Partidos así son más que detalles

«Se ha decidido en detalles», apuntó Iñaki Artola, quien conservaba aún frescas en la cabeza dos jugadas. La primera era «la dejada de zurda al txoko del 17-18». Acababa de recuperar el saque. «Estaba haciendo daño en el ancho y he elegido esa jugada», se lamentaba el de Alegia. El segundo 'detalle' fue «el gancho que Peña ha devuelto con 20 iguales. He desaprovechado el siguiente pelotazo», afirmó resignado.

Mientras Artola subrayaba los puntos negativos de su actuación, Peña II, el vencedor, incidía en alguno positivo. «Con el 8-12 a favor, cuando mejor me sentía, Iñaki ha cogido el saque y ha hecho una tacada de ocho tantos. En ese momento se trataba de apretar los dientes y de trabajar para recuperar el saque». Le valió. Un gancho fuera de Artola con 16-12 le concedió esa oportunidad, bien aprovechada ya que reaccionó con cinco tantos consecutivos que fortalecieron su confianza, ahuyentaron temores y le devolvieron la delantera en el electrónico.

También se acordará Jon Ander Peña de la dos paredes de volea que le sacó de un apuro y atropelló al rival en el 20-21, así como de la bien ejecutada dejada de zurda al txoko del concluyente 20-22 que le hizo estallar de alegría en el centro de la cancha.

Uno no acaba de discernir si son detalles, aciertos, errores, decisiones acertadas o equivocaciones. Suceden. Partidos eléctricos e intentos como el Artola-Peña II que cerró la liguilla de cuartos de final tienen estas cosas. «En algunos partidos los detalles me han ayudado y esta vez ha sucedido lo contrario. Mi sincera felicitación a Jon Ander».

Muchos pelotazales abandonaron el Beotibar con la impresión de que el duelo habría mantenido la misma dinámica de haberse jugado a 44 tantos en lugar de a 42, a nada que los dos protagonistas hubieran mantenido el mismo nivel físico y de concentración. Ninguno de los dos bajó el pistón. Nadie concedió más de la cuenta ni perdió los papeles. Cada uno sabía a lo que jugaba.

Jon Ander Peña sufrió un contratiempo antes incluso de empezar el partido. Apareció la temida humedad y cayó al suelo por culpa de un resbalón. «He sentido algo en la rodilla», señaló tras la victoria. Esperemos que no sea nada.

Bajo un ritmo trepidante, la pelota viajó veloz sobre la histórica cancha tolosarra. Artola apuntó una circunstancia interesante. «El Ogueta tiene fama de frontón rápido, pero el Beotibar no se queda atrás. Este frontis escupe la pelota a mucha velocidad».

Peña II, fiel a su estilo, buscó el gancho a la mínima oportunidad. También falló un par de ellos. Firmó cinco acciones de saque-remate con las que sacó rédito de su potente primer disparo. Solo se apuntó un directo de saque, en el ancho, donde lo intentó media docena de veces. Estuvo atento Artola, quien tambien se adelantó con determinación en busca del remate de aire cuando lo vio claro. Lo atestiguan cuatro tantos de saque-remate.

El delantero de Alegia, con mayor número de seguidores y más ruidosos en las gradas, también movió la pelota a bote, lo cual no significa que le beneficiaran los tantos largos. Peña contrarrestó ese juego y cayeron de su lado ocho de los catorce tanto de diez o más pelotazos.

Las alternativas en el tanteador hasta el 8-8 dieron paso luego a un choque de rachas. La última fue para Jon Ander Peña.