«Es una mirada al futuro»

Le acompañan en la nueva redacción de EL DIARIO VASCO tres de las heroínas de la plantilla: Rebeca Ponce, Erika Hernández y Naiara Marauri. «Haber conquistado este doblete nos llena de ilusión, pero más nos alegra que en el País Vasco se conozca y se sepa que existe el hockey hielo, que tiene un nivel bueno y que el día de mañana todo aquel o aquella que quiera jugar tiene un equipo al que puede acudir y poder disfrutar. Lo mejor de haber ganado es la visibilidad que se le está dando», coinciden las tres con una sonrisa de oreja a oreja que no pueden disimular desde que el domingo ganaron la Copa en Jaca.

En las oficinas del Palacio de hielo de San Sebastián ya figuran dos títulos más, que se unen a los muchos conseguidos por el masculino. Estos llegan en un momento especial, según Zubeldia. «Haber logrado el doblete y haber bajado al Majadahonda de la ola en el año del 50 aniversario es una noticia muy bonita. Conversaba el domingo con el presidente de la Federación Española y le trasladaba lo importante que era la alternancia después de tantos años de hegemonía. En Majadahonda se pensaban que ellas eran las únicas que podían ganar. Eso ha cambiado. Es un punto y aparte», afirma Zubeldia.

Ponce coincide: «Tiene que ser duro acostumbrarte a ganar y que de repente, después de tantos años, venga uno mejor que tú».

En veinte partidos jugados en las dos competiciones han cosechado diecinueve victorias y una única derrota, ante el Majadahonda en la liga regular. «¡Ni nos acordamos de ese día!», expresa Marauri. «Sabía desde el primer momento que lo íbamos a conseguir y esa derrota nos sirvió para confirmar que esto no iba a ser nada sencillo. Había que enseñar que era un trabajo diario», apunta con la felicidad de haberlo logrado. «Además, este tenía que ser el año, ya que el anterior nos quedamos a un pasito...», recuerda Hernández.

Presentes en DV los dos trofeos conquistados, todavía con confeti en su interior, jugadoras y presidenta califican de «histórico, merecido, real y soñado» lo conseguido. «Es un trabajo de muchos años. El equipo empezó de cero y poco a poco, con el esfuerzo de todas, hemos conseguido llegar aquí. Es muy complicado, teníamos entrenos a horas tardías, la gente trabaja, estudia... Pero el esfuerzo ha merecido la pena», relata Hernández.

¿La clave del doblete? «Sin duda alguna la comunión del equipo. No todo el trabajo se hace dentro del hielo, le hemos dedicado tiempo también a cada una de nosotras. Hay que tener respeto, confianza y empatizar entre nosotras», expresa Ponce. Le sigue Zubeldia. «Es importante estar en forma y tener jugadoras relevantes, pero si el grupo es compacto y está unido, tienes hecho mucho trabajo», reconoce. Y no van a parar. Cierran una temporada pero ya piensan en la siguiente. Es el inconformismo de las campeonas.