Todo le sale cruz al Acunsa GBC
Xabi Oroz se ha tenido que retirar en camilla después de recibir el impacto de un contrario en su rodilla
Ayer no hubo parciales contundentes en contra que decidieran el partido, si no que las diferencias que condenaron al Acunsa GBC contra el UCAM Murcia fueron acumulándose poco a poco hasta llegar al 78-88 final. Pero, de una manera u otra, la situación a la que ha llegado el equipo es igual de crítica y preocupante, porque a falta de jugar cinco partidos, necesita al menos tres victorias para superar al Estudiantes y al Betis. Eso, si esos rivales no ganan ningún partido más.
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Con el panorama medianamente asumido, quizás lo que más preocupe es el alcance de la lesión de Xabi Oroz. El azkoitiarra tuvo que ser retirado en camilla después de tener un gesto feo en su rodilla derecha. Los ánimos después del encuentro, con el jugador en vestuarios, no fueron tan preocupantes como sus gritos sobre la pista hicieron transmitir, pero serán los servicios médicos los que valoren el estado de la rodilla del capitán.
Centrándonos ya en el partido, no fue una mala actuación del Gipuzkoa Basket. Tuvo un acertado plan inicial de partido y gozó de buenos minutos en defensa y en ataque, pero no fue suficiente para llegar a luchar por el triunfo. Los primeros minutos estuvieron marcados por la defensa que planteó el UCAM Murcia a Viny Okouo. El pívot congoleño recibía en el tiro libre y Augusto Lima tenía la orden de flotarle y esperarle dos metros más atrás. La decisión de tirar era muy golosa para Okouo y para cualquier jugador profesional de baloncesto. Pero el problema era su porcentaje. Hasta seis lanzamientos hizo desde esa posición, con tan solo dos aciertos. Sito Alonso se frotaba las manos, porque Okouo cayó en su trampa y no buscó otras soluciones.
En el otro lado de la pista, Tomás Bellás fue el que impulsó a los murcianos con ocho puntos consecutivos después del 6-0 inicial del Acunsa GBC. Los de Nicola defendieron bien el interior del perímetro; no permitían sacar ventajas individuales cambiando automáticamente en el bloqueo directo, pero el sacrificio fue el de dejar espacios fuera, y el Murcia, el tercer equipo con menos triples anotados en la competición, castigó con acierto ese desajuste. Anotó tres en el primer cuarto y cinco en el segundo. Al descanso ya habían alcanzado su media.
Mike Carlson cerró los primeros diez minutos con un triple sobre la bocina (23-25) y completó un cuarto que fue muy bien en lo colectivo. Hasta siete jugadores consiguieron anotar y de nueve canastas en juego cinco fueron tras asistencia. Fue curioso que el triple mencionado del estadounidense fuera el primero que lanzó el equipo.
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Más que el marcador, daba esperanzas la actitud de juego con la que varios jugadores salieron a pista. Johnny Dee buscó con agresividad ir a por el aro y anotar de dos, mientras que Magarity estuvo rápido en el juego sin balón y palió su falta de acierto en el tiro con varias canastas cerca del aro. Sin embargo, los triples del Murcia fueron un goteo continuo que nunca dejaron a los guipuzcoanos tomar la delantera en el marcador. Se pusieron a uno tras un triple de Dee (32-33) y a dos tras otro de Span (38-40), pero Taylor tampoco se quedó atrás y sumada a una canasta tras rebote de Lima, los de Sito Alonso se fueron ocho arriba al descanso (40-48).
Exceptuando los primeros minutos de la reanudación, la ventaja de diez puntos fue la referencia del resto del choque. Hizo especial daño el triple que Faggiano falló solo a 40 segundos del tercer cuarto, porque de ponerse 59-66, Strawberry sí anotó desde lejos para el 56-69.
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El último cuarto, en cuanto a defensa, fue el mejor. Empezó con un parcial de 7-0, con la lesión de Oroz entre medias, pero el Murcia supo controlar las distancias con un triple de Taylor (65-74) -el máximo anotador del partido con 25 puntos- y la combinación entre Radovic y Lima.
Con la situación tal y como está, un par de decisiones arbitrales dudosas terminaron por colmar el vaso y enfadar a la plantilla guipuzcoana, que no consigue sacar la cabeza mientras el reloj de arena desespera con su lenta pero continua cuenta atrás.
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