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Un trabajador en una de las plantas de la firma vasca Gestamp, uno de los gigantes de los componentes de automoción.
Un trabajador en una de las plantas de la firma vasca Gestamp, uno de los gigantes de los componentes de automoción. MITXEL ATRIO

La automoción se consolida como nuevo motor de las exportaciones guipuzcoanas

Equipos, componentes y accesorios arrebataron el podio en 2016 a la histórica siderurgia | Las firmas del territorio, que han sabido competir, internacionalizarse y apostar por la innovación, exportarán este año más de 1.000 milllones

Julio Díaz de Alda

San Sebastián

Domingo, 2 de septiembre 2018, 07:56

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El sector automotriz vasco marcha a toda velocidad. Especialmente en Gipuzkoa, que representa aproximadamente el 35% del negocio total en Euskadi. Tanto es así que el segmento de Equipos, componentes y accesorios para la automoción se ha alzado como el primer exportador del territorio, por delante de la tradiciccional-más bien, histórica- siderurgia. Ese mundo de empresas que diseñan y fabrican piezas y elementos que acaban montados en su vehículo vendió al exterior el pasado ejercicio la friolera de 981 millones de euros, con un avance sobre 2016 del 8,8%, según datos de Comercio Exterior. Este año, si nada complica el panorama, esas exportaciones guipuzcoanas ligadas al mundo del motor romperán la barrera psicológica de los 1.000 millones de euros.

El 'sorpasso' de la automoción a la siderurgia se produjo entre los años 2015 y 2016 (ver gráfico adjunto), cuando el sector del acero sufría lo más duro de su particular crisis y dejaba en Gipuzkoa heridas profundas. Y desde entonces la maquinaria no ha dejado de acelerar. A pesar de eso, la categoría de Productos de fundición y siderúrgia se mantiene como segundo sector exportador guipuzcoano, con ventas al exterior por valor de casi 800 millones de euros anuales y repuntes del 2,9% registrado en 2017.

Al guipuzcoano medio se le escapa un hecho más que destacado como es el de que multitud de las piezas que lleva instaladas su coche (da igual la marca, pues el sector en Euskadi se ha ganado el respeto de todas las principales) se han hecho en casa. Infinidad de ellas: da igual que sean metálicas o de plástico, tubos, arandelas o tornillos, puertas o revestimientos... De todo. Esto es algo de lo que presume (con la voz bajita, como acostumbra el industrial de aquí) cualquier directivo de cualquier firma vasca.

Y es que la fortaleza de la automoción en la comunidad autónoma es enorme. No en vano, según cifras del clúster Acicae, representa un 25% del Producto Interior Bruto (PIB) de Euskadi y un 50% de todo el negocio de componentes para coches de España. El sector (sin tomar en cuenta el peso de Mercedes Vitoria) superó las previsiones el año pasado, con una facturación de 18.390 millones, un 11,7% más.

Ese empuje se refleja también en el empleo, puesto que -siempre según el clúster- son 40.800 las personas que trabajan solo en Euskadi en este segmento, a las que hay que sumarles más de 45.000 que lo hacen en las muchas plantas que las firmas vascas tienen repartidas por el mundo, normalmente (como imponen los fabricantes) cerca de las factorías de las marcas.

La producción mundial de vehículos crecerá un 30% hasta 2030

La producción mundial de vehículos crecerá un 30% hasta 2030, al esperarse un total de 123 millones de unidades, según el reciente informe 'La futura estructura de la industria del automóvil-FAST 2030', elaborado por la consultora Oliver Wyman. En 2017, la producción mundial alcanzó 97,3 millones de unidades, un 2,4% más que el año anterior. Este estudio destaca que la industria asiste a un nuevo «paradigma» basado en el vehículo compartido, el cual se espera que en Europa crezca un 95% para 2040, mientras que en Estados Unidos se aguarda un alza del 114% y en China, del 358%. «Si bien el crecimiento de la industria del automóvil global será positivo, irá acompañado de importantes cambios estructurales y un aumento en la presión de los costes para los cuales la industria no está preparada», detalla el estudio de la consultora.

Es el ejemplo de México, donde están implantados la práctica totalidad de productores de vehículos y, junto a ellos, buena parte de ese corpus de empresas de componentes de origen vasco. Son muchas. Sirva como botón de muestra que solo la Corporación Mondragón tiene allí abiertas siete factorías dedicadas a este negocio.

Las firmas vascas allí instaladas respiran ahora algo más tranquilas después de que Estados Unidos y México hayan sellado un preacuerdo comercial -que en la práctica anularía los aranceles del 25% que Donald Trump quería imponer a su vecino del sur- que sustituya al histórico Nafta y que, al tiempo, eleva la presión sobre Canadá, que debe ahora mover ficha.

El 'secreto vasco'

De vuelta a Euskadi, la previsión de Acicae pasa por un crecimiento para este 2018 de un 7% en los principales aspectos del balance de las 300 empresas que componen la asociación. ¿Y cómo ha logrado la industria vasca de componentes ese nivel de competitividad? Es sencillo: inversión, tecnología, acompañamiento (con buenas dosis de valor) a los clientes, apuesta estratégica y aprovechamiento de una industria ya potente.

