Llega la última semana del Tour de Francia y muchos equipos siguen con los deberes sin hacer. Los directores se ponen nerviosos y toca intentar ... hacer en los últimos días el trabajo que se debía haber hecho antes. Como les sucede a los 'malos' estudiantes la víspera del examen. Las prisas nunca son buenas compañeras de viaje.
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Llega una semana muy dura y ante la superioridad aplastante demostrada por Visma y sobre todo UAE, a los demás les toca luchar por las migajas. Veremos quién saca el aprobado en los días que faltan y quién suspende. Porque resta terreno para sacar el aprobado.
Al margen de eso, Pogacar, con el Tour 'sentenciado' a su favor, deberá aguantar a un Vingegaard que no se va a rendir. Entiendo que las características de los puertos alpinos se adaptan mejor a las cualidades del danés, aunque la carrera será al final para el esloveno.
Las últimas semanas del Tour, además, son proclives a que las formaciones que han conseguido algo dejen a un lado la valentía y opten por una estrategia defensiva. Hay quienes tratan de conservar incluso un décimo puesto en la general o hasta el duodécimo. Si corren riesgo de perder una plaza, el equipo defiende a su hombre mejor colocado. Siempre hay alguna razón para obrar a la defensiva y eso ayuda al maillot amarillo, aunque esta vez no creo que lo necesite.
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Después del segundo día de descanso, llegar una etapa preciosa con final en el Mont Ventoux. Espero que en esta ocasión se pueda llegar arriba. Como corredor, cuando lo he subido soplaba con fuerza el viento y era prácticamente imposible pedalear en los últimos kilómetros, donde no existe protección natural. En alguna ocasión se ha tenido que recortar incluso la etapa hasta el Chalet Reynard por esa razón.
Un lugar inmejorable para que los equipos con los deberes pendientes logren una victoria de prestigio. Eso sí, con permiso de un UAE que lo quiere todo.
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