Primoz Roglic, en la lista de los mejores a base de voluntad

Al revés que Tadej Pogacar (UAE), Primoz Roglic (Jumbo) no es un talento puro. El ganador del Giro de Italia es producto de una voluntad férrea. Comenzó a practicar los saltos de esquí con 8 años y en 2006 fue campeón del mundo juvenil por equipos con Eslovenia, un conjunto en el que estaba, entre otros, Mitja Meznar, el hombre que le empujó cuando se le salió la cadena en la escalada al monte Lussari el sábado. En 2011, con 22 años, dejó de volar con los esquís y se presentó en un club ciclista de Ljubljana diciendo que quería ser profesional.

Le respondieron que tendría que pagárselo todo, incluida la bici, y que le costaría unos 5.000 euros. Pensaron que nunca más le verían, pero a los tres meses volvió con una Willier y el resto del dinero, una parte prestada por su padre y otra, ahorrada con un trabajo en un supermercado.

Su fama como saltador de esquí internacional y sus espectaculares parámetros físicos le abrieron las puertas del Adria Continental un año después. Se caía todos los días. No podía ni comer en las carreras, porque si soltaba el manillar se iba al suelo. Más que correr, se enfrascaba en batallas consigo mismo. Hasta hoy, las caídas son un problema para Roglic. Sin ir más lejos, en la última Vuelta a España se tuvo que retirar tras irse al suelo cuando estaba enfrascado en la lucha por la general con Remco Evenepoel.

Desde que lanzó su carrera en en Euskadi con dos triunfos de etapa en la Itzulia de 2017 para volver en 2018 y hacerse con la general, su carrera ha sido implacable. Ese mismo año ganaría Romandía y una etapa del Tour,. Fue cuarto en París. Desde 2019, ha disputado nueve grandes Vueltas. Ha tenido que abandonar dos Tours y una Vuelta por caídas, y en las otras seis ha subido al podio. Cuatro victorias, tres Vueltas y este Giro, un segundo puesto en el Tour de 2020 y un tercero en el Giro 2019.

Su palmarés incluye 74 victorias y fuera de las grandes también es de relumbrón. Ha ganado dos veces Tirreno-Adriático, Itzulia y Romandía, además de París-Niza, Dauphiné y Lieja-Bastogne-Lieja. Es campeón olímpico contrarreloj.

Roglic no descarta correr el Tour, aunque en principio iba a disputar la Vuelta. «Todavía no lo sé, pero nunca digas nunca jamás. Quiero tener unas pequeñas vacaciones y luego decidiré. No quiero estresarme».

El Jumbo estaría valorando seriamente la posibilidad de llevarle a Francia para ayudar a Jonas Vingegaard en su lucha contra Pogacar. Los responsables del conjunto neerlandés calculan que la superioridad numérica que aportaría Roglic en los momentos claves es la mayor garantía a su alcance para desafiar al líder del UAE.

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