Ningún acertante en la quiniela de las semifinales

La competición ha sido a puerta cerrada, con un solo partido disputado con público en las gradas, el primero en Ataun. Silencio casi absoluto en las gradas, sin cánticos de los corredores de apuestas... La segunda ola del coronavirus ha dejado un Manomanista desconocido y alejado del pelotazale. Nadie reserva ni compra entradas. No se venden. Lee los periódicos, se conecta a través de internet, escucha la radio o se sienta delante del televisor.

Pero restan tres partidos para que el campeón figure en el palmarés con los mismos honores que los precedentes. Guardará una txapela singular –confiemos en que las restricciones no se mantengan muchos meses–, seguramente inolvidable. Por otoñal, por haber sufrido un segundo retraso debido a la huelga del colectivo de Baiko en octubre, por la falta del calor de los seguidores en el frontón, porque nadie correrá para levantar en volandas al campeón, porque no hará falta cordón de seguridad, porque el ganador apenas podrá mirar a nadie cuando le impongan la txapela y mire hacia delante, porque el campeón vivirá la alegría en la intimidad.

Los cuatro aspirantes al título deben resolver entre hoy y mañana quiénes pasan a la final. En liza cuatro pelotaris de Aspe, de los que solo Jokin Altuna ha tenido la oportunidad de ganar esta preciada competición. Ninguno de los otros tres ha alcanzado ni siquiera la final.

Danel Elezkano y Erik Jaka encienden el semáforo verde esta tarde en el Bizkaia de Bilbao con el primer enfrentamiento individual entre ambos en el campo profesional. Aunque son de la misma edad, 26 años, y en el campo aficionado se vieron las caras multitud de veces, no se habían cruzado antes ni en el Manomanista ni en el Cuatro y Medio. Ni en Primera ni en el Promoción.

Chocan dos personalidades más que dos estilos. Porque ambos poseen un excelente juego de aire y capacidad rematadora. Sin embargo, el de Lizartza es más impulsivo que el de Zaratamo sobre la cancha. Tampoco expresan de la misma manera unos sentimientos que volverán a estar a flor de piel. Ambos han perdido en los últimos años a personas cercanas que les han acompañado en la vida y en la pelota.

Jaka ha conseguido durante el último año meterse en las semifinales de las tres grandes competiciones: Cuatro y Medio, Parejas y Manomanista, por este orden. Le falta dar un nuevo paso en su progresión. El billete para la final significa pasar del asiento de turista al de primera clase, al menos en este vuelo.

Elezkano II es una garantía de regularidad y de rendimiento, virtud que contribuye a su condición de favorito para este partido. Hay datos incontestables. Se ha clasificado como mínimo para semifinales en seis de los últimos ocho campeonatos en los que ha intervenido entre 2018 y 2020. Figura entre los cuatro mejores del Manomanista en las tres últimas ediciones y ha llegado a la final del Parejas en sus dos intervenciones más recientes –no disputó la de 2020–. Su solvencia está fuera de cualquier duda.

La mirada de los pelotazales girará mañana hacia el Astelena de Eibar, donde Jokin Altuna saltará a la cancha con la intención de frenar a un Darío lanzado que suma a sus dos victorias en el cuadro oficial frente a Zubizarreta III y al campeón Irribarria una anterior contra Peio Etxeberria en las previas de Aspe. El bagaje que presenta el de Ezcaray invita a evitar tentaciones de condescendencia por parte del amezketarra. Prohibido dormirse en los laureles y entre lisonjas.

Altuna III necesita en primer lugar frenar el demoledor saque de Darío: clavó doce a Zubizarreta y ocho a Irribarria. Diez de promedio. El campeón de 2018 deberá analizar y decidir dónde le puede funcionar mejor el resto. No dejará nada al azar. Ya devolvió a bote nueve saques de Ezkurdia el pasado domingo, si bien confesó que «el esfuerzo que suponen esos movimientos hacia delante y hacia atrás provocan un desgaste que se nota al final del partido».

Si neutraliza esa arma del delantero pelaire, Jokin Altuna pondrá una de las bases para desarrollar un juego en el que su toque de derecha vuelve a ser fundamental para que el resto de virtudes fluyan. El amezketarra persigue además adquirir mayor regularidad con su propio saque, con el que «tuve fases mejores y peores en el duelo ante Ezkurdia», precisa.

Gipuzkoa tiene dos representantes en semifinales, tal y como ocurrió en 2017. El sorteo emparejó entonces a Irribarria y Rezusta. Esta vez Jaka y Altuna III, formados en el Zazpi Iturri de Amezketa y compañeros de entrenamiento, figuran en distintas ramas, lo que les pone a las puertas de la historia más allá de su logro individual. Si ganan sus eliminatorias de este fin de semana, disputarán la sexta final completamente guipuzcoana del Manomanista desde que se prescindió de la fórmula del desafío para disputarse primero cada dos años y luego anualmente. Han transcurrido 65 años desde que el 15 de mayo de 1955 el arrasatearra Joxe Arriaran superó 22-13 al elduaindarra Miguel Soroa. El coronavirus impide acudir al frontón, pero no soñar.