Ciudadanos forman cola en una oficina de empleo.

«Al quedarse sin trabajo, las personas dejan de premiar el esfuerzo»

PROFESOR DE ECONOMÍA DE LA UPV-EHU

leticia sánchez-serrano

Viernes, 22 de abril 2016, 12:37

Desde que la crisis llegó para no irse, son muchos los expertos que han trabajado duramente para buscar las causas y consecuencias del alto número de desempleados que copan las listas del paro. Muchos se han centrado en analizar cómo afecta la falta de empleo a la salud psicológica de las personas. El estrés, la depresión, la baja autoestima están a la orden del día. Las encuestas siempre llevan al mismo punto, pero recientemente tres investigadores, Abigail Barr de la Universidad de Nottingham y Luis Miller y Paloma Úbeda de la UPV-EHU, han ido más allá y han llevado a cabo un curioso experimento que ha concluido con un resultado aún más curioso: el paro cambia la moral de los desempleados sobre el dinero, consideran que el reparto del mismo debe ser más equitativo y no estar basado en el mérito.

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Estas conclusiones han sido recogidas en 'Moral consequences of becoming unemployed', tras un experimento realizado, mediante juegos de economía conductual, a vascos y cordobesas, de entre 18 y 35 años, en dos momentos de su vida: 2013 y en 2014. El profesor agregado Luis Miller da las claves del trabajo realizado.

¿Cómo surge la idea de llevar a cabo este estudio?

En esta línea de investigación llevamos trabajando 7 años, antes de que yo me incorporase a la Universidad del País Vasco hace cinco años, estaba en Oxford y allí empecé la colaboración con Abigail Barr, que es la autora principal de este estudio. Comenzamos a trabajar en las percepciones de la justicia y la redistribución de las personas, dependiendo de si están empleadas, desempleadas o son estudiantes. Cuando aterricé en la UPV-EHU decidimos hacer este mismo estudio en España, donde el problema del desempleo es muy acuciante y además nos encontrábamos en un momento bastante malo (2011-2012). Fue esa situación la que 'aprovechamos' para realizar el estudio.

¿En qué ha consistido el experimento?

Durante décadas, se vienen aplicando métodos psicológicos en estudios económicos. Para ello, utilizamos juegos de economía conductual. En este caso, los participantes entraban en nuestro laboratorio y realizaban tres tareas: trabajaban para nosotros y eran recompensados; repartían lo que recibían por el trabajo realizado en un grupo de cuatro y respondían cuestionarios. Lo fundamental para nosotros era saber en qué sentido, cuando las personas tienen que repartir las ganancias, tienen en cuenta lo que ha producido cada uno.

¿Cuál es la razón por la que han optado por una metodología basada en juegos de economía cognitiva? ¿Buscaban una respuesta más genuina de los protagonistas del estudio?

Efectivamente. El planteamiento era aproximarse a la misma problemática, sin necesidad de utilizar un cuestionario, donde uno puede intentar adivinar lo que el entrevistado querría que se contestase, estuviese bien visto socialmente En nuestro caso, es que además hemos podido afinar un poco más, y descubrir si esta postura acerca de la justicia de la economía tiene que ver con una postura más interesada o más natural.

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¿Y cuáles han sido las conclusiones más destacadas?

Lo más importante del estudio es que seguimos a las mismas personas en el mismo tiempo. Es decir, los mismos jóvenes que participaron en nuestro estudio en 2013, lo volvieron hacer en 2014. De esta manera, pudimos observar al mismo individuo antes y después de quedarse desempleada y cómo cambiaba los principios de justicia económica. En concreto, la mayor conclusión, es que las personas al quedarse desempleadas dejan de premiar el esfuerzo, utilizan criterios de justicia más igualitarios.

Para elegir al 'universo' del estudio, ¿tuvieron en cuenta que iban a quedarse desempleadas en el plazo de un año?

Esta fue una de las razones por las que hicimos el estudio en España y en un momento de mucha inestabilidad en el empleo, porque sabíamos con total probabilidad que muchos de los jóvenes que tenían un empleo en 2013 lo iban a perder en 2014, pero también sabíamos que muchos de los que estaban desempleados en el 13 lo iban a encontrar en el 14.

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¿Cómo afecta este cambio de valores a la búsqueda de empleo?

Creemos que el principal problema es que cuando uno busca trabajo no lo hace simplemente por el tema material, sino también para autorrealizarse, ganarse el sustento con el propio esfuerzo Consideramos que el cambio que identificamos va directamente a la raíz de esa motivación. Es decir, si las personas empiezan a ver que el esfuerzo no les puede dirigir a algo positivo, pues van a empezar a perderla. Ahí es donde viene el principal problema. Al igual que la falta de empleo puede generar una baja autoestima que puede llevar a tener menos ganas de ponerte las pilas y esforzarte más, lo que nosotros identificamos va en la misma línea ya que significa perder una de las motivaciones más importantes para buscar trabajo.

¿Es posible aplicar estos resultados para mejorar las políticas de empleo actuales?

Esa es la idea. Estamos trabajando de la mano de instituciones, en colaboración con otros profesores de Sarriko, para, a la vez que Diputación, Gobierno Vasco realiza intervenciones de tipo orientación laboral, hacer un seguimiento sobre dónde están teniendo impacto dichas tareas. Y es que cuando hablas con personas que realizan labores de orientación, 'coaching' te dicen que han identificado que los desempleados necesitan reactivarse, haciendo referencia a esos términos de valores de los que venimos hablando. Por lo tanto, consideramos que ahí es donde hay más futuro, bien para aprender de un modo científico, bien para aplicar las conclusiones para que tengan un impacto real. En términos científicos, estamos intentado que la investigación básica tenga una traslación en el tema aplicado bastante directa.

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