El alma congelada
Cuando fui por primera vez al Tour de Normandía acudí con mucha ilusión porque era mi debut como director. Sin embargo, me invadió una gran ... tristeza al llegar allí. Las señales de la Segunda Guerra Mundial eran visibles en todas partes. En carrera, radio vuelta avisaba con antelación de los pasos por los cementerios para pedir que no tocáramos la bocina y fuéramos respetuosos dentro de lo posible con aquellos lugares. Al ver todas aquellas cruces blancas se nos congelaba el alma.
En el desembarco del Tour en Caen, con una emocionante contrarreloj, Pogacar congeló el alma de Vingegaard, víctima de un golpe durísimo. El resultado invita a considerar al esloveno virtual vencedor del Tour cuando todavía no estamos ni a las puertas de los Pirineos y de los Alpes. Si ya era favorito antes de salir y se comporta así de bien en el terreno que menos le beneficia... En realidad, falta mucho y puede suceder de todo. Visma está obligado a pasar al ataque. Ya no tiene nada que perder. Estoy convencido de que lo hará desde hoy.
Evenepoel cumplió los pronósticos y afianza las opciones de podio, su gran objetivo. La duda era si sería capaz de sacar 40 o 50 segundos a los dos grandes favoritos. Lo consiguió de sobra con el danés, no así con el esloveno, que cedió poco tiempo. El belga está en su sitio, donde se esperaba. El perdedor de la crono es Vingegaard, a quien la buena preparación llevada a cabo y lo visto en el Dauphiné empujaba a verle cinco segundos por detrás o cinco por delante de Pogacar en la general a estas alturas de la carrera. La realidad es que sale de este primer tramo a 1:13 del gran favorito y ha perdido la primera batalla psicológica.
Mención aparte merece la actuación de Vauquelin, ilusionante para la afición francesa. No se encuentra tan lejos del podio, aunque pienso que ese objetivo es una quimera para el ciclista del Arkéa a pesar de su excelente rendimiento.
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