Erik Jaka mira al cielo de Bilbao y lo acaricia

A sus 26 años, Jaka disputará el próximo fin de semana su primera semifinal del Manomanista y la tercera que encadena en las tres grandes competiciones de la mano profesional en un año y doce días. Empezó con la del Cuatro y Medio ante Ezkurdia el 2 de noviembre de 2019. Siguió con la del Parejas al lado de Zabaleta y ahora espera al vencedor del Elezkano II-Agirre de mañana en Eibar para conocer con quién dirimirá una plaza para la final del domingo 29. Los cabezas de serie caen como fichas de dominó: el viernes dijo adiós Irribarria y este sábado, Urrutikoetxea.

«Estoy emocionado», confesó Jaka tras su triunfo por 13-22. «Es muy grande ganar a un pelotari de la talla de Urrutikoetxea, además en el Bizkaia, su frontón preferido. Ya les había dado trabajo a Altuna III y a Ezkurdia, pero no había derrotado a ninguno de ellos». Esta vez fue posible en un partido de similar envergadura, ante un ganador de txapelas en las tres modalidades.

El propio Urrutikoetxea reconoció la justicia del resultado: «Jaka ha acertado con el saque y me ha hecho mucho daño. Aunque en el peloteo me veía bien, la clave ha sido el saque. Me costaba restar los suyos y no he acertado con los míos».

El análisis de Jaka añadió argumentos: «Urruti ha empezado fuerte. Ponía lejos la pelota y gozaba todas. Entraba dentro de lo previsible. He sabido defender y he aprovechado mi saque, con el que me he manejado mejor que frente a Bakaikoa».

Clavar seis tantos de saque a un distinguido restador de la solvencia de Urrutikoetxea no está al alcance de cualquiera. Lo consiguió Jaka a base de encontrar a menudo el punto exacto de la pared izquierda, de darle velocidad y de alternar envíos cortos con otros más largos y bombeados como aquel del 10-15 que el de Zaratamo dejó botar... dentro.

Además de darle tantos directos, ayudó a Jaka a fabricar oportunidades de saque-remate mejor aprovechadas a medida que avanzaba la eliminatoria. Sumó otros cinco en ese apartado fundamental para un rematador como el de Lizartza. El gancho le funcionó tanto en corto como desde lejos del frontis.

Ahora bien, Jaka fue más que eso en el Bizkaia. Soportó las embestidas de Urrutikoetxea, a quien ató en corto. Le carburó la volea defensiva y no rehuyó los tantos largos. Seis de los nueves con diez o más pelotazos cayeron de su lado, muestra inequívoca de que lució en algo más que el saque y el remate. El guipuzcoano superó por físico a un oponente menos rocoso de lo habitual y también menos resolutivo.

Descabalgado Urrutikoetxea, la representación de Baiko en el Manomanista queda reducida a un solo pelotari: Asier Agirre.