plantean como solución una subida del precio de venta al consumidor, como única forma de garantizar un margen de ganancia al sector primario. Una salida que debe ir acompañada de una sensibilización social a la gente de la necesidad de tener que pagar un poco más por un producto muy consumido en nuestras casas, y además de gran calidad cuando se produce en Gipuzkoa, como es la carne de vacuno.
7,17
euros cuesta producir un kilo de carne de ternera pero el ganadero la vende a 5,30 euros.
Desde Enba señalan que está situación de trabajo a pérdidas está provocando que los caseríos donde nacen los terneros estén vendiendo los animales a cebaderos grandes, «rompiendo así la dinámica tradicional y con un peligro latente de que todo el cebo quede en manos de unos pocos».
Los pequeños ganaderos se ven así abocados a renunciar a sus explotaciones «por una falta de rentabilidad clara y continuada que no logran corregir ni las subvenciones europeas de la PAC», que de momento han servido como botella de oxígeno que mantiene vivo al sector, pero que es pan para hoy y hambre para mañana, lamentan.
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El kilo de producción de carne de ternera, principal línea de venta con un 72,5% frente al 27,5% de la vaca, se ha logrado aliviar algo hasta junio, ultimo dato de medición, cuando se fijó a 7,17 euros. Los productores se ciñen al Behatoki, la referencia para saber si están por debajo de los costes de producción y ahora el precio medio que perciben por un kilo de carne está en 5,30 euros. Por lo tanto, están perdiendo casi dos euros, calculan. Las tensiones inflacionistas (piensos, luz, gasolina) han disparado este año el coste en más de un euro.
Se produce así una creciente concentración del cebo en unas cuantas explotaciones. En Euskadi, las treinta que engordan más de 100 cabezas ya copan el 70% de los terneros y hay, incluso, cuatro explotaciones (2%) engordando más de 500 cabezas, y que alcanzan el 22% del mercado.
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