Balonmano

Sin defensa no se pueden ganar partidos

Así arrancó el duelo entre dos equipos que aspiraban a entrar en el podio provisional de la clasificación, con empates a 1, 2, 3 y 4 goles. En los primeros cuatro minutos, el conjunto amarillo dispuso de tres penaltis –acertó dos y falló uno– y de una superioridad numérica que hizo caer de su lado, 0-1, para cobrar su primera y única renta del primer tiempo, 2-3.

Después, recibió un parcial de 4-1, con dos goles a la contra, que obligó a Alex Mozas a pedir tiempo muerto con 7-4 y sólo diez minutos disputados. Eran muchos goles recibidos y eso que Maciel había empezado parando algunos balones. La elogiada defensa de los últimos partidos no apareció en Nava y el equipo local fue sumando goles hasta llegar a esa exagerada cifra de 21 en el primer tiempo.

Tras el mencionado 7-4, el partido se igualó y entró de nuevo en fase de equilibrio, con intercambio casi milimétrico de goles. Entre ellos, dos de Unai Barreto, que ayer debutó con el primer equipo, algo que su hermano Xabier ya había hecho hace dos temporadas, antes de recalar en el Alicante. Sigue la saga familiar que empezó el portero Javi en los años noventa.

Tras el 15-14, el Nava apretó el acelerador y en sólo tres minutos se adjudicó un parcial de 5-1 que destrozó la balanza con la que había transcurrido el primer tiempo. No sólo cobró cinco goles de renta (20-15 y 21-16) sino que se fue con 21 goles al descanso, una cifra altísima.

El Bidasoa Irun saludó con acierto a la reanudación, acercándose a dos goles en el 21-19, pero su remontada tendría que esperar. El Nava se encontraba a gusto y no tanto el equipo guipuzcoano, que coleccionó errores en elaboración y lanzamiento, aunque mejoró en defensa.

En los ocho minutos que van del cinco al trece, en la portería amarilla sólo entraron dos balones. Y en la contraria, seis, tres de ellos con la firma de Julen Mujika. En el 26-26 y en el 28-28 los de Alex Mozas desaprovecharon sendos balones para ponerse por delante y eso sucedió al tercer intento, por mediación de Esteban Salinas.

28-29 y 29-30 fueron las veces en las que los jugadores guipuzcoanos estuvieron por delante en el marcador y que hacían pensar en la posibilidad de sumar algún punto en la complicada cancha de Nava de la Asunción. Sin embargo, la productividad amarilla se quedó bajo mínimos en el tramo decisivo del encuentro. En diez minutos, el Bidasoa Irun sólo marcó un gol, de penalti, y lo aprovechó el Nava para escaparse al 36-31 a falta de dos minutos. El duelo entre los dos equipos que iban cuartos ya tenía dueño definitivo.