Osasuna sigue en la Copa del Rey

Ahí tienes la final que tanto querías

Arrasate defiende a los suyos en cualquier circunstancia y, aunque no es muy dado a mostrar su alegría en público, su actitud es diametralmente opuesta en su círculo más cercano. «Hicimos un ejercicio de supervivencia y creímos siempre en nuestras opciones de poder pasar la eliminatoria y clasificarnos para la final. Hay que celebrarlo. Esto es una alegría tremenda, para nosotros es historia, sólo ha pasado dos veces en 102 años», declaró eufórico el técnico berritxuarra en San Mamés tras el partido.

«Lo más importante va a ser la cabeza y la inercia de conseguir plaza en la final puede ayudarnos a nivel mental -añadió-. Todavía no hemos conseguido el objetivo de la permanencia y tenemos que lograrlo. Nos queda aún un mes para preparar un partido en el que seguramente no vamos a ser favoritos, pero en el que seguro que vamos a pelear al máximo por nuestras opciones y por nuestra gente».

Como no podía ser de otra forma, Arrasate, dio las gracias por su apoyo a los aficionados osasunistas desde el vestuario de San Mamés y les emplazó a verse en Sevilla. Fue uno más a la hora de festejar el billete para la final en la Plaza del Castillo de Pamplona, centro neurálgico de la capital navarra donde el equipo celebra sus grandes triunfos.

Se subió al templete y compartió con sus jugadores la alegría junto a miles de seguidores que abarrotaron los alrededores ataviados con camisetas y bufandas rojas y azules. Osasuna volvía a clasificarse para una final de Copa tras dejar en la cuneta al Athletic en San Mamés gracias a un gol de Pablo Ibáñez, que desató la euforia en La Catedral de toda la expedición navarra. Lo celebraron por todo lo alto en el césped y también en el vestuario. El viaje de vuelta a Pamplona desde Bilbao fue una fiesta, que se alargó después en la capital navarra hasta altas horas de la madrugada.

Es la segunda ocasión en su dilatada historia que el club navarro se clasifica para una final copera. La primera fue en 2005 y el rival fue el Betis. El partido se jugó en el estadio Vicente Calderón, antiguo feudo del Atlético de Madrid. El mexicano Javier Aguirre, que fue jugador de Osasuna y que tuvo que retirarse prematuramente tras una grave lesión de rodilla -se fracturó la tibia y el peroné tras una entrada del portero gijonés Ablanedo- alineó de salida a Elía, Expósito, Cruchaga, Romero, Clavero, Puñal, Pablo García, Valdo, Delporte, Webó y Morales. También jugaron Milosevic, David López y Aloisi.

El brasileño Oliveira adelantó a los andaluces en el minuto 76, pero el australiano Aloisi empató en el 84. Dani, delantero de no muy grato recuerdo para los seguidores realistas, decantó la balanza a favor del equipo andaluz a falta de cinco minutos para que concluyese la segunda mitad de la prórroga. El colegiado del encuentro, el cántabro Pérez Burrull, mostró cinco tarjetas amarillas a los navarros y una roja a Pablo García, por cuatro al Betis. Osasuna estuvo muy cerca de llegar a la tanda de penaltis, al cara o cruz, pero se quedó a mitad de camino.

El próximo 6 de mayo, las calles de la capital andaluza se teñirán de rojo, color de la camiseta de Osasuna. Sólo queda un mes y conseguir una entrada será cosa de locos. Se calcula que podrían caer unas 20.700 entradas.

Será la segunda final de Osasuna en Sevilla. La primera fue por el título de campeón de España de la serie B ante el Acero de Bilbao, el 4 de mayo de 1924. Los navarros perdieron 2-1 y se quedaron con la miel en los labios. Ahora esperan que la historia sea bien distinta. Da igual que enfrente esté uno de los dos transatlánticos de la Liga.