Ciclismo | Milán-San Remo
La primavera de Alex AranburuEl ciclista ezkiotarra llega «mejor que nunca» a la 'Classicissima' de mañana sábado y aspira a ser protagonista en el monumento más fácil de correr y más difícil de ganar
Alex Aranburu (Movistar) se subió ayer a un avión en Barcelona rumbo a Milán. Destino a la Milán-San Remo, el primer monumento de la ... temporada, que se disputa mañana. El ezkiotarra llega a la salida de la 'Classicissima' –que este año no se dará en la capital lombarda, sino en Abbiategrasso– «con ganas, bastante mejor que el año pasado. Ya veremos qué pasa». En sus tres participaciones anteriores ha destacado, con dos séptimos puestos (2020 y 2021) y el 12º de la última tras verse cortado por la caída de Nizzolo bajando el Poggio. Busca ser protagonista, como el año pasado cuando se fue al ataque con Pogacar (UAE) en la subida final. «Esa es la idea, a ver si hay un poco de suerte». Disecciona los secretos de la clásica más fácil de correr y más difícil de ganar. Turchino, Cipressa, Poggio, via Roma... Milán-San Remo, la 'Classicissima, la 'Primavera' según Aranburu.
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Salida-Passo del Turchino 144 kms.«La cabeza desconecta y se busca rodar por atrás»
«Es una clásica especial, porque te vas a los 325 kilómetros con la salida neutralizada. Se suele formar la escapada rápido y luego los primeros 120 kilómetros son a un ritmo suave. Se pone algún equipo a tirar y la marcheta es tranquila, nadie quiere dar la cara y suele haber hasta lucha por ocupar las plazas traseras del pelotón. La verdad es que en este tramo de la carrera la cabeza desconecta y se pasa hablando con uno y con otros por atrás. Se pondrá el UAE a marcar un ritmo y quizá algún equipo más. La excepción puede ser si el aire pega a favor, aumenta la velocidad y ya no se va tan cómodo. Es lo que sucedió hace dos años. En estos primeros kilómetros el cuerpo no suele responder bien. Llegas hinchado a la salida, después de varios días de comer mucho con el fin de acumular reservas para una prueba tan larga. Las piernas no van bien, pero poco a poco se le va dando la vuelta para cuando la carrera se lanza de verdad. No se hace un entrenamiento específico para afrontar 300 kilómetros».
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Passo del Turchino-Alassio 236 kms.«Empieza la lucha por la colocación»
«El Turchino no es un punto decisivo de la carrera y reina una cierta calma tras su bajada, pero es en este tramo en el que empieza la lucha por la colocación. Desde su cima, la meta aún está muy lejos (a 150 kilómetros), pero todo el mundo prefiere afrontar la subida bien colocado y se nota la tensión. Es importante estar bien posicionado para la bajada, que lleva a la costa, que no se abandonará ya hasta el final. La tensión va subiendo según la carrera se aproxima a la zona de los Capos».
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Capo Mele, Cervo y Berta 255 kms.«Son solo repechos, pero se notan en las piernas»
«La Milán-San Remo entra en su zona decisiva. La zona de los Capos es complicada. Son solo repechos, pero se suben a tope y se notan en las piernas. La mentalidad ya tiene que ser otra totalmente distinta a la del inicio. Es muy importante cambiar el chip, y al principio cuesta. El desarrollo de la carrera suele ser muy parecido años tras año y todo el mundo sabe cuáles son los momentos para estar relajado y para estar atento».
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Cipressa 272 kms.«Aquí se ve si vas o no; se sube muy, muy rápido»
«La Cipressa es muy importante. Se sube muy, muy rápido desde abajo y aquí se ve si vas o no vas. Los líderes aprietan y la ascensión suele ser una locura. Hay que estar en el sitio bueno desde el cruce donde empieza y ya no se para. El año pasado Pogacar puso a su equipo a subir a tope y esta vez espero que aprieten todavía más porque querrá endurecer la carrera. No es una subida imponente, pero lo más duro son los kilómetros. Se corona en el 272 y eso se nota, son muchísimos. La velocidad de ascensión es muy alta y hay que estar atento, porque si se toma mal una curva se te mete mucha gente por delante. Una mala colocación perjudica mucho».
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Poggio 288 kms.«A tope desde abajo, cada uno a todo lo que puede»
«El momento decisivo. Alguien como Pogacar podría intentarlo desde la Cipressa, pero no creo que lo haga. El Poggio es complicado desde antes de empezar. La aproximación es de locos, con una tensión máxima por entrar delante. Se llega por una carretera de dos carriles y se accede al puerto en un estrechamiento, con una pared a la derecha y pretil por la izquierda. La colocación es muy importante. Se sube a tope desde abajo y cada uno va a todo lo que puede. El año pasado Pogacar atacó un poco más abajo del falso llano de arriba y esta vez habrá vuelto a calcular cuál es el punto ideal. Quizá lo adelante. Desde abajo también su puede ganar esta carrera, aunque es cierto que el falso llano de la parte superior es normalmente el punto clave. Es donde más daño pueden hacer los favoritos, porque aún tienen un cambio de ritmo. Pero nada es seguro porque el año pasado, sin ir más lejos, se decidió en la bajada del Poggio. Y hace unas ediciones Nibali se impuso con un intento más lejano. Se puede ganar de otra manera. La bajada también cuenta. Los dos-tres kilómetros finales en las calles de San Remo son muy tácticos, en función de la situación de la carrera. Es una clásica que tiene mucho encanto, no hay otra de 300 kilómetros y es impresionante cómo la viven en Italia. El primer año no sabía que tenía tanto nombre , pero cada vez que voy me gusta más».
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Aranburu ha sido séptimo en dos de sus tres participaciones en la Milán-San Remo. En la carrera de mañana aspira a mejorar ese puesto.
Alex Aranburu conoce bien la oposición que se va a encontrar en el primero de los cinco monumentos de la temporada (después vendrán Tour de Flandes, París-Roubaix, Lieja-Bastogne-Lieja y Giro de Lombardía) y señala a Tadej Pogacar como primer favorito. «Quizá no sea la que mejor le va, pero anda mucho en todas las carreras, al sprint, para arriba, contrarreloj... El año pasado ya llevó la iniciativa y espero que esta vez, también. Además tiene un buen equipo para trabajar. No creo que ataque de lejos, supongo que hará dura la carrera y pondrá un ritmo infernal desde la Cipressa para jugársela en el Poggio. Intentaré estar delante. Llego mejor que el año pasado. Después de la Tirreno-Adriático, donde me vi muy bien, la semana ha sido para descansar y recuperar».
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