Confebask reclama un pacto de rentas «equilibrado» ante una «incertidumbre radical»

La patronal vasca dibujó este miércoles, tras su tradicional consejo general de verano, un panorama marcado por las sombras y de «incertidumbre radical» tras la guerra en Ucrania y sus derivadas. Sin paños calientes, Confebask alertó de que la situación es complicada y de que podría complicarse aún más si Rusia elevara su presión sobre Europa en términos energéticos o la inflación prosiguiera su escalada. En ese escenario, la organización empresarial, que advirtió de que la rentabilidad del tejido productivo de Euskadi está mermando a ritmos preocupantes y de que algunas compañías están trabajando incluso a pérdidas, urgió a los sindicatos a la «responsabilidad» y tachó de «vital» un pacto de rentas «equilibrado».

Isabel Busto, confirmada por unanimidad y de manera definitiva como presidenta de la organización tras la baja por motivos de salud de Eduardo Zubiaurre, tuvo cariñosas palabras para su predecesor quien, detalló, «ha mostrado su deseo de no continuar al frente de la organización». «Mi cariño personal y nuestra cercanía y reconocimiento por su dedicación y su esfuerzo al frente de Confebask, así como por sus valores personales y profesionales, que hacen de él una persona querida y respetada allá por donde va», afirmó.

La ejecutiva donostiarra fue la encargada por tanto de trasladar los grandes mensajes de Confebask, que pasan por la declarada inquietud ante las muchas amenazas que están surgiendo en lo que debería ser una época de remontada tras la pandemia del Covid pero que, dijo, recuerdan a la terrible crisis del petróleo de los años setenta del siglo pasado.

«El alza de los precios de los bienes y servicios, de las materias primas y de la energía es algo que nos afecta a todos: trabajadores, familias y empresas», dijo. En este sentido, la presidenta de Confebask aseguró que las empresas de Euskadi «todavía están aguantando», pero resaltó que la presión sobre los márgenes empresariales «supone una grave amenaza para el tejido productivo vasco».

«La situación es similar en todos los sectores de actividad y tamaños de empresa: desde autónomos a grandes compañías, pasando por todo tipo de pymes y negocios. Asimismo, la confianza de consumidores y empresas ha descendido notablemente a medida que avanza el año», explicó.

En esa tesitura, Busto -que compareció acompañada de los presidentes de Adegi (Eduardo Junkera), Cebek (Carolina Pérez Toledo) y SEA (Pascal Gómez)- lamentó la actitud «algunos agentes sociales, que no son sensibles a la actual situación y que utilizan el enfrentamiento y el conflicto a pesar de las enormes dificultades por las que atravesamos». «Esto se convierte en un factor añadido de preocupación», aseguró, en clara alusión a parte del arco sindical vasco.

Según dijo, «es un hecho contrastado que no hay ningún otro país ni región de nuestro entorno donde la conflictividad sindical alcance los niveles de Euskadi, lo supone una carga añadida a la hora de hacer frente y encontrar una salida a las crisis».

«A pesar de todo esto -matizó Busto- me gustaría resaltar que las empresas vascas nos manifiestan su deseo mayoritario de preservar el empleo». «Una intención que ya se demostró de forma generalizada durante la pandemia y que es la prueba del compromiso de la empresa vasca con la sociedad de la que forma parte. Hemos superado ya el récord histórico de cotizantes en Euskadi y entre todos deberíamos aspirar a mantenerlo», resaltó.

Busto detalló pronto el sentido de ese llamamiento a la responsabilidad de los sindicatos al plantear como «vital» un pacto de rentas «equilibrado» en Euskadi. «Este nuevo contexto económico también nos exige aparcar las reivindicaciones e izar la bandera del compromiso y esfuerzo, tanto colectivo como individual», señaló. «Toca de nuevo sumar y no restar», remachó.

«Nos gustaría hacer un llamamiento a los sindicatos para que entiendan que estamos todos en el mismo barco, que tenemos que remar juntos y que es momento para llegar a acuerdos; la confrontación no es el camino», aseguró la presidenta de Confebask.

