Tres más uno. Así llamó el Gipuzkoa Basket a su campaña de abonados, haciendo un guiño a la jugada de más valor en el baloncesto. ... El acuerdo al que ha llegado el club donostiarra con el Askatuak, solemnizado el viernes pasado entre Ignacio Núñez e Iñaki Almandoz y rubricado ayer con la presencia de este último por primera vez en 22 años en un partido del Gipuzkoa Basket, tiene un valor incalculable. Como si fuera un triple con falta antideportiva. Si alguna vez ha habido hacha de guerra esta parece definitivamente enterrada y el GBC logra uno de sus propósitos en su hoja de ruta: la unión de todo el baloncesto guipuzcoano. Ser la punta de la pirámide implica eso, liderar y ser el referente de la mejor manera posible para todos los equipos. La Real es, sin duda, el ejemplo a seguir aunque obviamente entre el fútbol y baloncesto que conocemos hoy en día la diferencia es abismal. Los rectores del Gipuzkoa Basket recogieron el guante y ahora mismo ya tienen el escudo más bonito posible con el eguzki lore entrando como las canastas ayer de Barcello.
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El Askatuak es un club histórico y con solo recordar a Shegun Azpiazu, Josean Gasca, Essie Hollis o Nate Davis nos hacemnos una idea de ello. Iñaki Almandoz fue uno de los fundadores de la ACB. Alguien que hizo posible que pisaran el polideportivo de Anoeta (ahora Josean Gasca) la Cibona de Zagreb con Drazen Petrovic, el Zalgiris con Arvydas Sabonis, Homicius y Kurtinaitis o el Madrid de Fernando Martín.
Barcello mete 36 puntos, los guipuzcoanos tienen cada vez más peso en el equipo, hay un incremento de asistencia y el Askatuak va de la mano del GBC. Algo está cambiando y el deporte de la canasta tiene cada vez mejor pinta.
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