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Luca Corsi
Jueves, 15 de mayo 2025, 02:00
En 1935, Mussolini deportó a Carlo Levi a Matera porque enviarle al fin del mundo le parecía poco castigo. Después de la guerra, Levi, ... escritor, pintor y médico turinés, contó lo que vio: «Cristo nunca llegó aquí, ni llegó tampoco el tiempo, ni el alma individual, ni la esperanza, ni el vínculo entre causas y efectos, la razón y la historia».
El 1 de abril de 1948, impresionado por el libro, el secretario general del Partido Comunista Italiano, Palmiro Togliatti, visita la ciudad, entra en las cuevas donde conviven personas y animales, sin agua corriente, sin luz, sin las mínimas condiciones sanitarias. Habla con todos. Las banderas rojas engalanan el pueblo, el primero en despachar a los nazis. A las cinco de la tarde, Togliatti habla a la multitud en la plaza Vittorio Veneto. Tiene muy claro lo que va decir: esos barrios «son una vergüenza nacional».
Sus palabras retumban en toda Italia y en los años 50 quizá Cristo no, pero sí llegaron las grúas. Se lleva a cabo un plan de urbanización y los vecinos se trasladan a viviendas nuevas en la parte alta de la ciudad. Casi 80 años después, Matera es un destino turístico de primer orden, patrimonio de la humanidad y sus cuevas acogen hoteles.
Pero a Matera aún cuesta llegar, por sus intrincadas calles. Que se lo pregunten a Mads Pedersen (Lidl-Trek), líder del Giro de Italia, que ganó la etapa después de un sufrimiento al límite tras ser descolgado a dos kilómetros para el final por su compañero Mathias Vacek y verse obligado a continuación a remontar a todo el grupo ya después del triángulo rojo, justo a tiempo para lanzar el sprint y ganar. Batió a la tremenda y por un tubular a Edoardo Zambani (Bahrain), al que dejó sin el triunfo de su vida. Tercero fue Tom Pidcock (Q36.5).
Es la tercera victoria de etapa Pedersen, que antes de la salida había firmado su renovación por el Lidl-Trek hasta el final de su carrera. Un contrato eterno, como Matera, una de las ciudades habitadas más antiguas del mundo. Desde el Paleolítico, dicen.
«Los últimos 20 kilómetros han sido durísimos, he sufrido mucho en esa última subida», explicó el danés. «Estaba detrás, pero sabía que aún era posible pese a que me dejé muchas fuerzas tratando de seguir la rueda de Vacek intentando remontar. Es más de lo que nunca soñé. ¡Qué Giro! ¡Y qué equipo tengo!». En la general amplía a 17 segundos su ventaja sobre Primoz Roglic (Bora). Los favoritos no pasaron apuros.
Togliatti se fue conmocionado de Matera y el 14 de julio de aquel mismo año 1948 fue víctima de un atentado. Alcide de Gasperi, presidente del Consejo de Ministros y líder de la Democracia Cristiana, llamó esa noche por teléfono a Francia a Gino Bartali y le dijo que tenía que ganar el Tour para evitar la guerra civil en Italia. El 'Fraile volador' ganó el Tour.
Por si la exuberancia hubiera sido poca hasta ahora, el Giro llega hoy a Nápoles, con la clásica etapa interminable que tanto gusta en Italia: 227 kilómetros de nada con meta en Via Caracciolo, junto al mar, donde la sirena Parténope. Pero esa es otra historia.
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