Aimar y Urrutikoetxea se encuentran a sí mismos

Aimar Olaizola y Mikel Urrutikoetxea recuperaron las buenas sensaciones este domingo en el Aitzuri de Zumaia. Su victoria sobre Oinatz Bengoetxea y Jon Mariezkurrena les permite sumar el tercer punto e igualar en la clasificación a Irribarria y Rezusta, que marcan la frontera para el play off de la liguilla de semifinales. Por contra, los perdedores se hunden más en la tabla y tienen muy complicada la clasificación. Con un punto después de ocho jornadas necesitan casi un milagro, ganar cinco o seis de los siete partidos que restan por disputarse.

«Ha sido el partido en el que más nos hemos entendido como pareja en lo que llevamos de campeonato. En los anteriores, cuando uno jugaba bien, el otro no estaba acertado. Hemos acabado con buenas sensaciones los dos. Mikel le ha soltado a la pelota con ambas manos y ha cuajado su mejor partido», dijo el goizuetarra en vestuarios. Satisfecho por fin. Saboreando la victoria en el duelo de necesitados.

Urrutikoetxea por fin se encontró a gusto en la cancha. Después de dos meses y medio alejado de las mismas, su comienzo de campeonato no había dejado buen sabor de boca. Al delantero de Zaratamo, reconvertido a zaguero de nuevo, le faltaba adquirir el ritmo de competición. Lo acusaba, igual que Olaizola II. El goizuetarra tampoco tenía las ideas claras, ni estaba en su punto álgido de juego. Pero este punto les ha permitido encontrarse a sí mismos. Van a más. Si suman como pareja con muy peligrosos.

Urrutikoetxea, muy suelto, con confianza, tuvo arrestos para devolver los soberbios derechazos que Mariezkurrena II dio al comienzo, cuando se lo permitían las manos. Jaleado por el público, el zaguero de Berriozar le estaba dando candela a la pelota tras haber cometido dos fallos tontos. Obligó al vizcaíno a abandonar los cuadros cuatro y cinco donde se había instalado para tener que defenderse detrás del seis -el Aitzuri es un frontón de herramienta y la distancia entre cuadro y cuadro es mayor que en un frontón industrial-. Oinatz le dejaba hacer (4-4).

Pero el siguiente tanto, precioso, sirvió de anticipo de lo que pasaría después. Tras una lucha enconada de 86 pelotazos en los que los cuatro pelotaris lo dieron todo, Urrutikoetxea sentenció con un dos paredes en posición de delantero. Una inyección de moral y un rejonazo de castigo a un Mariezkurrena que ya no fue el mismo y que comenzó con su particular calvario. «Es igual que la leche al sol. Si le aprietas se pica y empieza a perder pelota. El año pasado hizo un gran campeonato, pero lleva mucho tiempo lesionado y se nota», nos dijo un veterano corredor de apuestas.

Adelante, Olaizola II y Bengoetxea VI, viejos conocidos, mantuvieron una guerra particular de la que ninguno salió vencedor. El marcador comenzó a moverse siempre a favor de Aimar y Urruti (9-5, 14-6, 15-9 y 17-10). Un ligero atisbo de reacción de los azules (17-3) cortado por la chismosa y poco más. No fueron capaces de hacer ningún tanto más. Así es muy difícil remontar el vuelo.