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Rafael Nadal Parera anunció este jueves, a sus 38 años, su retirada del tenis profesional después de haber logrado 92 títulos individuales, entre ... ellos 22 Grand Slams, dos oros olímpicos y cinco Copa Davis, además de otros logros. Su nombre hoy provoca respeto y admiración pero hace 22 años Rafa no dejaba de ser el sobrino de Miguel Ángel Nadal, aquel central internacional del Mallorca que llegó a ser campeón de Europa con el Barça de Johan Cruyff en 1992 en Wembley.
Así lo presentaron aquel 2002 en el 'Torneo Futures ATP' que organizaba cada año el Club de Tenis Txingudy de Irun. «Viene Rafael Nadal, sobrino del jugador del Mallorca, un chico que anda muy bien», analizó el entonces director deportivo del torneo, Florencio Abad, al repasar la lista de participantes de aquella edición.
José Luis Narro
Presidente del Club de Tenis Txingudy en 2002
En aquel torneo, en el que se daban cita cada año muchas de las grandes promesas del tenis mundial, Rafa Nadal se estrenó con apenas 16 años y solo cuatro meses después de que hubiera hecho su debut en la ATP en el Internacional Series de Mallorca, donde lograría ante el paraguayo Ramón Delgado, número 81º del mundo, la primera de sus 1.080 victorias. Para entonces Nadal, número 762, ya había sido semifinalista del torneo junior de Wimbledon y llegaba a Irun tras ser finalista unos días antes de un Challenger en Vigo.
El tenista manacorí debutó ganando al francés Jordane Doble por 7-6 (5) y 6-4; derrotó en dieciseisavos a Ivan Esquerdo por 6-2 y 7-6 (3), pero en cuartos de final cayó ante el griego Solon Peppas en tres durísimos sets por 6-1, 6-7 (4) y 5-7, después de dos horas y cuarenta minutos de partido. Su verdugo caería posteriormente en la final ante el rumano Adrian Cruciat, que por el camino había dejado a Fernando Verdasco, finalista el año anterior y otro de los ilustres que como Marat Safin, Sergi Bruguera, Feliciano López, Nicolás Massú, Grigor Dimitrov, Pablo Carreño, Tommy Robredo o Juan Carlos Ferrero, el hoy entrenador de Carlos Alcaraz, pasaron por el torneo irundarra.
José Luis Narro, entonces presidente del Club de Tenis Txingudy, recordaba en las páginas de DV el paso de Rafa Nadal por sus pistas: «Llegó con una wild-card (invitación) porque nos la pidió la Federación. Normalmente, el organizador tiene unas cuatro invitaciones que suele reservar para tenistas locales o también para algún español que viene pegando fuerte».
Nadal no pasó desapercibido. «Llegar a cuartos de final con 16 años no está al alcance de muchos. El año anterior Marat Safin sí lo había conseguido con 16 ó 17 años». Narro recordaba que «era un portento físico. Jugó contra gente más veterana y se veía que, si aguantaba más, podía hacer el punto. Pero los jóvenes juegan cada punto como si fuera el último y los veteranos aguantan y aguantan». Narro no dudaba que «Nadal y Safin han sido los jugadores que más me han impresionado en los torneos del Txingudy».
Solo un año después de su paso por Irun Nadal ya estaba entre los 50 mejores tenistas del circuito y en 2005, apenas tres años más tarde de jugar en la tierra batida irundarra, mordía la primera de sus catorce Copas de los Mosqueteros en Roland Garros. El fenómeno Rafa Nadal comenzaba.
Aquella participación en el torneo irundarra no ha sido su única visita a Gipuzkoa. En 2010, aprovechando un viaje a Vitoria para tratar sus rodillas con el doctor Mikel Sánchez, Nadal se acercó hasta Galarreta para saludar a unos amigos y, de paso, saciar su curiosidad sobre un deporte que le tenía atrapado: el remonte. Visitó el frontón hernaniarra en compañía de su padre Sebastiá. «Ya que he venido por aquí, quería visitar a mis amigos y saber cómo es esto de verdad», dijo a su llegada. «¡Va rápida la pelota!», exclamó tras ver pelotear a Koteto Ezkurra, Patxi Zeberio, Iñaki Gaztelu y Endika Barrenetxea. «He visto jugar remonte por la tele muchas veces y me apetecía comprobarlo en vivo. La sensación de velocidad es bastante mayor que por la televisión. Me llama la atención cómo la pelota salta hacia arriba», explicó a nuestro compañero Joseba Lezeta. «No sé cómo podéis pegarle a tanta velocidad a esa piedra», se volvió a sorprender antes de calzarse un remonte. Amagó con ponérselo en la zurda, pero Joxean Agerre le avisó: «Es para diestros». Le habría gustado soltar un pelotazo, pero las infiltraciones a las que había sido sometido en sus rodillas le obligaron a andar con cuidado. Antes de coger un vuelo en Hondarribia rumbo a Barajas, Rafa Nadal tuvo la oportunidad de ir a Getaria, donde su presencia causó un gran revuelo, y comer en Elcano junto a Ezkurra, Zeberio, Gaztelu, Barrenetxea IV y los empresarios de Galarreta José Mari Barrenetxea, Maxi Semper y Joxean Agerre. En diciembre volvió a Gipuzkoa para visitar Donostia, subir al monte Igeldo y darse un homenaje en Portuetxe.
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