Euskaltel recupera la camiseta de la marea naranja, bandera del ciclismo vasco

El Euskaltel-Euskadi es mucho más que un equipo. Por eso tiene doble vestuario: un maillot para competir y una camiseta para compartir sentimiento e identidad con su afición. Esa prenda naranja destinada a los seguidores acaba de ser presentada en la sede de la compañía de telecomunicaciones, en Zamudio. «La marea naranja de aficionados que llenaron las cunetas del Tour es una de las cosas de las que más orgullosos nos sentimos», ha destacado Xabier Iturbe, presidente de la compañía. «Es algo que crea un vínculo con Euskadi». Es la bandera del ciclismo vasco, que quedó enterrada en 2013 cuando el primer Euskaltel desapareció.

En esta nueva etapa, la camiseta difundirá el carácter poético del euskera con el sonido de ocho palabras: bihotz (corazón), sorgina (bruja), musu-truk (gratis), ortzadar (arcoíris), bizilagun (vecino), maiteminduta (enamorado), ilgargi (luna) y galtzerdi (media). «En las camisetas van traducidas al castellano y el inglés para abrir el euskera al mundo», ha explicado Iturbe. Habrá 50.000 prendas a disposición de los clientes de Euskaltel a través un sorteo (mareanaranja.euskaltel.eus) que se celebrará el 14 de julio.

Jesús Ezkurdia, mánager de la Fundación Euskadi, y Mikel Landa, presidente de la entidad, hablaban por teléfono esta mañana sobre la marea naranja. «Nos hemos emocionado. Es que Mikel se imagina ya este año subiendo los Pirineos en el Tour rodeado de camisetas naranjas. Para nosotros es un sueño», ha comentado Ezkurdia mientras Landa continúa su preparación de la ronda gala en los Alpes.

«Crecí soñando con ser Iban Mayo o Haimar Zubeldia atacando a Armstrong en el Tour. Iba con cuatro amigos a ver la carrera con camisetas naranjas e ikurriñas», contó Mikel Landa en la presentación del equipo Euskadi en 2018. Siempre ha querido recuperar aquella marea naranja de aficionados vascos que coloreaba el Tour. «Me gustaría contagiaros esta ilusión», lanzó al público del Azkuna Zentroa. Y se impuso como meta reflotar la marea. En febrero de este año, la Fundación Euskadi anunció la mejor noticia. Euskaltel volvía a su maillot. Ya estaban todas la piezas del equipo que fue. El mecanismo sentimental del ciclismo vasco tiene ese color.

El naranja persiste. Deletrear Euskaltel-Euskadi frente a las paredes de los Pirineos rescata aquellas escenas del Tour repletas de aficionados vascos uniformados de naranja que acunaban con voces y ánimos a sus ciclistas y también a los rivales. «¡Aúpa!». Ese sonido entró en la jerga del Tour en 2001, pero se extinguió en 2013 cuando el equipo se apagó. Aun así, en el aire quedó el eco. La memoria. En 2003, Mayo y Zubeldia, dos dorsales naranjas, le discutieron el Tour a Armstrong y Ullrich. Al otro lado de la televisión, un niño de 13 años les veía desde Murgia. Era Mikel Landa, que soñaba con aquel maillot. Lo vistió varias temporadas y ahora preside la Fundación.

La tracción del ciclismo profesional es el dinero. Pero hay algo más. Queda hueco para el sentimiento. En 2017, Landa salió al rescate de la Fundación Euskadi, un proyecto que había nacido en 1992 como un milagro. Fue, claro, en Lourdes, a donde van los devotos a pedir imposibles. Allí, José Alberto Pradera, entonces diputado general del Bizkaia, y Miguel Madariaga, director del equipo Beyena, vieron cómo miembros de la escuadra holandesa PDM ocupaban la barra de un bar durante una etapa del Tour. Era el tiempo de Induráin. Se respiraba ciclismo. Y Pradera soñó el alto: «Miguel, ¿sería posible un equipo profesional vasco?». Lo fue con la ayuda de Juan Carlos Urrutxurtu. Aquel mes de julio brotó el eco, en la falda de los Pirineos.

Y en 2001 el color naranja tiñó la cunetas del Tour. La marea de aficionados vascos festejó los triunfos de etapa de Laiseka, Mayo, Astarloza, Samuel Sánchez... Cuando Landa recogió la Fundación Euskadi se fijó como misión retornar a ese punto de partida. En el camino de vuelta, siempre al lado de Orbea y Etxeondo, se ha reencontrado con la firma que le puso el color naranja, Euskaltel. De nuevo unidos como eslabones de la misma cadena. Desde 2013, al Tour le falta una palabra, aquel 'Aupa' que siempre acompañaba a los hinchas vascos, y le falta un color, el naranja del Euskaltel. Queda trecho por recorrer para retornar al Tour. Pero la afición ya vuelve a tener traje para ese viaje.

Mientras continúa ese largo viaje de regreso a París, el equipo vasco tiene calendario para esta temporada partida por la pandemia. Los corredores de Jorge Azanza comenzarán a competir el 18 de julio en el GP Torres Vedras, en Portugal. Luego acudirán a la Vuelta a Burgos, el Circuito de Getxo, la clásica del Mont Ventoux y varias carreras de nivel en Italia y Francia antes de terminar la campaña el 12 de octubre en la Klasika de Ordizia, buen escenario para pasear el nuevo uniforme naranja.