La era Pablo Laso en el Real Madrid afronta su reconstrucción más exigente

Los mejores años de la actual generación que ha conquistado todos los trofeos posibles están terminando y al club le ha llegado el momento de afrontar la reconstrucción. Sin embargo, lo ha hecho en el peor escenario posible, con la pandemia de por medio y con las claras consecuencias que ha dejado en el calendario.

Su mejor jugador y el base más destacado de Europa, Facu Campazzo, abandonó la disciplina de Laso para marcharse a los Denver Nuggets de la NBA, pero lo hizo a finales de noviembre, con la temporada europea ya empezada. Por si no fuera poco, su ala-pívot titular, Anthony Randolph, se rompió un mes después el Aquiles, siendo baja para lo que resta de temporada.

Debido a la crisis económica derivada de la pandemia se ha decidido no fichar a lo grande y el único que ha llegado con el curso empezado es Alex Tyus, un interior de perfil bajo que no llega al nivel del Real Madrid.

Además de estos contratiempos, se suma la edad de los hombres importantes del equipo: Causeur (33 años), Rudy (35), Carroll (37) y Llull (33), que sumados a Reyes (41), Laprovittola (31), Deck (26), Thompkins (30) y Tavares (29) dan una media de 33 años.

Con este panorama, el Real Madrid ha optado –por ahora– por una reconstrucción tranquila, sin hacer cambios bruscos en su filosofía y ofreciendo minutos a los jóvenes que apuntan a ser importantes en el futuro. Un estilo que se lleva más en la NBA, donde numerosas franquicias echan por la borda y sin miramientos los resultados inmediatos para apostar por tenerlos en los años venideros.

Esto último en la cultura deportiva que hay en Europa no tiene cabida y los de Pablo Laso, que lo que no han perdido es su gen competitivo, ganaron la Supercopa y llegaron a la final de Copa, donde cayeron ante el Barcelona. Sin embargo, la clasificación a la siguiente fase de la Euroliga está en el alambre e incluso el madridismo tiene dudas entre si es mejor no clasificarse al playoff o tener el riesgo de terminar octavo y enfrentarse a los culés, ahora intratables, en una serie de al mejor de cinco partidos.

La salida de Campazzo y varias lesiones de Llull han obligado a que Carlos Alocén cuente con minutos de primer nivel a sus 20 años. Quizás no sea lo mejor para el presente, pero sin duda ayudará para que el base sea un jugador mejor en el futuro a medio plazo. Y lo mismo sucede con Usman Garuba, que con 19 años está evolucionando hacia un jugador muy poderoso, tanto en el aspecto físico como en el relacionado con la lectura de juego.

Causeur y Tavares son duda para el encuentro de mañana ante el Olympiacos y Llull todavía no ha regresado de su lesión. Además, con el crucial encuentro que les espera la próxima semana en Turquía, el Acunsa GBC deberá aprovechar esa baza, como lo ha hecho este curso ante el Tenerife o el Valencia, y tratar de asaltar el feudo blanco por primera vez en su historia.