«Los lituanos viven el baloncesto con una pasión desbordante»

– ¿Cómo es el baloncesto en Lituania?

– Allí en los bares hay pósters de baloncesto. Todos los entrenadores deberíamos pasar al menos una temporada en Lituania, porque es otra manera de entender el baloncesto y la vida. Tuve la suerte de estar un año y no pude seguir porque, sencillamente, mi presidente escapó dejando deudas por todos los lados. Me propusieron seguir sin cobrar media temporada y una de las mejores decisiones que he tomado en la vida fue quedarme con un equipo que a partir de enero estaba formado prácticamente por lituanos, y aún así ganamos la Liga. La gente vive el baloncesto con una pasión desbordante. La afición llenaba siempre el pabellón, 16.000 personas cada noche. Recuerdo que desplegaron una bandera que abarcaba toda una grada con el mensaje de 'Mucho más que un entrenador' escrito en catalán. Estoy muy orgulloso de esa etapa.

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– La visita es obligada entonces.

– Estar en el Zalgirio Arena es algo espectacular. En ninguna otra cancha he visto que aún perdiendo la gente te dé las gracias al unísono. Si veían que competías, 16.000 personas a la vez gritaban 'Aciu', gracias en lituano.

– Quedan dos meses, pero no me resisto a pedirle una recomendación para el Día del Libro.

– Si no van a leer mis dos novelas, ahora estoy con 'Cuando las arañas tejen juntas pueden atar a un león', de Daniel Coyle. Habla de cómo generar dentro de un equipo la química que permita funcionar. 'Invicto' es un libro sobre el estoicismo muy bueno, y el de Imanol Ibarrondo, 'La primera vez que le pegué con la izquierda', es de lectura obligada. He estado en muchas conferencias en las que se han hecho referencias a ese libro.