«El hockey es un deporte que transmite valores positivos»

Recuerda con cierta nostalgia que «estudié en el Lizeo Santo Tomás, donde había mucha tradición de hockey hierba. Por aquél entonces veías que las jugadoras viajaban a disputar los partidos, a Barcelona, a Madrid, a Tarrassa. Eso une mucho y hace especial este deporte. Mari Ayestarán era la que organizaba los desplazamientos y todas teníamos envidia. Era algo que enganchaba, especial, todas queríamos hacerlo. Conocías a jugadoras de otros lugares y te relacionabas con ellas. Eras la envidia de clase».

Pero también le llegó la hora de colgar el stick. «Cuando lo hice, me quedé en la Real para echar una mano. Somos muy pocas y todas tenemos que arrimar el hombro. Estuvimos muchos años luchando por la construcción de segundo campo y como no sé decir nunca que no, seguimos ahí, en la brecha, hasta que lo hemos conseguido en Zubieta, pegado al hipódromo. Ahora ya puedo retirarme tranquila», bromea.

En su día, cursó estudios de óptica en Madrid mientras permanecía becada en la residencia Blume, trabaja en la actualidad en Donostia, en el centro óptico Eider Baja Visión. Lleva el hockey hierba en la sangre. «En Gipuzkoa siempre ha habido mucha tradición. Éramos pocas, pero nos comprometíamos mucho desde pequeñitas. Coincidimos una buena generación y, afortunadamente, se mantiene la tradición. Somos pocas, pero si te paras a ver lo que hemos conseguido durante todos estos años asusta un poco. Lo malo es que, hoy en día, el fútbol se lo lleva todo en cuanto a practicantes, tanto en categoría masculina como en femenina. El resto de deportes estamos pasando por momentos críticos. Los minoritarios necesitamos, además de apoyo, un poco más de cariño por parte de las instituciones».

A día de hoy, la Federación Guipuzcoana de hockey hierba cuenta con cerca de 450 fichas. «Ahora estamos inmersos en una campaña de captación y promoción del hockey hierba en localidades cercanas a Donostia como Lasarte y Usurbil. Queremos que se nos conozca, ese es nuestro objetivo. Hay pueblos en Gipuzkoa que apenas saben lo que es el hockey hierba. El pasado sábado estuvimos en Zumarraga y Urretxu, con 300 niños y niñas. Organizamos una sesión para enseñarles lo que es el hockey hierba y se lo pasaron en grande», asevera.

El hockey hierba es un deporte asequible para todos los bolsillos. «Si lo comparas con el fútbol, quizás si que es un poco más caro. Un stick puede costarte desde 50 a 250 euros, lo que quieras gastarte. Y dura lo que quieras que dure. Aún tengo uno que compré en 2007».

La Real, que mañana juega en el campo del Terrassa, es el buque insignia del hockey hierba guipuzcoano. «Este año cumplimos las Bodas de Oro y tendremos que celebrarlo de alguna manera. Hay más clubes en Donostia como Santo Tomás Lizeoa, Kale Lagunak, Trintxerpe, Ekintza o Atlético San Sebastián». Éste último recibe mañana al Terrassa en Bera Bera a las 12.30 horas en su lucha por mantenerse en División de Honor.

El hockey hierba que se practica hoy en día «es mucho más físico que el de nuestros tiempos y los entrenamientos también son completamente diferentes. Las chicas trabajan el físico más que nosotras y, además, deben incidir también en aspectos individuales. Todo enfocado en busca de la mejora individual y la competitividad. Hoy en día, cualquier club presta mucha atención a esos detalles en los entrenamientos. Tanto físicos como tácticos, con el empleo de vídeos».

El hockey hierba se une también a la campaña Kirolean Errespetuz, impulsada por este periódico y respaldada por la Diputación de Gipuzkoa, con la que se pretende erradicar los comportamientos antideportivos de los terrenos de juego. «Me parece una gran idea y lo veo necesario, todo ayuda para acabar con la violencia. He visto al público gritar a los árbitros en las gradas, insultarles, sobre todo en categorías superiores, y eso no es edificante. Los padres son los primeros que deberían dar ejemplo y, desgraciadamente, a veces no es así. El hockey es un deporte que transmite valores positivos», proclama.