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La maratoniana Kathrine Switzer posa en DV Gunea frente a su imagen corriendo el Maratón de Boston en 1967 con su dorsal número 261. F. DE LA HERA
Una leyenda del atletismo visita DV

Kathrine Switzer: «Me gustaría ver a más mujeres de entre 50 y 70 años correr»

La maratoniana estadounidense, que fue la primera mujer en correr y finalizar el Maratón de Boston, es pionera en la igualdad de género en el deporte

Maider Artola

Jueves, 22 de agosto 2024, 02:00

Kathrine Switzer (Amberg, 1947) fue la primera mujer en disputar una carrera con dorsal y lo logró en el Maratón de Boston 1967. Además de ... dedicar toda una vida a ello, también es pionera en la igualdad en el deporte. Suya es la imagen que representa la desesperación en su primera gran carrera por el hecho de ser mujer. Estudió periodismo en la Universidad de Syracuse con el fin de fomentar el deporte femenino en la sociedad.

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– ¿Por qué decidió correr maratones?

– Comencé a los 12 años. Primero me inscribí a hockey sobre hierba en mi escuela, aunque siempre tenía en mente que lo mío era correr y sentirme empoderada. Mientras estudiaba periodismo fui a la oficina del entrenador de atletismo y le dije: «Aquí no hay deporte para mujeres, ¿puedo correr en el equipo masculino de cross country?». Su respuesta fue: «No puedes hacerlo, pero puedes venir a entrenar con nosotros». Cuando cerré la puerta comenzaron a reirse. Al día siguiente me encontré con un chico de unos 50 años que estaba lesionado. Era entrenador voluntario, pero tampoco apostaba por mí. Realizó el maratón de Boston 15 veces y cuando comencé a salir a correr con él se dio cuenta del poderío que tenía. «Las mujeres tienen un potencial oculto en la resistencia», me dijo.

– Recientemente ha estado en los Juegos Olímpicos de París.

– Una de las razones por las que estuve fue porque, por primera vez en la historia, había 50/50 hombres y mujeres. Querían celebrarlo con muchos logros de mujeres. Estuve allí con dos realizadores de documentales haciendo el maratón de mujeres y la carrera popular.

– ¿Cuál es su vínculo con la Behobia-San Sebastián?

– Esta media maratón existe desde hace mucho. Los vascos son conocidospor ser grandes corredores y fondistas. El club Fortuna y la Universidad de Deusto me invitaron en 2018 y fue maravilloso. Félix Arrieta –profesor de la universidad– entendió la importancia de la sociología y la igualdad en las mujeres. Él quería que yo viniera. Estamos muy concienciados en el 50/50. Pienso que estará cerca en 2025. Hay muchas mujeres entre 20 y 30 años, pero no tantas entre 50 y 70. Me gustaría verles en acción. Las mujeres tienen miedo de envejecer, pero si hicieran ejercicio todos los días podrían conservar gran parte de su optimismo, su juventud y su vitalidad. A la hora de correr no importa la talla, la edad, el género y el color.

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– La igualdad está cerca.

– España siempre ha tenido la fama de no poner a las mujeres por delante. Muchas otras carreras ya están 50/50. El maratón de Nueva York, el de Chicago... La prueba de Nueva York se hizo en noviembre y hubo 2.000 mujeres más que hombres. Cuando gané la de Nueva York en 1974 había 340 hombres y 10 mujeres. Ahora hay 27.000 mujeres.

– Su participación en Boston 1967 no fue la deseada.

– Afectó toda mi vida porque era mi primera gran carrera. Estaba muy emocionada. Solo quería correr. Cuando me atacaron, pensé que había hecho algo mal. Me sentí avergonzada. Encima ocurrió frente al camión de prensa.

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Éxito

«Un taxista fue quien me motivó a escribir el libro 'Marathon Woman' después de ayudar en el Maratón de Boston»

– ¿Qué cambios significativos ha notado desde que corrió su primer maratón?

– Muchos. Oficializar a las mujeres en el Maratón de Boston, ganar la de Nueva York... Pero lo más importante fue conseguir el maratón femenino en unos Juegos Olímpicos. Quiero dar las gracias al Comité Olímpico Internacional porque dijeron «queremos igualdad para las mujeres» y obligaron a los países a hacer eso.

– La transformación de las mujeres ha sido enorme.

– Al principio las mujeres se comportaban mal conmigo. Creían que las cosas que hacía no eran las correctas. Eso no era apropiado para las mujeres. Ahora corren y practican deporte. No solo hay que animar a los niños a hacer deporte, sino que también a las niñas. Las madres están logrando grandes cambios a diario.

