Roglic y Pogacar charlan antes de la salida de la etapa de este viernes. AFP
Tour de Francia

El reloj marca la hora de Roglic

La superioridad del maillot amarillo sobre Pogacar contra el crono es clara, pesea la derrota en el campeonato esloveno

Viernes, 18 de septiembre 2020, 22:11

A falta de besos en el podio, la leyenda de las bellas muchachas que preferían suicidarse lanzándose a un lago a ser raptadas por soldados ... suecos en la guerra de los Treinta Años espera al ganador del Tour al final de la etapa de este sábado. Una contrarreloj de 36,2 kilómetros con final en La Planche des Belles Filles, una dura subida de seis kilómetros después de 30 de llano. Es el momento, y el reloj marca la hora de Primoz Roglic (Jumbo).

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El maillot amarillo cuenta con 57 segundos de ventaja sobre Tadej Pogacar, que no parecen demasiados para una etapa que rondará la hora de esfuerzo. Sin embargo, las sensaciones y los precedentes dan como favorito indiscutible al líder del Tour.

Roglic y Pogacar solo se han enfrentado dos veces en una contrarreloj. Este año, en el campeonato de Eslovenia de la modalidad, que se adjudicó el corredor del UAE al derrotar por nueve segundos al líder del Tour en un recorrido de 15,7 kilómetros. El anterior precedente fue en la Vuelta a España del año pasado, en la décima etapa, sobre una distancia idéntica a la de hoy, 36,2 kilómetros. Roglic ganó la etapa y Pogacar no pudo pasar del undécimo puesto, a 1:29 de su paisano.

En realidad, las capacidades contrarreloj del joven esloveno son una incógnita, ya que en el primer nivel solo ha corrido tres pruebas en la modalidad. Las dos citadas, más la de la Itzulia en Zumarraga en 2019, cuando fue 18º a 43 segundos de Schachmann. En esa misma campaña, Roglic ganó dos de las tres cronos del Giro de Italia -la segunda, en San Marino, muy similar a a la de hoy, de 35 kilómetros y final en alto- más la larga de Romandía.

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Nuevo manillar

Roglic, fiel a su fama de ciclista meticuloso y riguroso, no va a dejar ningún cabo suelto y no va a pecar de exceso de confianza. Por eso mismo, estrenará un nuevo manillar de contrarreloj, el Vision Metron Tfe Pro, que pesa 128 gramos y, según la marca, provee una mejora del 8% en el rendimiento, que traduce en 9,4 segundos en una prueba de 40 kilómetros.

El Jumbo no ha descuidado el aspecto tecnológico en este Tour, que ha corrido con unas ruedas distintas a las de su patrocinador técnico, Shimano, cambiadas por unas Corima -proveedor del Astana- por su mayor ligereza. Por eso no lucen ninguna marca las ruedas de los ciclistas del Jumbo y llevan unas llantas negras.

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En un ciclismo tan marcado por la igualdad, cualquier detalle puede tener importancia y los grandes equipos no descuidan las pequeñas cosas. Mikel Landa (Bahrain), por ejemplo, va a estrenar un prototipo de rueda lenticular trasera, para intentar sujetar su quinto puesto en la general, presionado por Enric Mas (Movistar), a 49 segundos.

Favorable a los favoritos

La contrarreloj final de una vuelta de tres semanas siempre es favorable a los primeros de la general, que suelen ser los que se disputan el triunfo de etapa. La de este sábado, con más razón con esa meta en la cima de La Planche des Belles Filles.

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Salvo sorpresa monumental, la contrarreloj no será decisiva en el desenlace de la carrera, en un síntoma más del declive de la especialidad. Los organizadores han rebajado, no solo en el Tour, hasta el límite los kilómetros contra el crono. La de hoy es la única de toda la carrera; el año pasado tuvo 22,7, más 27 por equipos, y en 2018, 31 más 35 por escuadras.

Se busca ganar interés en las etapas de montaña, que los escaladores no lleguen a ellas con todo perdido y puedan atacar. Es el nuevo perfil de las vueltas de tres semanas, pero a la hora de la verdad siempre acaban ganando los mejores, que se adaptan a cualquier recorrido. Un contrarrelojista, Roglic, sucederá a un escalador, Egan Bernal (Ineos), en el podio de París.

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Primoz Roglic: «Decidiré si cambio de bici en el momento»

«No ha sido realmente un día de recuperación, con el Bora que tenía muchas ganas de ir rápido para intentar ganar la etapa. Ahora nos centraremos en la contrarreloj. Ya hice un reconocimiento del recorrido y es bastante difícil al final. Tendremos que ir a tope el mayor tiempo posible. Hemos estudiado la posibilidad de cambiar de bici después de la parte más bien llana hasta el kilómetro 30 para afrontar la subida final de seis kilómetros, pero veremos las condiciones. Lo decidiremos a lo largo de la jornada. Miraré los tiempos durante la etapa y veremos dónde estamos, para decidir si tenemos que correr defendiendo o atacando. Ya dije que la diferencia nunca es suficiente, siempre quieres más».

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