Del mismo modo, Isabel Busto puso especial énfasis en la necesidad de profundizar en la colaboración público-privada que «como seña de identidad de Euskadi en crisis anteriores y recientemente en la pandemia, cobra ahora de nuevo una especial relevancia». «Afortunadamente, tenemos una amplia experiencia. Y es precisamente ese rasgo, el del trabajo conjunto de las empresas con las instituciones, uno de los más reconocidos por quienes estamos aquí y por quienes nos visitan y que de nuevo tenemos que poner en valor», dijo.

Como es tradicional también en esta cita estival, la patronal planteó sus previsiones para el conjunto del año. Unas estimaciones imposibles de amarrar a ningún puerto dada la volatilidad del entorno pero que, en cualquier caso, Confebask trató de precisar. «Todavía creemos que Euskadi podrá registrar un crecimiento económico este año. Pero desde luego, no del 5,9% que estimábamos en diciembre del año pasado, antes del estallido de la situación actual; y por lo tanto no con el suficiente vigor como para aspirar a recuperar lo que perdimos durante la pandemia», reconoció.

Con los indicadores más actualizados y los previstos para la segunda parte del año, añadió, Confebask prevé que el crecimiento económico se mueva en una horquilla de entre el 3,5% y 4%, «siempre y cuando en invierno no se produzca la falta de suministro de gas desde Rusia a Europa y que la inflación no siga batiendo récords», matizó.

Busto resaltó que a pesar de lo complicado del panorama económico internacional, Euskadi y sus empresas no pueden bajar los brazos ante los grandes desafíos globales que definirán el futuro como la transición digital. «El desembarco de la transición energética y la lucha contra el cambio climático, nos exige nuevas maneras de producir, donde conceptos como sostenibilidad, descarbonización, industria inteligente, realidad virtual, ciberseguridad o 'big data' forman ya parte de nuestro vocabulario habitual», apuntó.

«En este nuevo contexto económico, las inversiones en digitalización y transiciones energética y climática deben quedar al margen de ajustes y recortes porque son garantía del porvenir futuro», sentenció.

Como ya ha planteado en numerosas ocasiones Adegi, Confebask puso sobre la mesa otra de las grandes preocupaciones empresariales, la de la falta de personal cualificado y las complicaciones para cubrir vacantes. «Hoy en día, entre el 80% y el 90% de nuestras empresas manifiestan tener dificultades en este sentido», recordó.

Un problema, dijo, que va en aumento y que unido al desafío demográfico «nos hace prever años con crecientes dificultades para encontrar las personas necesarias para trabajar en nuestras empresas y poder así, mantener su competitividad y el crecimiento económico del país». «in personas es difícil mantener y hacer crecer la actividad lo que impacta directamente en la competitividad y el crecimiento, y como consecuencia, en los ingresos públicos con los que mantener el estado del bienestar deseado», agregó.

Busto explicó que Confebask ha compartido su preocupación con el Gobierno Vasco, cuyas medidas en pro de la natalidad aplaude, pero insistió en el asunto para subrayar la imperiosa necesidad de «una estrategia clara, consensuada y firme de política de 'inmigración económica', que permita cubrir el descenso previsto de la población en edad laboral en los próximos años y décadas».

«Afrontar todos estos retos, necesarios para que Euskadi siga siendo competitiva, va a requerir, además la adecuación de la cultura y el estilo de liderazgo de nuestras empresas y organizaciones», señaló la presidenta de Confebask, quien recordó la apuesta de sus territoriales por un modelo compartido de empresa con inicitivas como 'Fabrika' de Adegi, 'ekinBarri' de Cebek o las RRLL 4.0 de Sea «que ayudan a promover esa adaptación de la cultura de las compañías, de manera coordinada y evolutiva».

De todos modos, Isabel Busto quiso terminar su primera comparecencia como presidenta de Cobfebask con un mensaje doble de «confianza en el futuro» y de «responsabilidad y liderazgo de la empresa vasca».

«Euskadi, sus empresas y sus personas han demostrado a lo largo de la historia y recientemente con la pandemia, su capacidad de superar las dificultades. Superamos las crisis económicas de los 70, de los 80 y de los 90. Superamos la lacra del terrorismo. Sin duda, somos un país resiliente», concluyó.

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