El Real Unión paga caros dos despistes

El técnico azpeitiarra presentó tres novedades respecto al once que hace seis días empató ante el Arenas. La más significativa fue la de Lucbert, que ocupó el extremo izquierdo en sustitución del lesionado Madrazo. A los locales les costó superar la primera línea de presión al inicio pero perseveraron una y otra vez en busca de espacios. Comenzaron a aparecer a cuentagotas con varios centros de Capelete que no encontraron rematador.

Los fronterizos fueron dueños de la posesión pero la primera clara fue para los visitantes al cuarto de hora. Irazusta salió de su área para despejar un balón que le cayó a Bustos. El extremo de los cántabros no se lo pensó y la enganchó según le vino pero su disparo no fue entre palos.

El cuadro unionista tuvo la suya cuando se cumplía la media hora y no faltó demasiado para que se convirtiese en el 1-0. Sergio Llamas se revolvió dentro del área, se zafó de un par de contrarios y sacó un centro que se fue envenenando. Tanto que el esférico acabó impactando en el travesaño.

Hubo que esperar 10 minutos más para ver en acción por primera vez al cancerbero de los santanderinos. Fue con un testarazo de Beobide a centro de Lucbert que no revistió mayores problemas para Lucas. Fue el último aviso txuribeltz antes del final de una primera mitad en la que el Racing estuvo más cómodo. Los balones en largo a Cedric y Jon Ander fueron la mejor arma de los de Solabarrieta en ese tramo.

El paso por los vestuarios se le atragantó a los unionistas. Fueron solamente seis minutos en los que los racinguistas pusieron muy a su favor la lucha por los puntos. Primero fue Soko en el 48, empujando un centro en el segundo palo, y tres minutos después fue Riki el que soltó un zapatazo imparable que hizo inútil la estirada de Irazusta. Tocaba remontar ante un adversario con potencial para hacer daño a la contra.

El decorado del partido invitaba a buscar revulsivos desde el banquillo y Zulaika lo intentó dando entrada a Kun y Thior en lugar de Galán y Lucbert. Había que empezar recortando distancias y ocasiones hubo para ello. El recién ingresado Thior pudo hacerlo en el 74 en un mano a mano que Lucas desvió in extremis a córner con la puntera.

Otro de los que partió desde la caseta, Borja Viguera, también tuvo en sus botas el 1-2 a cinco minutos del final. El riojano se revolvió a las mil maravillas dentro del área antes de resolver la jugada con un zurdazo que estuvo a punto de añadir algo de picante al duelo. Fue la última oportunidad de un Real Unión que hoy prestará mucha atención a los resultados de sus rivales en la cabeza de la tabla.