Maialen Chourraut, tres medallas en cuatro Juegos Olímpicos

El oro de Río de Janeiro supuso tocar el cielo, pero la plata de Tokio tiene tanto o más mérito, si cabe. Porque Chourraut y Xabi Etxaniz, entrenador y marido, sabían mejor que nadie que no estaba al nivel de las mejores. Cerca sí, pero no por encima. Su reacción viendo el desarrollo de la prueba tras su participación y que se iba a llevar una medalla no hacen más que confirmar la dificultad del objetivo y sus sensaciones.

En Tokio, Maialen fue con pies de plomo. Incluso antes de ir ya declaraba que «lo importante es el camino», quitándose presión. Cinco años atrás, en vísperas de Río de Janeiro, el discurso era mucho más decidido: «Aspiro al oro».

La edad en este caso jugó a favor de la guipuzcoana, que se plantó en la línea de salida de la final con menos nervios y responsabilidad que sus rivales. Algunas fallaron, otras no lo hicieron perfecto y Chourraut aprovechó el resquicio para conseguir su tercera medalla, curiosamente la del color que le faltaba.

Y ahora, ¿qué? París 2024 parece lejos, pero a la vez está más cerca de lo que nunca estuvieron los próximos Juegos Olímpicos. Solo ella sabe si llegará a su quinta cita olímpica.