«El objetivo es seguir peleando por el ascenso a Segunda»

–¿Cómo surgió la idea de crear un club de fútbol sala en Ibarra?

–Fue una cosa curiosa. San Eloy es el patrón de los mecánicos y un día nos juntamos cuatro locos a los que nos gustaba este deporte y decidimos federarnos. El club como tal se fundó en la temporada 1991/92. Empezamos en tercera territorial.

–Además de fundador, también fue jugador...

–Sí, estuve varios años jugando y cuando me retiré me puse a entrenar. Fueron los mejores años del club. Llegamos a estar seis temporadas en Segunda División, pero, desgraciadamente, perdimos la categoría en los despachos.

–Entonces hizo las maletas...

– Sí, salí fuera a entrenar y hace diez años volví. Me encontré un club alicaído. Faltaban recursos humanos y decidimos relanzar el proyecto. Queríamos que el Lauburu Ibarra fuese un referente para el fútbol sala guipuzcoano. Empezamos en el tercer peldaño de la categoría y llevamos ya diez temporadas en Segunda B. El año pasado quedamos cuartos.

–El equipo ya está en marcha...

–Sí, hicimos la pretemporada en agosto y ya hemos disputado cuatro partidos. El primero ganamos en Zaragoza 2-7, el segundo perdimos 3-4 contra el Otxartabe, el tercero también caímos ante el San Juan (5-3). Y ayer ganamos al Círculo burgalés (11-5). Además, hemos pasado ya dos rondas de Copa. En la primera ganamos en Cintruénigo (2-3) y en la segunda también nos impusimos al Antiguoko Futsal (3-4). Nuestro próximo rival es el Wanabix Sala 10 maño, que bajó hace dos años.

–¿Ha habido refuerzos?

–Sí, hemos incorporado varios jugadores. Ceci es catalán y juega de pivote, al igual que Gorka, que es de Urretxu. También hemos fichado al gallego Raúl Rivadulla, cierre, y dos alas zurdos, el gaditano Iban y el pasaitarra Beñat Zaldua. Además, ha subido de categorías inferiores Beñat Irazustabarrena, de Hernialde, que también juega de cierre. Además, tenemos dos colombianos. Uno es Chuky, que puede jugar en diferentes posiciones. Tiene contrato de trabajo y vive en Tolosa. El otro es Dylan, juega por afición. Es ala zurdo. Y Dani, el portero de Orense, también ha renovado.

–Pero no han iniciado la temporada en Belabieta...

– Así es, estamos jugando de prestado en el Gasca de Donostia porque el polideportivo Belabieta, nuestro campo, está en obras. Se están realizando trabajos en el techo y también en el suelo. Por fin tendremos una pista de madera. Pero cambia mucho jugar en el Gasca que en Belabieta. En el Gasca entran 2.500 personas y la foto es bien distinta. Nuestros seguidores deben desplazarse desde Ibarra y Tolosa a Donostia y eso tiene un costo económico.

–¿Qué presupuesto tienen?

–Alrededor de 230.000 euros. Tenemos diez equipos en diferentes categorías, desde infantiles hasta Segunda B, distribuidos en dos secciones, masculina y femenina. Y, además una escuela destinada a niños y niñas. En total contamos con cerca de 200 jugadores.

–¿Se puede competir así?

–Es lo que hay. Tenemos el apoyo de Kirolgi, de la Diputación de Gipuzkoa y del Ayuntamiento de Ibarra. Sin ellos no sería viable este proyecto, pero también estamos buscando un patrocinador que nos ayude a consolidar este proyecto. También contamos con patrocinadores pequeños a los que estamos muy agradecidos. También sorteamos cestas en Navidad y hacemos rifas. La situación es delicada, más tras el coronavirus, pero si hay que llorar, se llora. Sólo en transportes, el costo de un año a otro ha subido un 18% y la Mutualidad de la federación, un 10%. Los desplazamientos cuestan mucho.

–Lo pone muy negro...

–Nuestra idea es profesionalizar algunas estructuras del club a nivel organizativo, como la administración. Esta temporada hemos contratado a un entrenador, Mikel Diestro, vizcaíno, que vive en Ibarra. Su dedicación será exclusiva. El problema es que no hay técnicos de alta titulación y con experiencia a este nivel. Y los que hay, o se ha retirado o se han ido a otros equipos.