Generador de 10 metros de diámetro y 40 MVA de potencia fabricado por Indar en Beasain para la central hidrológica de Torrejón el Rubio (Cáceres).

Indar entra en la élite mundial de los fabricantes de macrogeneradores eléctricos

Suministrará a Bolivia motores para una planta hidroeléctrica con 200 MW de potencia

FERNANDO SEGURA

Domingo, 7 de agosto 2016, 09:49

Indar no tiene complejos. Aspira a liderar o, como mínimo, a situarse en los puestos de cabeza en el ranking mundial de fabricantes de bombas y motores sumergibles, así como en el de generadores eólicos e hidroeléctricos. La empresa ubicada en Beasain, que forma parte del grupo Ingeteam (sede en Zamudio) se codea con gigantes a los que vence en concursos internacionales. Alex Belaustegi, CEO de Indar, explica que la clave del éxito radica en «echarle mucho arrojo, tener las ideas claras respecto a nuestras debilidades y fortalezas, y en una apuesta por la I+D que nos ha hecho independientes».

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No se trata de un farol. La cuenta de resultados y los proyectos firmados atestiguan que pisa fuerte. Una de las palancas que ha impulsado a Indar a la élite mundial ha sido su entrada en el mercado de los macrogeneradores eléctricos. Aquellos que situados en las entrañas de los embalses transforman la fuerza del agua en la energía que, por ejemplo, ilumina nuestras viviendas.

La empresa ya está situada en el primer puesto mundial en motores de hasta 80 MVAs (si se exceptúa a los fabricantes chinos), pero aspira a escalar posiciones también en los que superan esta potencia. Dicho de otra forma, quiere competir en la 'champion ligue'.

La decisión está obteniendo resultados positivos. La compañía de Beasain ha ido paso a paso. Primero ha adquirido experiencia en España de la mano de una de las principales compañías eléctricas estatales. Indar ha vendido a esta empresa un generador de diez metros de diámetro para la central de Torrejón el Rubio (Cáceres).

Superada esta y otras reválidas en el escenario interior, la compañía del Goierri se ha lanzado al mercado internacional y ha dado en la diana. Participa en el proyecto hidrológico Miguillas (200 MW), cerca de la ciudad de Cochabamba, ejecutado por la Empresa Nacional de Electricidad de Bolivia, con un presupuesto de 350 millones de euros. La central aportará recursos equivalentes al 14% del total instalado en el Sistema Interconectado Nacional. Este es el segundo macroproyecto de Indar en Bolivia, después del recientemente entregado para la central de Misicuni, para el mismo cliente.

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Este nicho de negocio permite a Indar ampliar su actividad a la rehabilitación y repotenciación de centrales hidroeléctricas obsoletas. Las inversiones que se realizan en este tipo de infraestructuras son enormes (piénsese solo en el hormigón utilizado), de ahí que se diseñen con el objetivo de que su vida útil sea de cincuenta o cien años. En ese plazo se requiere modernizar la maquinaria. Indar proporciona la solución a medida, introduciendo equipos más potentes, con la consiguiente mejora en la eficiencia de la central.

Las Vegas

Los grandes generadores eléctricos ya han sido testados y permiten a la firma competir en la primera liga de este mercado. Este éxito, sin embargo, no ha saciado el ímpetu competitivo de la empresa, embarcada ahora en la venta de un conjunto de motor-bomba de 2.700 KW de potencia, capaz de dar respuesta a requerimientos especialmente exigentes de abastecimiento de agua.

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La división de bombas y motores sumergibles compite en la actualidad en un proyecto para extraer agua del lago Mead, en Las Vegas. Se trata de una instalación compleja, porque el nivel está bajando año a año, debido a que parte del agua se filtra al río Colorado. Se requiere bombear 3.406.870.605 litros al día, equivalente al consumo de 34 millones de personas residentes en Nevada, Arizona y México.

