Copa de Oro
El hipódromo se engalana para su gran díaPreparado ·
Para que un evento como la Copa de Oro sea un éxito la organización trabaja con meses de antelación para la puesta a punto de todas las instalacionesLukas Otaegui
San sebastián
Viernes, 15 de agosto 2025, 07:25
Una vez alcanzado el ecuador de agosto llega el momento de que los mejores caballos de carreras se reúnan para competir en la Copa de Oro, una carrera histórica que se debe vivir en directo «mínimo una vez en la vida» en el Hipódromo de San Sebastián.«Asistir a este evento es una experiencia única. Las gradas están a rebosar, la gente vibra con las carreras y alucinan con los caballos. El hecho de ver un purasangre inglés a más de 70 kilómetros por hora es un espectáculo diferente al resto y que genera una adrenalina que hay que vivir mínimo una vez en la vida», explica Ander Suescun, jefe de prensa del Hipódromo de San Sebastián.
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Se ha convertido en uno de los eventos más importantes de la Semana Grande donostiarra, hasta el punto de que muchas familias y grupos de amigos consideran una tradición asistir a la cita. «Es un día especial para nosotros. Para mucha gente se ha vuelto tradición venir al hipódromo el 15 de agosto con amigos o familiares. Incluso hay gente de fuera de San Sebastián y de Gipuzkoa que viene única y exclusivamente a vivir la experiencia», confiesa.
Y es que la competición está marcada en rojo en todos los calendarios de los seguidores de los caballos.A pesar de que la temporada estival comience en julio y acabe en septiembre, agosto suele ser el mes que más pasiones y aficionados mueve. Sin ir más lejos, el hipódromo llegó a acoger alrededor de dos mil personas en las dos últimas fechas.
Sin embargo, se prevé que la cifra se triplique hoy en lo que será «un lleno absoluto», como cada año. «Esperamos recibir entre seis y siete mil personas en esta edición. Estamos seguros de que habrá un lleno absoluto y consideramos que la ocasión lo merece», expone Suescun.
No cabe duda de que va a volver a ser una día de fiesta en el mundo del turf, al igual que en las 48 ediciones anteriores. No obstante, organizar y sacar adelante anualmente una cita de este calibre es una labor que lleva mucho trabajo previo.
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A más público, más trabajo
Que se triplique el público en las gradas supone triplicar también los servicios y el personal para estar a la altura, o por encima, de las expectativas del evento. Además, el protocolo en las horas previas y durante la carrera cambiará para poder brindar a los espectadores la mejor experiencia posible. «Estaremos más de cien personas trabajando únicamente en el hipódromo. Luego tienes que sumar el personal externo que viene a trabajar en la hostelería, seguridad o limpieza. El dispositivo de gente en un día así no es comparable al que tenemos en cualquier otra jornada de verano», señala.
Asimismo, el protocolo en las horas previas y durante la carrera cambiará para poder brindar la «mejor experiencia posible» a los aficionados que se acerquen a las instalaciones ubicadas en Lasarte-Oria. «Necesitamos gente para que todo el proceso sea más fluido y poder brindar la mejor experiencia posible a los aficionados en un día especial. Habilitaremos más servicios y habrá más personal en todas las demarcaciones para que salga todo de la mejor manera posible. Por ejemplo, abriremos las puertas antes y con más ventanas para adquirir entradas, así el proceso de acceso será más liviano y no se generarán tantas colas», cuenta Suescun.
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El precio de las entradas dependerá del rango de edad del comprador. El abono de los menores de 18 años y los mayores de 65 costará once euros y el resto quince, con la excepción de que los menores de diez años accederán al recinto de manera gratuita. Por su parte, si el aficionado desea una «experiencia más exclusiva» tendrá que abonar un extra. Para ello, la organización ha trabajado para que los asistentes VIP cuenten con una «grada propia» en la que tendrán una vista privilegiada de la carrera acompañados de «comodidades, bebidas, comida y demás servicios», enumera Suescun.
«Los deberes están hechos»
El trabajo durante el evento solo es la guinda del pastel de muchos meses de reuniones, preparación y gestión por parte de la organización antes de que llegue el gran día. «Los aficionados viven los días previos con mucha ansia porque es una de las carreras más importantes del verano en el calendario nacional. Para nosotros desde dentro, son días que afrontamos con mucha ilusión aunque sean muy intensos, con mucho trabajo y con la presión añadida de que todo transcurra dentro del guión que teníamos establecido. Pero hay que llegar con los deberes hechos», explica.
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Solo queda que los jockeys se suban a lomos de sus caballos y troten por encima de una pista que llega «como un tapete» para la competición. «La pista está aguantando mucho mejor que en otros años a pesar del clima tan cambiante que hemos vivido. Esto ha sido gracias al trabajo de las personas que han estado durante todo el verano moviendo los palos y cuidando el césped para que llegue como si fuera un tapete», especifica.
Una vez las herraduras de los protagonistas pisen el césped, los aficionados únicamente tendrán que disfrutar del espectáculo y, en caso de verlo necesario, apostar por su caballo favorito, lo que ha obligado al hipódromo a adaptarse para poder cubrir las quinielas de todos sus asistentes. «El volumen de juego aumenta por el simple hecho de que acude más gente a las instalaciones y tenemos que prepararnos informáticamente todo lo mejor posible para poder satisfacer a todo el que quiera apostar. Para eso hemos aumentado el número de cabinas disponibles, de empleados y la cantidad de dinero para poder cumplir con todo tipo de apuestas», matiza.
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El fin de una es el inicio de otra
No obstante, al igual que en todo los deportes, el fin de una competición es el inicio de otra. En este caso, el hipódromo acogerá dos días después el Gran Premio Gobierno Vasco, considerada la segunda cita más importante del verano, por lo que tendrá que hacer un «lavado de cara exprés» para dejar la pista y las gradas lo mejor posible. «Dos días después de la carrera se disputa aquí el segundo Gran Premio más importante del verano. Por lo que según acabe la carrera tendremos que empezar otra vez el proceso de limpieza y preparación que ya hicimos en su día para la Copa de Oro pero mucho más amplio. Estamos acostumbrados a trabajar con poco margen de tiempo entre evento y evento y no es más que otro reto que nos proponemos como equipo», cuenta con orgullo Suescun.
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