Un gran botín que pudo ser aún mayor

Con todo, la ambición de estos deportistas hace que estos logros hayan dejado un sabor agridulce por lo que podía haber sido y no fue, reflejado en las lágrimas de Maialen Chourraut, quien a pesar de alcanzar su cuarta final olímpica en K1 eslalon no acabó nada satisfecha después de haberse colgado medalla en los tres Juegos anteriores. A Irene Paredes y Elene Lete un penalti les privó de un bronce más que merecido ante Alemania y a Nadia Erostarbe, que regresa feliz y dichosa con el diploma en su estreno olímpico, le faltaron olas en cuartos ante la brasileña Tatiana Weston-Webb para que su buen hacer le hubiese llevado aún más lejos.

Kauldi Odriozola e Imanol Garciandia siguen la estela de otros medallistas guipuzcoanos en balonmano como Josu Olalla, Aitor Etxaburu, Iñaki Urdangarin, Jon Belaustegi, Nely Carla y Julen Aginagalde, aunque el bronce conseguido ante Eslovenia no borra del todo el disgusto en semifinales contra Alemania cuando mandaban en el marcador a falta de cinco minutos. Ganar a Dinamarca habría sido casi imposible pero el recuerdo de haber jugado una final olímpica que vieron tan cerca habría sido imborrable.

Entre Las Guerreras, la lezoarra Maitane Etxeberria tuvo que abandonar los Juegos de manera prematura después de dos partidos por una lesión muscular en los isquiotibiales de la pierna izquierda que le impidió jugar ante Países Bajos, siendo sustituida por Alicia Fernández.

Etxeberria jugó los dos primeros partidos, ante Brasil el 25 de julio y ante Angola, el 28. Sumó casi 21 minutos en el primero con un gol marcado desde el extremo, mientras que contra Angola superó los 40 minutos en pista y anotó dos goles. El plazo de recuperación de la lesión se estima en tres semanas, por lo que apunta a que estará recuperada para el inicio liguero.

La medalla de bronce conseguida por Pau Etxaniz eclipsó todas las miradas. Fue el primer metal guipuzcoano, el único en disciplinas individuales y el más madrugador de los cuatro logrados. El donostiarra consiguió el tercer puesto en el K1 masculino tras un descenso casi perfecto en el que solo un pequeño toque con la hebilla del casco en la puerta 19 le impidió hacerse con el oro.

Para Maialen Chourraut han sido sus quintos Juegos. La triple medallista olímpica en Londres, Río y Tokio, llegó a la final del K1 eslalon pero se quedó lejos de la presea al saltarse la segunda puerta nada más arrancar la final. Miren Lazkano, también finalista, terminó décima en C1 eslalon en sus primeros Juegos. Ambas no brillarían después en el kayak cross.

La pasaitarra Begoña Lazkano vio cumplido a sus 30 años su sueño de ser olímpica después de quedarse a las puertas en Río y Tokio y llegó hasta semifinales del K1 500, terminando la competición con buenas sensaciones.

Es tan delgada la línea que separa el éxito del fracaso que Beñat Turrientes pasó de verdugo a héroe en apenas unos minutos. Salió en frío y cometió el penalti que mandó el partido a la prórroga pero después explotó toda su calidad para llevar a La Rojita a la conquista del título olímpico con un disparo al larguero que dejó la portería de Restes temblando.

Su oro compensa la amargura de la cuarta plaza de la selección femenina en la que Irene Paredes y Elene Lete, que fue convocada para la final, se quedaron a un penalti de la medalla. El que falló Alexia Putellas en el descuento ante Alemania.

La zarauztarra Nadia Erostarbe se quedó a un paso de las medallas. Finalizó quinta, logrando diploma, tras caer eliminada en los cuartos de final ante la brasileña Tatiana Weston-Webb en una manga en la que no tuvo suerte al escoger las olas. A sus 24 años se despidió de Teahupo'o, en Tahití, como la primera surfista estatal en lograr un diploma.

Janire González y Andy Criere quedaron últimos en sus respectivas eliminatorias de primera ronda, lo que les obligó a coger de nuevo la tabla en la repesca en busca de un hueco en octavos. La zumaiarra se midió en un cara a cara a la israelí Anat Lelior, quedando lejos de su rival. El donostiarra no fue capaz de superar al mexicano Alan Cleland, a quien se midió también en primera ronda. Nada pudo hacer Criere ante un Cleland que bailó sobre las olas y consiguió una puntuación final de 15.17, la tercera nota más alta de la segunda ronda.

Darío Brizuela confirmó con su exhibición contra Canadá que puede ser un jugador importante en el cambio generacional que esta viviendo la selección de Scariolo, que quedó eliminada ante los canadienses (88-85) y dijo adiós al torneo. El donostiarra impresionó contra toda una potencia NBA como la selección canadiense con un recital de 17 puntos en 14 minutos en pista.

El de Ezkio fue el mejor representante de la selección, con su decimoctavo puesto en la prueba de ruta, pero nunca tuvo opciones de estar en la pelea por las medallas al no acertar en los momentos claves de una carrera que resultó exigente por el kilometraje y el desnivel acumulado.

Una lesión en el pubis marcó su estreno olímpico. El irurarra, que representa a Filipinas, no tomó la salida en la ronda de repesca de los 110 metros vallas al notar unas molestias en el calentamiento. Debutó en la ronda clasificadora con un sexto puesto en su serie y un crono de 13.67, a tres décimas de su récord vasco.

El errenteriarra de 18 años se marcha de París con su sueño de debutar en unos Juegos cumplido pero no pudo superar la primera fase. En la ronda clasificatoria para tratar de lograr un billete para la final terminó en la decimonovena posición. La clasificación estaba muy cara con tan solo ocho plazas para 22 participantes.