Aimar Olaizola, Goikoetxea y Fusto: cuarentones en la brecha
El manista Olaizola II, el puntista Goikoetxea y el palista Fusto siguen a sus 41 años inmersos en los principales torneos de cada modalidad
JOSEBA LEZETA
San Sebastián
Lunes, 9 de agosto 2021, 07:41
Parecen incombustibles. Aimar Olaizola, acompañado de Zabaleta, ganó el sábado al campeón manomanista Jokin Altuna, en partido correspondiente al Masters CaixaBank, en el Ogueta de ... Vitoria, y está listo para hacer frente a cuatro compromisos en siete días. Iñaki Osa 'Goikoetxea' disputa esta noche la final del Master III de Biarritz de cesta punta. Pablo Fusto levantó al público de sus asientos el sábado en Deba, donde alcanzó el pase a la final del torneo de pala.
Los tres tienen 41 años. Olaizola II, el mayor de todos, nació en 1979 y cumplirá 42 el 13 de noviembre. Goikoetxea y Fusto pertenecen a la misma quinta, la de 1980. Conscientes de que se encuentran en la recta final de su carrera como pelotaris, no renuncian a nuevos logros, a exprimir carreras ya brillantes sin necesidad de conseguir nada más.
Aimar Olaizola posee cuatro txapelas manomanistas además de otros logros, numerosos. El zumaiarra Goikoetxea ha sido campeón individual de cesta en once ocasiones, por cinco del palista bonaerense Fusto. Han marcado una época.
Lo mismo que un Javier Urriza que el jueves comienza en Galarreta, a sus 39 años –cumplirá 40 el 9 de noviembre– el asalto al octavo título individual de remonte, en esa carrera que mantiene para acercarse a los once de Koteto Ezkurra.
Precisamente Ezkurra, que cumple 48 hoy, es una voz autorizada para hablar de la experiencia que supone jugar a pelota de cuarentón. El genial remontista de Doneztebe guarda fresca en la memoria la recta final de su carrera, la obtención de la undécima txapela individual en 2011 a los 38 o de la última del Parejas en 2015 a los 42.
«Más disfrutón»
«En mi caso, pasé un bache hacia los 35-36 años», recuerda Koteto. «Me recuperé porque cambié el chip. Decidí que era el momento de liberarme de la presión que me acompañaba. Me di cuenta de que la situación no era la misma, que debía tomármelo con mayor tranquilidad. Cambié mi juego».
«Me puse más disfrutón», añade el exremontista de Doneztebe. «Empecé a sacar mayor rendimiento de mi experiencia, del saber estar. Aprendí a ser plazagizon, algo que no hacía antes. A esa edad, en torno a los 40, tu nivel ya no es el mismo, la empresa deja de apretarte tanto en las combinaciones, juegas con mejor zaguero y tú mismo te pones 'chulito' con los rivales jóvenes. Es como si les dijeras 'ganadme si podéis'. Ya no me sentía con la soga al cuello como antes».
Este cambio de mentalidad tiene que venir acompañado de un acondicionamento físico. No es lo mismo prepararte con 25 o 30 años que con 40. «Tu cuerpo exige otro tipo de entrenamiento. Así como antes lo basaba más en la explosividad, llega el momento de hacer mayor número de estiramientos, de centrarte sobre todo mantenimiento y dar más descanso al cuerpo. Pierdes la explosividad pura y acabas los partidos con dolores de hombro y musculares. El riesgo de lesión es patente. Ya no estaba para jugar dos días seguidos. Debía administrar los esfuerzos porque necesitaba salir descansado a la cancha».
Apunta Ezkurra a la importancia del «cambio de mentalidad. No eres el mismo que con 30 años y debes explorar otra manera de hacer las cosas. De joven he llegado a jugar 140 partidos al año, con el desgaste que eso conlleva. Los remontistas actuales pueden rondar en estos momentos los 50 partidos anuales. Cuando llegas a esa frontera entre los 35 y 40 años necesitas hacer un clic en la cabeza».
Los Olaizola II, Goikoetxea, Fusto y Urriza están en esa fase de unas trayectorias deportivas brillantes que se acercan al ocaso.
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