Seis ediciones de hegemonía de Aspe

Resistió Baiko en una primera vuelta prometedora para sus intereses en la que Aspe tomó corta ventaja: 9-7. Por contra, la diferencia en los choques entre las dos empresas en la segunda vuelta ha sido letal: 13-3. Incluye un 4-0 correspondiente a la decimotercera jornada.

Los números que deja la larga fase inicial del torneo no ofrecen lugar a dudas. Además, se reproducen de tal manera que no sirve escudarse en el momento puntual de juego de unos u otros, ni siquiera en la falta de fortuna. Ya son seis ediciones de hegemonía, si bien esta vez queda resolver para quiénes serán las txapelas.

Desde que en 2016 las parejas de Asegarce –ahora Baiko– aventajaran 15-21 a las de Aspe en el cómputo total de la competición y cosecharan además el título gracias a Olaizola II y Urrutikoetxea, el dominio ha correspondido a la plantilla capitaneada por Fernando Vidarte en los despachos y Jokin Etxaniz en los frontones: 21-16 en 2017, 23-14 en 2018, 25-12 en 2019, 24-14 en 2020 y 23-14 en 2022.

Si la pareja superviviente del playoff de Baiko gana desde este momento hasta la final del domingo 3 de abril en el Bizkaia de Bilbao los tres o cuatro duelos que le esperan frente a las de Aspe, la diferencia se reducirá como máximo de doce triunfos a ocho. En el otro caso extremo puede suceder que se concluya con un 25-10 que pasaría a convertirse en la mayor renta registrada entre ambas en los últimos años. Justo cuando la llegada de refuerzos como Jaka y Mariezkurrena II, la eclosión de Laso y la calidad de la alineación presentada hacían concebir esperanzas de mayor equilibrio, el cuadro oponente ha vuelto a exhibir músculo.

En este periodo de seis años iniciado en 2017 Aspe ha sido mayoría por tres a uno en la liguilla de semifinales en cuatro ocasiones: 2018, 2019, 2021 y ahora 2022. Asegarce en 2017 y Baiko en 2020 empataron la representación con dos parejas cada una.

No solo eso. Las cinco ediciones precedentes han acabado con victorias de pelotaris de la empresa armera: Irribarria-Rezusta en 2017, Ezkurdia-Zabaleta en 2018, Elezkano II-Rezusta en 2019, Ezkurdia-Martija en 2020 y Elez-kano II-Zabaleta en 2021. Además, han copado dos de esas finales, las de 2018 y 2019.

Tampoco descuida Aspe el relevo en sus filas a pesar de los buenos resultados. Este año ha entrado en liza Xabi Tolosa, que ha ofrecido un rendimiento positivo en la zaga, sobre todo durante la segunda vuelta. El de Anoeta, de 26 años, ha ganado crédito para una futura y posible pugna con Iñigo Bikuña por ser titular.

Por otro lado, Vidarte recupera a Iker Irribarria, descartado en la pasada edición, para una posición de delantero en la que existe competencia verdadera. Peio Etxeberria, con notables resultados en las competiciones individuales, permanece al acecho.

La llegada de Aimar Olaizola a la dirección deportiva debe suponer un revulsivo para una empresa que no gana una txapela de Primera desde que Oinatz Bengoetxea se calara la del Manomanista en 2017. Los siguientes trece grandes campeonatos se han resuelto a favor de Aspe. Asegura el de Goizueta que «se está haciendo un buen trabajo» en sus filas. Confía en sus jóvenes. También han reclutado pelotaris en el campo aficionado, juvenil y cadete con el fin de hacerles un seguimiento cercano para fortalecer futuros debuts. Organizan entrenamientos semanales con varios de ellos. Es un trabajo que debe dar fruto a medio o largo plazo.

Mientras, una Aspe apoyada en el rendimiento de la combinación de dos generaciones, la de Zabaleta, Rezusta, Ezkurdia y Elezkano con la de Altuna, Irribarria, Martija y compañía, sigue a lo suyo.