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– ¿Cómo se siente al ser considerada un icono?

– Me siento honrada. Aunque a veces me siento bastante vieja (ríe). Mi problema siempre ha sido que nunca me he dado cuenta de mi edad. Mi marido sigue recordándome que debo dejar de hacer cosas peligrosas. A día de hoy sigo pensando que puedo hacer cualquier cosa. Estoy muy agradecida de que digan que soy un icono, pero necesitan transmitirlo.

– Eres la creadora de la comunidad 261 Fearless.

– Estamos en 13 países y ahora hemos empezado a llegar a mujeres refugiadas afganas. Hemos tenido un grupo de 15 mujeres corriendo con nosotras porque habían sido aceptadas. Estamos comenzando una nueva vida. Los talibanes ya no pueden decirnos qué hacer porque ya estamos aquí. Pienso que aquellas mujeres que escapan y practican diferentes deportes influirán en la gente de su país.

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Preocupación

«Las mujeres tienen miedo de envejecer, pero si hicieran ejercicio podrían conservar gran parte de su juventud y vitalidad»

– ¿Existe algún país donde usted siente que su influencia ha tenido un impacto significativo?

– Podría darte muchos ejemplos. En 1978 organicé la primera carrera de ruta femenina en Brasil. El jefe de la Federación dijo que no iba a venir nadie y que la carrera no tendría éxito. Finalmente fueron 7.000 mujeres. Cuando vio a tantas mujeres se quedó conmocionado. Había mujeres que no tenían zapatillas. Ni Nike ni Adidas. Es muy fuerte. Al final sin tener nada económico obtienes una medalla y una camiseta.

– ¿Cómo ha visto el movimiento por la igualdad a nivel mundial en los últimos años?

– Africa es un buen ejemplo. Las etiopes, kenianas y ugandesas, algunas mujeres eritreas, nunca tendrán esa oportunidad. Son reclutadas por entrenadores y agentes. Les dan oportunidades para competir y recibir una educación. Luego regresan y construyen pozos, educan a los niños, etc. No todas las historias son felices, pero básicamente cambian la sociedad.

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– Su libro 'Marathon Woman' ha tenido mucho éxito.

– Un taxista fue quien me motivó a escribirlo (ríe). Estaba en el vehículo junto a mi marido después de estar ayudando a retransmitir el Maratón de Boston. Él me preguntó: «¿Alguna vez escuchaste la historia de la mujer que saltó a la carrera y fue atacada?». El señor comenzó a contar la historia mientras mi marido me agarraba. Pagamos y nos bajamos. Le pregunté por qué no me había dejado decirle que era yo. Su respuesta fue: «Porque así se cambia la historia».

Futuro

«Quiero y deseo que la imagen que tenga la gente sobre mí sea como una mujer joven que tuvo coraje»

– Además está traducido al castellano.

– Quise traducirlo porque hay un enorme mercado de habla hispana en Estados Unidos. Fue demasiado difícil hasta que Elisa Fernández Vic me escribió. Ella es de Bilbao. Acudió a un chico que tiene una tienda de deportes y una editorial allí y le dijo: «Por qué no tienes este libro en castellano?». «Lo traduciré», respondió. No me importaba el dinero. Solo quería que el libro saliese a la luz. Mañana estaré con ella y estoy muy contenta.

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– La versión en castellano tiene imágenes de San Sebastián.

– Quiero que la gente sepa que esta no es una historia estadounidense. Quiero hacer hincapié en cómo todos los países alientan a las mujeres. La Behobia-San Sebastián es una de las carreras más famosas de España y no me quería olvidar de ella.

– Lleva sin venir a San Sebastián seis años.

– Es un placer. Aquí he hecho muchos amigos. Mi marido me hizo prometer que reduciría la velocidad y no viajaría. Pero me encantaría volver en 2025 y ejecutarlo. Ellos no me necesitan en la carrera, me necesitan para que les ayude a animar a las mujeres a prepararse para la Behobia-San Sebastián. Por eso estoy aquí.

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– ¿Tiene en mente escribir otro?

– Sí, lo necesito. Quiero escribir uno sobre lo mucho que ha cambiado la historia desde entonces, sobre los Juegos Olímpicos, la revolución de las mujeres en África, mi campaña 261...

– ¿Cómo quiere que le recuerde la gente dentro de 50 años?

– Quiero y deseo que la imagen que tengan de mí sea como una mujer joven que tuvo coraje.

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