Donostia recupera la normalidad tras convertirse en la capital del rugby

Se han hecho ver y sentir. No ha quedado casi ningún rincón de la ciudad por el que alguno de los miles de franceses que vinieron a ver las semifinales del Top 14 no pasara. Tiñeron las calles con las camisetas y banderas de sus respectivos equipos. Familias enteras y cuadrillas demostraron ser rivales en el campo pero una gran hermandad fuera del mismo. De hecho, no ha habido que lamentar incidentes importantes, según informa el Departamento de Seguridad. Pero todo eso ya es pasado.

San Sebastián se ha despertado como un domingo más después de un fin de semana en el que se ha convertido en la capital del rugby con unos 80.000 aficionados franceses, a falta de confirmación con el recuento oficial. A primera hora de esta mañana apenas quedaban restos de la gran fiesta. Los servicios de limpieza del Ayuntamiento de San Sebastián se han afanado en dejar las calles de la ciudad limpias de residuos.

El Top14 invadió San Sebastián y como se esperaba lo hizo en tono festivo. En el recuerdo quedarán las calles abarrotadas de galos cantando, bailando y defendiendo a su equipo. También, el tráfico denso, los agentes de movilidad impidiendo el paso por determinadas zonas y desviando a los vehículos y los aparcamientos colgando el cartel de completo.

Durante esta mañana los que han pernoctado en Donostia irán dejando la ciudad en coches y transporte público, aunque muchos de ellos se desperdigaron anoche por otros puntos cercanos, sobre todo Irun y Hendaia, cuyas calles presentaban un aspecto inusual con tantas personas por sus calles y paseos.

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