El pelotari de las 39 semifinales
Aimar Olaizola afronta la decimoquinta en el Parejas, a las que hay que sumar once en el Manomanista y trece en el Cuatro y Medio
Catorce txapelas (cuatro del Manomanista y siete del Cuatro y Medio más tres del Parejas) sitúan a Aimar Olaizola en un lugar de privilegio ... en la historia de la pelota. Once subcampeonatos (seis del Manomanista, cuatro del Parejas y uno del Cuatro y Medio) confirman su grandeza. Pero hay una estadística que plasma la regularidad exhibida por el fenómeno de Goizueta durante los veintidós años de carrera cumplidos el pasado domingo. Desde que debutó como profesional el 12 de abril de 1998 en Lekunberri se ha clasificado para la friolera de 39 semifinales, un número estratosférico.
Aunque en este momento se encuentra confinado en casa, Olaizola II se halla embarcado en su decimoquinta semifinal del Campeonato de Parejas, la competición que menos títulos, tres, y menos finales, siete, le ha proporcionado. Ojo, no son pocas.
En el Manomanista se ha colado entre los cuatro mejores en once ediciones, mientras que el Cuatro y Medio, su competición fetiche durante mucho tiempo, le ha visto en esa misma pelea en trece ocasiones. Ni la rotura de fibras en el dorsal del brazo derecho sufrida en 2003, ni la rotura del ligamento cruzado de una de sus rodillas en 2010 le descabalgaron de esas posiciones de privilegio. Por lo que se ve, tampoco el desgarro en el tendón del cuádriceps de hace poco más de un año ha podido con sus reservas, su capacidad de recuperación y su clase. En el Campeonato de Parejas en curso ha levantado junto a Urrutikoetxea una situación altamente comprometida. Nada a lo que no esté acostumbrado.
Ha sellado el pasaporte para la liguilla de semifinales en sus cinco últimas participaciones en el Parejas, desde 2016 a 2020, si bien el año pasado una lesión le obligó a ceder su plaza a Víctor después de haber encarrilado el pase en compañía de Jon Ander Albisu. Esa dolencia impidió al de Goizueta estar presente en la fase que determinó la concesión de las dos plazas para la final.
Nunca antes había conocido una racha tan larga en el Parejas. A la vejez, viruela. Sí, en cambio, dentro del Campeonato del Cuatro y Medio, ya que encadenó siete semifinales ininterrumpidas entre 2011 y 2017, después de otra serie de cinco entre 2004 y 2008. También disputó cinco seguidas en el Manomanista, de 2003 a 2007.
Cinco plenos
Otro dato. Su palmarés presenta un pleno de semifinales, tres de tres competiciones oficiales, en cinco años: 2004, 2006, 2011, 2012 y 2013.
Volvamos al Campeonato de Parejas. Su primera aparición en una ronda de semifinales se produjo en 2002, al lado de Jokin Errasti. Tenía 22 años. Xala y Oskar Lasa, a la postre campeones, les cerraron el paso a la final en una eliminatoria resuelta en dos partidos. Olaizola II y el zaguero azkoitiarra cedieron 22-21 en el Astelena de Eibar y 22-16 en el Atano III de Donostia.
Repitió en 2003, en una edición en la que compartió suerte con tres zagueros distintos: Iñaki Otxandorena, Carlos Armendariz e Iñigo Pascual, que se recuperó a tiempo de disputar la final, perdida frente a Koka y Beloki. Otro paso adelante más de Olaizola II, que un año después, 2004, recién salido de su lesión del dorsal, se quedó a las puertas de la final. En el Ogueta, en el desempate de la semifinal contra Martínez de Irujo y Lasa III, su compañero, Rubén Beloki, tropezó con el de Etxarri cuando corría hacia atrás, se cayó al suelo y sufrió una lesión de codo que le impidió proseguir.
Aimar Olaizola tuvo que esperar hasta 2008, ya con 28 años y un bagaje de cinco txapelas –dos del Manomanista y tres del Cuatro y Medio–, para alcanzar su primer título en el Parejas, en compañía de Oier Mendizabal.
La clasificación para quince semifinales al lado de trece zagueros distintos es otra muestra inequívoca de la calidad y de la capacidad de adaptación de Olaizola II. Entre sus virtudes figura encontrar la manera de acoplarse y de extraer el mayor rendimiento posible de unos compañeros que han visto facilitado su trabajo. Jugar con Aimar ha sido garantía de éxito, incluso en la parte final de su carrera.
Solo ha repetido en semifinales con dos pelotaris: Mendizabal II en dos ediciones consecutivas, 2008 y 2009, y Urrutikoetxea, el multiusos de Baiko, en 2016 y 2020. Con ambos, además, fue campeón. Compartió su tercer título con Begino en 2011. ¿Habrá una cuarta txapela?
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