Un museo de Maradona en un hogar de San Sebastián

Este argentino que regenta en la actualidad la cafetería del Polideportivo de Etxadi guarda en su casa un pequeño museo del astro con diferentes pertenencias del jugador. Tiene más de cuarenta camisetas; revistas de la época; pósters; un casco de competición con su rostro –Ulises fue piloto de coches profesional–; una botella de vino edición limitada de una bodega de Mendoza que ya cerró; un reloj Hublot edición limitada con la firma de Maradona; una réplica de la Copa del Mundo con la misma dimensión y peso que la oficial, y hasta su partida de nacimiento, que él mismo fue a pedir en su día al registro. Además, cuenta también con el único libro editado en euskera sobre la vida del 'Pelusa' o incluso las botas de Messi con las que debutó en el Mundial de Alemania.

A Ulises le gusta aprovechar las oportunidades y cuando se trata del fútbol, más. Por eso no quiso desaprovechar la ocasión de que Argentina se concentrara hace tres semanas en Bilbao para ir y conocer a los jugadores. «Intenté conseguir una acreditación, pero no pude», comienza. No se rindió. «Me senté fuera de Lezama, donde había mil personas y pensé que, si esperaba en el párking, en algún momento los de seguridad se irían y podría entrar al gimnasio», comenta.

Así fue. «Entré al gimnasio y me quedé allí como media hora. De pronto entraron todos: Dibu Martínez, Lautaro, Dybala... y yo callado», relata.

Pero sin duda el momento más emocionante fue cuando Leo Messi entró en el gimnasio. «De pronto entró y me quedé en 'shock'. Le pedí que me firmara la camiseta y me hice una foto con él. Le dije que gracias y alguna cosa más que ya ni me acuerdo. No podía perder una oportunidad así».

Este argentino se siente muy orgulloso de guardar tantos recuerdos de la selección argentina y, sobre todo, de Maradona. A Ulises le han llegado a ofrecer hasta 9.000 euros por todos los recuerdos de Maradona. De hecho, ha tenido contactos con el Museo de Maradona en Nápoles.

Ulises tiene guardado en su memoria varios momentos en los que el argentino marcó su vida. Uno de ellos fue en el Mundial de 1994, cuando Maradona dio positivo por efedrina. «Cuando ocurrió, en los institutos se declaró 'asueto', que es que cuando ocurre algo importante en el país se cierran los institutos y todo, y te vas a tu casa. Fue un golpe muy duro», recuerda.

No obstante, si hay un momento que Ulises tiene guardado en su memoria es el día en el que conoció en persona a Maradona. «Verlo fue como tocar el cielo con las manos. Fue en el Mundial de Alemania. Yo estaba en la cabina de Deportes 4 gracias al entonces jugador Fernando Redondo. Y hoy es el día en el que me digo: '¿Por qué no le dije más?'», rememora.

Ulises quería tener un recuerdo imborrable, así que le pidió a Maradona que le firmara en una de sus muñecas y después se marchó corriendo a un centro de tatuajes en Frankfurt. «Me quedaban solo 42 euros en el bolsillo y el tatuaje más barato costaba algo más de 100 euros, pero en cuanto le dije al tatuador lo que era me dijo que me lo regalaba, señala».

La polémica siempre ha acompañado a Maradona. «Me ha pasado muchas veces, cuando he viajado por Europa, que la gente me diga que cómo puedo ser tan fan de Maradona. Pero yo creo que el 90% dejan de decirme esas cosas por la cara que les pongo», dice este argentino afincado en Donostia. «Yo respeto que no estés de acuerdo con su vida pero no que hables mal delante de mí porque me doy la vuelta y te dejo en tu mundo», asegura.