16.000 de los 51.000 vascos que faltan cada día a su trabajo lo hacen sin baja médica

Estas cifras, traducidas a la relación entre las horas no trabajadas respecto de la jornada prevista, coloca a Euskadi en el primer puesto del ranking, con un 5,5%, cuando la media española es del 4,4%. Y también en los puestos de cabeza en las ausencias no justificadas por un informe médico, con un 1,7%, frente a una media estatal del 1,2%. En este caso sólo le supera la comunidab autónoma de Castilla y León (2%).

El fenómeno del absentismo laboral, tanto para el conjunto de España como para el País Vasco, arroja una tendencia creciente, según el informe de Randstad Research, que viene escudriñando la serie desde hace ya once años.

Además de Euskadi, otras comunidades donde «el problema del absentismo es más grave» según los datos de los analistas de la firma -extraídos de la Encuesta Trimestral de Costes Laborales del INE del tercer trimestre de 2018- son Castilla y León (5,2%), Asturias (5,1%), Galicia (5%) y Navarra (5%). En el lado opuesto, donde se pierden menos horas de trabajo en relación a las pactadas, están La Rioja y Madrid (ambas con un 4,0%), y Baleares (3,8%).

A la hora de entender el mapa del absentismo laboral, se debe tener en cuenta que hay sectores que tradicionalmente muestran mayores tasas de bajas médicas, liderando la clasificación el sector industrial, precisamente uno de los que tiene un gran peso en la economía vasca. Pero también en esta segmentación sectorial Euskadi muestra tasas de absentismo por encima de la media española, ascendiendo hasta un 5,5% en la industria, un 5,6% en los servicios y un 4,2% en la construcción.

Valentín Bote, director de Randstad Research, explica que en el absentismo sin justificación médica, se incluyen las horas perdidas por huelgas, las ausencias por horas sin certificados médicos así como las horas cogidas para asuntos propios sin una comunicación previa o un pacto previo.

Es en estas faltas sin baja médica donde Euskadi está en los puestos de cabeza, con una tasa de un 1,7% equivalente a esos 16.000 trabajadores mencionados.

Lo que más le llama la atención a Valentín Bote no son sin embargo las faltas sin justificar, sino la evolución de las médicas. Sin entrar a valorar o cuestionar los dictámenes médicos, Bote constata que durante los años de crisis económica los trabajadores cogían menos bajas y éstas duraban menos, «pero a partir de 2013 en las bajas médicas aumenta mucho su duración», mientras que «las no justificadas se mantienen en niveles relativamente estables respecto de los tiempos de crisis».

Para el responsable de Salud laboral de CC OO Euskadi, Alfonso Ríos, no se puede olvidar que «una baja médica no es un capricho, es la decisión de un médico de que esa persona no está en condiciones de ir a trabajar» y que no basta sólo con fijarse en las estadísticas, sino que habría que entrar de lleno a analizar las causas del absentismo, tanto desde la perspectiva de seguridad y salud laboral, como desde un análisis psicosocial del ambiente de trabajo. Para Ríos, frente a la imagen que se quiere dar de que los trabajadores exageran sus enfermedades para no ir a trabajar, la realidad es la contraria, «lo que vemos es gente que está fastidiada de salud que acude al trabajo para que no figuren bajas en su expediente».

Desde la patronal, el secretario general de Cebek, Francisco Javier Azpiazu, recalca que para las empresas el absentismo laboral es un «problema muy grave y no se puede mirar para otro lado». Azpiazu constata que se trata de un problema complejo, en el que «no se trata de buscar culpables, sino de ser conscientes de su existencia, medirlo, buscar las causas y promover toda una cultura en la empresa y en la sociedad para reducirlo lo máximo posible».

La patronal reitera que las empresas les transmiten su gran preocupación por el elevado el absentismo laboral. Cebek constata que el 35% de ellas se refieren explícitamente a este problema, que se agrava porque la mitad alertan de que en 2018 sus tasas de absentismo han crecido un 5%. En base a los datos del Ministerio de Trabajo, en el caso de Bizkaia el absentismo global equivale a que cada trabajador haya faltado 17 días a su trabajo el año pasado.