El Bidasoa pasó en pocos días de marcar 37 goles al Constanta a encajarlos en Nava

Pero en Nava de la Asunción el conjunto amarillo recibió 37 goles, 21 en el primer tiempo. Lo normal con esa cifra es perder y así fue, 37-33 contra un Nava que ahora tiene once puntos, por nueve del Bidasoa Irun, que llega al parón a tres puntos del segundo clasificado. Los de Mozas son octavos, empatados con Logroño y Atlético Valladolid, sexto y séptimo, junto con el Ademar los únicos de esa parte alta de la clasificación que todavía no han jugado contra el Barça,

37 goles son muchos. Demasiados para encajar pero pocos días antes fue el cuadro bidasotarra quien logró esa cifra, ganando 37-25 al Constanta. Dos actuaciones contrapuestas que reflejan la irregularidad mostrada en este primer tramo de la competición.

A esa cuestión se refirió Alex Mozas tras el encuentro: «Tenemos que valorar el mes que hemos hecho, que yo creo que ha sido un buen mes, aunque nos ha faltado un poco de regularidad. Pero hemos tenido buenos momentos y tenemos que crecer a partir de aquí».

Superioridad navera

El cuanto al encuentro, el madrileño señaló que «después de jugar nueve partidos en un mes, no era el mejor sitio para acabar. Sabíamos que iba a ser muy duro para nosotros, en una pista donde es muy complicado puntuar».

Además, «nos encontramos con un equipo que hizo un partido muy bueno, que estuvieron súper acertados. No les supimos frenar en ningún momento, salvo en los quince primeros minutos de la segunda parte, en los que nos encontramos mejor en defensa».

Reconoció que «cometimos muchas pérdidas de balón y muchos errores de lanzamiento en seis metros. Creo que no acerté en la rotación en la segunda parte, cuando remontamos». Con la suma de todo, aseguró que «para ganar a un equipo como el Nava hay que jugar mejor». Por eso, asumió que «el Nava fue mejor que nosotros y se mereció la victoria».

Mozas tuvo un momento de reflexión: «Perdimos el partido, pero es solo balonmano. Hay cosas mucho más importantes en la vida, como por ejemplo lo que está pasando en Valencia. Es una de esas cosas que te hacen relativizarlo todo».