El concurso, convocado por la compañía eléctrica del sur de Nevada, asciende a 650 millones de dólares. Indar puja para el suministro de 34 grupos moto bomba, contrato al que también aspiran una multinacional japonesa y otra austriaca.

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La firma guipuzcoana confía en ganar este concurso, .una instalación que catapultaría su imagen internacional, al tiempo que le abriría nuevos megacontratos de abastecimiento. La sequía que amenaza a los tres estados indicados anteriormente ha situado a este proyecto bajo el foco mediático de Estados Unidos, de ahí la importancia del proyecto para las empresas licitadoras

El motor-bomba de 2.700 kW permite aprovechar captaciones y bombeos a los que no se puede acceder con tecnología convencional. La compañía beasindarra ha diseñado una solución propia. Belaustegi califica este proyecto como una de las «joyas» de Indar.

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El músculo también se deja notar en otras divisiones de la empresa, como la fabricación de motores eléctricos para barcos. Indar propulsa buques offshore (apoyo a plataformas marinas, instalación de aerogeneradores, colocación de cables submarinos), así como barcos oceanográficos y de investigación marina que requieren la clasificación de silenciosos. En este último nicho se han entregrado equipos para los gobiernos de Australia, Canadá, Noruega, China, Perú y Argentina. También fabrica motores para ferries, entre ellos los de la naviera francesa de gran lujo Compagnie du Ponant.

Junto a las actividades indicadas anteriormente, la energía eólica es un mercado natural para una empresa como Indar, especialista en la fabricación de máquinas eléctricas rotativas. Esta división recibió un gran impulso durante los años en los que la construcción de parques eólicos se puso de moda en España. La posterior retirada de primas obligó a las compañías de este sector a buscarse el sustento en el extranjero.

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Indar apostó por Estados Unidos, abriendo en 2009 una planta en Wisconsin en la que trabajan 100 operarios. El envite ha resultado positivo, algo que no pueden decir otras compañías que tuvieron que cerrar sus fábricas y optar por suministrar los componentes desde Europa o México. La fabricación de motores para torres eólicas ha supuesto además una inmejorable tarjeta de presentación para abrirse paso en otros negocios, como generadores, energía estacionaria o motores para barcos.

Alex Belaustegi afirma que la empresa que dirige ocupa el tercer puesto en el ranking internacional de suministradores independientes de las grandes compañías del sector eólico.

El CEO no quiere pecar de excesivo optimismo. Explica que las turbulencias sociopolíticas complican la estrategia de las empresas. En este sentido, reconoce que la brusca bajada del precio del petróleo ha supuesto un «batacazo» para el negocio del oil&gas, un sector medular para Indar. No obstante, señala que es un problema cíclico y que el precio del Brendt se recuperará. En este sentido, indica que la compra por parte de la japonesa Nidec de la totalidad de Emerson (EE UU) dará lugar a un gigante en electrónica de potencia. Esta operación, según Belaustegi, refleja una apuesta de futuro por el oil&gas.

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Investigación

La clave de la competitividad radica en la apuesta por productos propios, resultado de una inversión potente en I+D. El presupuesto en este campo ronda el 4% de la cifra de ventas, es decir, en torno a 6 millones de euros anuales.

En los últimos años se han acometido importantes inversiones, destacando el laboratorio de electrónica de potencia y máquina eléctrica rotativa de última generación (12 millones de euros), así como un banco de pruebas con un foso de 30 metros de profundidad para probar motores-bomba sumergibles de alta capacidad.

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Indar trabaja en la tecnología de generadores para turbinas de gas de hasta 50 MW, en el diseño dinámico de grandes máquinas para el mercado hidroeléctrico y ha aumentado el rango de potencia de los generadores acoplados a turbinas eólicas instaladas en tierra. El empeño en la investigación también ha permitido ofrecer una nueva gama de motores navales supersilenciosos.

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