Zubizarreta y un fallón Mariezkurrena I firman un sufrido pase a la final

Si algún pelotazale despistado entró al frontón Atano III hacia las siete y cuarto de la tarde, vio solo el último tanto de la semifinal sénior y no pidió a algún conocido el resumen del partido, regresó a casa con una idea equivocada de lo acaecido sobre la cancha. Un potente derechazo arrimado al nueve y medio de Iker Mariezkurrena, el I de la dinastía de Berriozar, puso el cierre a un tanto de 82 pelotazos en el que su delantero, Iraitz Zubizarreta, renunció a rematar de aire, mientras 'Chachu' García y Alduntzin, casi desahuciados con el 19-12 en contra, defendieron con uñas y dientes su suerte tras acercarse a dos tantos, 21-19. La pelota no volvió al frontis.

Gracias al triunfo por 22-19, Zubizarreta y Mariezkurrena I pudieron felicitarse por el pase a las finales del domingo 22 en el Aritzbatalde de Zarautz, idéntico premio que el obtenido en promesas por Alberdi II-Morgaetxebarria, vencedores 16-22 ante Fernández-Apezetxea, y por Amaia Aldai, superior 17-22 a Olatz Arrizabalaga en el cuatro y medio.

Ni hubo tantos muy peloteados en la semifinal sénior, ni García y Alduntzin presentaron hasta esos últimos compases la oposición que se presumía de ellos, ni Mariezkurrena I fue decisivo a lo largo del encuentro. Todo lo contrario. Las diez pelotas que falló comprometieron seriamente una victoria construida por Zubizarreta a base de juego, remates y defensa.

El ataundarra, autor de trece tantos de jugada, jugó de sobresaliente hasta el 19-12. Desde ese instante hasta la conclusión ningún tanto llevó su firma y a partir del 20-18, producto de un gancho que estrelló en la chapa y bien pudo significar el 21-17, se acobardó. Aparcó su identidad. Dejó de ser el pelotari alegre y eficaz de los tres primeros cuartos de hora para convertirse en otro precavido en exceso que esperó el fallo del contrario. No llegaba, no llegaba y la clasificación para la final se complicó hasta el punto de que García y Alduntzin soñaron con emular la remontada de cuartos de final en Azpeitia, donde levantaron in extremis un 18-10 y un 21-19. Esta vez se quedaron a las puertas.

Iraitz Zubizarreta alcanza a los 20 años su tercera final, la segunda como sénior, todas en años impares. Para el irregular Iker Mariezkurrena, soberbio en Bergara un mes antes y fallón, es la primera.

En una época en la que no abundan los zagueros jóvenes con proyección, Aimar Morgaetxebarria supone un soplo de aire fresco. Fue la sorpresa agradable a nivel individual en el partido de promesas. Llamó la atención por su seguridad y por su palanca, por lo bien que espera a la pelota en la pared izquierda, porque es capaz de correr rápido al txoko pese a rondar el 1,90 de estatura. Natural de Amorebieta, tiene 17 años y porvenir. Baiko ya ha lanzado sus redes sobre él con vistas al futuro.

Lo mismo que sobre Unai Alberdi, que demostró empaque, dominio de la situación y remate suficiente para solventar el compromiso. Les ayudó el mal comienzo de Fernández, delantero riojano con chispa, y Apezetxea, retrasados 2-13. Mejoraron después pero la diferencia era ya demasiado amplia. Insalvable.

La progresión de Amaia Aldai quedó patente en el Atano III, donde rindió a un nivel alto hasta ponerse 6-16. Se mueve con una rapidez fuera de lo común. Después concedió demasiado ante Olatz Arrizabalaga, quien se acercó. Pero una cortada más de la de Dima devolvió el orden al choque.