Marcelo Nicola vuelve donde todo empezó

Un campeonato de España Junior, la Copa del 95 y sobre todo la Recopa del 96 con el Baskonia en un abarrotado pabellón Araba, fueron los logros del actual entrenador del GBC con la camiseta de su rival de hoy. Por ello fue un ídolo en la capital alavesa. Los primeros pasos de un equipo campeón, las primeras copas en las vitrinas con la impronta de aquel espigado jugador de 2,07, con el pelo más corto que el que luce a día de hoy y con un talento descomunal. Porque el Nicola jugador era eso: talento y clase.

Era otro baloncesto, el argentino hizo 19 puntos en esa final de la Recopa, el también idolatrado Ramón Rivas 31 y 14 rebotes jugando todo el partido, algo impensable hoy en día. Manel Comas rotó con ocho jugadores y cinco de ellos (Nicola, Rivas, Millera, Perasovic y Reyes) superaron los 30 minutos en pista. Lo mismo que su rival, el PAOK, donde tres jugadores (Prelevic, Stojakovic antes de ser 'American Graffity' y Rentzias) no pasaron por el banquillo.

Nicola ya sabe lo que es medirse al equipo que le dio la oportunidad de ser el primer argentino en tener un gran peso en Europa. Ocurrió en su anterior etapa como entrenador ACB en Murcia. Pero no pisó la pista gasteiztarra. Fue a orillas del mar Menor y logró vencer por 89-80. Esa temporada el GBC pudo profanar por primera y única vez el coliseo vitoriano con lo que las casuísticas se podrían terminar hoy con un triunfo guipuzcoano sobre el nuevo parqué del Buesa Arena. Unas tablillas que Nicola no pisará con las botas de basket. Lo hará con los zapatos de traje oficiales del Acunsa Gipuzkoa Basket.

El rafaelino hace tres años se hizo cargo de la cantera baskonista como responsable y coordinador de la estructura técnica en todas las categorías inferiores desde la LEB Plata hasta infantiles. En Vitoria empezó todo para él como jugador. Puede que hoy también pueda ser la primera piedra de una remontada en la que casi nadie cree. El talento de Nicola debe salir a relucir.