Bolt nos ha ido preparando para recibir su jubilación como atleta desde la cita olímpica el pasado año en Río. El Good bye debería llegar hoy -antes del relevo el próximo sábado-. Sin embargo ya se han alzado voces que señalan que existen demasiadas presiones empresariales (Puma), gubernamentales (Jamaica), del mundo atlético (IAAF y patrocinadores) y hasta del propio atleta (no olvida que gana 27 millones de euros al año)... para que Usain Bolt siga siendo la estrella de este deporte hasta el próximo Mundial 2019 y hacer un guiño a los Juegos de Tokio un año después. No sé...
Yo pienso que Bolt ha perdido parte de ese colmillo afilado que le llevaba a ganar oros y más oros. Los récords del mundo son ya inalcanzables y esto le resta motivación. Es una bestia como competidor pero lo es menos para entrenar. Paulatinamente ha bajado su intensidad e incluso este año renuncia a los 200 metros, su distancia preferida pero se le hace demasiado larga en esta su época de prejubilación.
Vamos a disfrutar esta noche (22.45) de la final de 100 m y de su relámpago. Luego ya se verá. Eso sí, el atletismo va a perder un referente inmenso que lo era incluso para los no amantes del atletismo. Bolt es mucho Bolt. Como lo fueron Carl Lewis, Moses, Coe, Bubka, Michael Johnson... y pocos más.
Aunque Bolt haya eclipsado a una generación de atletas, pienso que el atletismo ha ganado muchísimo con su presencia. Bolt se va, gracias por todo. ¿O no se va?