Inés Anitua, directora de Acicae, resalta que «la industria vasca ha sabido diversificar en los últimos años su cartera de clientes, productos y mercados, lo que está haciendo que pueda aprovechar este momento de crecimiento económico general». «Este alza debe ser consolidado por un incremento de captación de proyectos de externalización de nuestros clientes y por una entrada en nuevos productos y en la digitalización de procesos», añade.

La I+D ha sido y sigue siendo un aspecto capital y un distintivo de las firmas vascas de componentes. Así, Anitua desvela que las empresas del sector dedican a esta materia -en promedio- cerca de un 3% de su facturación total, que se eleva a un 7% en el caso de los grandes grupos.

Algunos de estos últimos -es el caso de las cotizadas Gestamp o CIE Automotive, por ejemplo- se han convertido en auténticos gigantes internacionales que nada tienen que envidiar a otras firmas multinacionales con las que compiten, con éxito, a diario, y en muchass ocasiones en sus lugares de origen.

Una fortaleza que se demuestra también por el hecho de que ambas compañías han sido merecedoras de financiación europea de primer nivel. Así, Gestamp recibió recientemente un préstamo de 160 millones de euros del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para fomentar la innovación y la investigación.

También CIE Automotive ha recibido (es ya la novena ocación con los mismos protagonistas) una inyección de 80 millones de euros del BEI, en el marco del llamado Plan Juncker, para desarrollar actividades de I+D+i en sus plantas en España, República Checa, Francia, Eslovaquia, Rumania, Portugal y Lituania.

'Made in Gipuzkoa'

Ese conjunto de empresas de la automoción muy centradas en la exportación ofrece en Gipuzkoa un abanico muy diverso. De una parte, destaca la división de Automoción de Mondragón, que reúne a cooperativas como Fagor Ederlan, Mapsa, Ecenarro, Maaier, Cikautxo, Batz, en el capítulo de componentes y módulos, a las que se suman otras como Matrici, Aurrerak o Loramendi en el de maquinaria y utillaje.

Otro ejemplo completamente distinto pero también de enorme éxito es el de GKN Zumaia (que engloba también a la planta de Legazpia), y que, dentro de una multinacional, se dedica -con sus 650 trabajadores- a elementos de transmisión que se instalan cada año en más de 2,5 millones de vehículos en todo el mundo. Txomin Oronoz, su gerente, resalta que «el sector en Euskadi y en Gipuzkoa ha sabido aprovechar la enorme capacidad de sus personas, que no deja de ser lo más importante, su conocimiento del acero, su tejido de máquina herramienta y sus centros tecnológicos y universidades para competir con éxito con empresas del exterior muchas veces con menores costes salariales». «Nosotros, en concreto, hace veinte años apostamos por la modernización y automatización de la producción; llevamos ya años bajo el concepto 4.0», añade. GKN exporta un 90% de su producción.

La donostiarra Oribay es otro protagonista perfectamente desconocido pero que exporta el 100% de su producción y que, mediante innovación se ha convertido en líder de un nicho de mercado como es el de los adhesivos para componentes en los parabrisas de los coches. Piense en cómo colocar con garantía absoluta todo aquello que su vehículo lleva ya inserto en ese cristal -desde sensores de lluvia al propio retrovisor- y tendrá una idea de lo que ha logrado un grupo de ingenieros que empezó hace treinta años y hoy trabaja con todos los grandes, incluidos Tesla, Aston Martin o Ferrari.

Y es que, según destaca su gerente, José Muñoz, el desempeño de Oribay está ya muy orientado a la conducción autónoma. La clave, añade, es una inmensa apuesta por la investigación. De hecho, de los 150 trabajadores de la firma, el equipo de I+D lo integran 25 técnicos superiores.

«La automoción es un sector estratégico para la economía guipuzcoana. Su peso relativo se ha visto incrementado además en los últimos años por la pérdida de peso de otros sectores. Tanto por número de empresas como por la cantidad de empleos que genera, la automoción, que ha acertado a la hora de diversificar su cartera de clientes, productos y mercados, es un sector vital para el territorio», resalta la diputada foral de Promoción Económica, Ainhoa Aizpuru. «Está llegando al sector una transformación de calado de la mano de la electromovilidad y de la conducción autónoma, en las que nuestras empresas también están dando pasos», añade.

Por su parte, el viceconsejero de Industria del Gobierno Vasco, Javier Zarraonaindia, asegura que la automoción es líder en la exportación «gracias a la calidad» de la producción en Euskadi, «consecuencia de las capacidades tecnológicas y de innovación que incorpora». «Las empresas vascas van mejorando su posicionamiento en la oferta internacional de productos de alto valor tecnológico y, gracias a ello, resultan atractivos en mercados exteriores, tanto europeos como lejanos», añade, para recordar que el nuevo programa Sakondu apoya con subvenciones a fondo perdido a las firmas que exporten más del 50% de su facturación.

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