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El 20% de las licencias de herri kirolak en Gipuzkoa corresponden a mujeres. Son 42 federadas de un total de 205: 34 deportistas sénior, 16 ... júniors y dos cadetes las que se afanan con las piedras, los troncos, el pentatlón y las diferentes modalidades de una expresión deportiva en auge. Son números importantes, un 20%, pero no reflejan la realidad. Se quedan muy cortos. Joxerramon Iruretagoiena 'Izeta II' lo ve de cerca en su escuela. «El 60% o 70% de los harrijasotzailes que andan en los festivales son mujeres. Y la demanda de los organizadores y ayuntamientos va en esa línea. Para nosotros es una maravilla».
La pandemia supuso un cambio. Se produjo un incremento muy notable en la incorporación de jóvenes y empezaron a llegar desde ámbitos donde antes no surgían. Practicantes de balonmano, atletismo o cross-fit se sumaron tanto a las escuelas de herri kirolak como a las diferentes modalidades. Estos nuevos perfiles han introducido también en las plazas una nueva mentalidad, que tiende más a los campeonatos que a las tradicionales apuestas.
Las escuelas de herri kirolak como la de Izeta resultan atractivas. «Tenemos a más de diez chicas en este momento, y se ha notado un cambio muy importante. Antes no había apenas. Nos vienen de otros deportes como el cross-fit. Varias remeras nos han dicho que vendrán cuando acabe la temporada. Les gusta y vienen con ilusión. Como en todos los deportes, algunas prueban y no valen, porque las piedras exigen condiciones innatas, que algunas tienen y otras no. El número de mujeres ha aumentado mucho y eso es un aliciente para ellas».
El mundo de los herri kirolak ha acogido con estusiasmo la irrupción femenina. «Lo vemos en las plazas, la gente está encantada. Y nosotros, también. Yo ando con las piedras, pero veo que sucede lo mismo en la aizkora. Además notamos que la participación de las mujeres va para arriba».
Otro deporte con presencia creciente de mujeres es el rugby. En Gipuzkoa hay 141 fichas femeninas, 120 jugadoras, 14 entrenadoras y siete árbitras. Suponen el 22% del total de 627 licencias del deporte del balón oval en el territorio. El Eibar Rugby Taldea cuenta con el primer equipo y un segundo en colaboración con el Arrasate. En total, son entre 46 y 50 jugadoras sénior. Por abajo, los equipos sub-16 y sub-14 reúnen a otra treintena, a lo que hay que añadir la escuela. Su presidente, Iñaki Arrizabalaga, explica que «ha dado un cambio total. Cuando entramos a la directiva hace diez años, había ocho o diez jugadoras y se estaba cerca de quitar el equipo. Pero apostamos por ellas y ahora estamos aquí». El Bera Bera también une sus fuerzas con el Ordizia para sacar el equipo sénior con una treintena de jugadoras a las que se unen otras 25 hasta sub-14 y la labor en colegios dentro del programa de multikirola.
En el hockey sobre hielo, el Txuri Urdin, que cuenta con dos equipos femeninos. El sénior es doble campeón de Liga, cuando hace ocho años no existía. El de base tiene veinte jugadoras hasta los 14 años. Clave en esta estructura es Irene Senac, que regresó de Madrid como jugadora para dar los primeros pasos en verano de 2017 y hoy es la responsable técnica del club. «El Txuri había empezado a moverse con el proyecto femenino y decidí volver. Fue muy bonito a nivel grupal, aunque perdíamos todos los partidos 10-0. Yo daba por hechas un montón de cosas, pero, había gente que ni le sonaban esos conceptos. No primaba lo competitivo, sino crear algo».
Tras unos inicios en «modo supervivencia», el club vio que había potencial y destinó algunos recursos. «Empezamos a competir y con algún fichaje apostamos a tope, construimos un proyecto competitivo y conseguimos un doblete. A nivel de club se puso en marcha la cantera, traer a niñas. Desde hace dos años tenemos un segundo equipo sub-14, que no compite pero se entrena».
No es fácil, porque el hockey es un deporte que requiere material y tiene unos horarios «criminales» para entrenar, como reconoció el propio alcalde de Donostia en la celebración de la última Liga. «En la captación funciona el boca a boca. La niñas tienen mucha pasión y la transmiten». Como siempre, tener referentes es clave. «Que entren en la pista y vean que hay una entrenadora, que hay jugadoras en el hielo, anima mucho a que se sientan representadas»
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