Urgente Largas colas en la AP-8 y la GI-636 en dirección a la muga

Los parados sin prestación ni subsidio se disparan durante la crisis en la CAV

En agosto el 52,2% de los desempleados no tenía ninguna cobertura, frente al 36,1% de 2008. Gipuzkoa es el territorio con mayor cobertura, ya que el 52,13% percibe alguna prestación, casi seis puntos por encima de Bizkaia y nueve más que Araba

PILAR ARANGUREN

Lunes, 13 de octubre 2014, 01:09

A las cifras de desempleo, que han ido engordando de forma imparable durante la crisis, se ha añadido otra realidad aún más lacerante, la de los parados que no tienen ningún tipo de cobertura por desempleo, bien sea la prestación contributiva, el subsidio o la renta activa de inserción, lo que les dejaría en el mayor desamparo si no fuera por otro tipo de ayudas, como la Renta de Garantía de Ingresos, que en la CAV trata de paliar la carencia de las anteriores además de llegar a otros colectivos necesitados.

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Pues bien, en agosto de este año -último dato publicado- había en el País Vasco 88.570 personas inscritas en las oficinas de Lanbide que no han recibido ningún tipo de prestación o subsidio, lo que supone el 52,2% del total de desempleados. Una cifra muy elevada y que ha ido creciendo de forma paulatina desde que se inició la crisis, hasta el punto de que supone 16,1 puntos más que en agosto de 2008, cuando el dato se reducía al 36,1%.

La escalada ha sido progresiva y no ha dejado de crecer año a año. De hecho, en el último ejercicio ha aumentado en 2,6 puntos, como se puede apreciar en el gráfico adjunto.

Y es que a medida que se prolongaba la crisis aumentaba el número de desempleados de larga duración y en consecuencia de los que agotaban la prestación contributiva. En concreto, más de la mitad de los parados que había registrados en agosto de este año en las oficinas de empleo superaba los dos años. En concreto, la cifra asciende a 89.987 de los 169.188 inscritos.

Ello ha hecho que tan solo el 29,2% de los desempleados estén cobrando en este momento la prestación contributiva, frente al 46,9% de hace seis años. Por su parte, el 18,2% percibe algún subsidio de desempleo o la renta activa de inserción.

Si ponemos el foco en cada uno de los territorios, Gipuzkoa, que es la que esgrime una mejor evolución del mercado laboral con las tasas de paro más reducidas, es asimismo la que cuenta con una mayor cobertura por desempleo, ya que el 52,13% de los desocupados perciben algún tipo de prestación o subsidio frente al 46,74% de Bizkaia o el 43,39% que registra Araba.

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En concreto, en nuestro territorio un total de 24.494 personas cobran alguna prestación ligada a su situación de parados. De ellas, 15.292 perciben la de carácter contributivo, 8.188 un subsidio y 1.014 la renta activa de inserción.

En 2008, Gipuzkoa también partía de una mejor situación, ya que el 71,27% de los parados de entonces tenía cobertura de desempleo, por encima del 67,94% de Araba y del 65,69% de Bizkaia.

Pero hay otro dato llamativo y es que el dinero destinado a prestaciones por desempleo o subsidios no ha crecido en la misma proporción que el número de perceptores en estos seis años. Así, la cuantía total se ha incrementado un 35,14%, mientras que el número de personas que cobran dichas ayuda lo ha hecho un 64,1%. Una cuestión que se explica por el hecho de que cada vez son menos los que perciben la prestación contributiva, de mayor cuantía, y más los que cobran el subsidio o la renta activa de inserción.

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856 euros la contributiva

De hecho, la cuantía media de la prestación contributiva cobrada por los desempleados vascos en agosto de este año ascendía a los 858,6 euros. Una cifra que no ha variado mucho durante la crisis, ya que hace seis años era de 841,8 euros.

En cualquier caso, duplica al subsidio por desempleo, destinado a los desempleados que hayan agotado la prestación contributiva o no cumplan todas las condiciones para poder recibirla. Además, se exigen otras condiciones específicas en cada modalidad (carencia de rentas, edad, responsabilidades familiares...).

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Todos los subsidios tienen un requisito que los diferencia de la prestación y es que quien los solicita no puede tener ingresos propios que superen un determinado límite. Es lo que se denomina el 'requisito de carencia de rentas'. Este año, el límite está establecido en los 483,98 euros mensuales de rentas del solicitante por cada miembro de unidad familiar, cuando así lo contempla el tipo de subsidio. Por eso se dice que los subsidios son de carácter asistencial.

Existen distintas clases de subsidios en función de las circunstancias personales. Subsidio por insuficiencia de cotización, al que se accede si se tienen cotizados tres meses, con responsabilidades familiares o seis meses sin ellas. También está el de mayores de 45 años, que da derecho a los que superen esa edad tras haber agotado el paro siempre que sus rentas no superen el límite antes señalado. El perceptor cobra 426 euros al mes, que es el 80% del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples, durante un máximo de seis meses. Por su parte, el subsidio para mayores de 55 años -antes 52- se concede hasta la jubilación si se cumplen determinados requisitos de cotización.

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A estas modalidades, que son las más extendidas, se añaden otras más específicas como las destinadas a los emigrantes retornados, a los excarcelados o el subsidio por revisión de una incapacidad.

Además de los subsidios, está la renta activa de inserción, una ayuda económica que se otorga a las personas en situaciones sociales y económicas desfavorecidas y que persigue su integración o reintegración en el mercado laboral y en la vida social. Asegura un ingreso mensual de 426 euros durante once meses. Puede recibirse hasta en tres ocasiones, aunque para la siguiente solicitud hay que esperar 365 días naturales.

«Aumentar la protección»

Pero más allá de las cuantías que perciben quienes tienen cobertura, las centrales están haciendo hincapié en los últimos meses en que la situación de los que no tienen ningún tipo de prestación es cada vez más lacerante, lo que se contrapone con los mensajes cada vez más optimistas que están lanzando las instituciones respecto a una recuperación del empleo, aunque sea lenta.

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Los sindicatos subrayan que, además de aumentar el paro, la desprotección de los desempleados es cada vez mayor, por lo que abogan por aumentar los niveles de proteccion social. La central mayoritaria, ELA, que mes a mes destaca los datos de parados sin cobertura, indica que la situación del empleo «sigue siendo alarmante y la de la gente desempleada cada vez es peor». En su opinión, los «discursos vanidosos que últimamente se escuchan por parte de nuestros gobernantes no son más que pura hipocresía en clave electoralista».

A la vista de los datos de personas sin cobertura, la central nacionalista cree que «no hay motivos para triunfalismos. La crisis golpea más fuerte que nunca a quien menos recursos tiene. Por lo que no saldremos de ella hasta que no se revierta la situación y cambien las políticas para ponerlas a favor de quien más lo necesita», recalca.

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