El Zinemaldia como lugar de encuentro

Ya vivimos una época en Euskadi en la que, incluso, pensar diferente te podía convertir en reo de muerte. La situación ha mejorado, obviamente, y la desaparición de la violencia política permite una convivencia cada vez mejor. Pero ahora, desde la arena política, pero también para discusiones más banales en público o sobre diferentes temas, es difícil encontrar espacios de debate en libertad y con tranquilidad.

El auge de la extrema derecha en el mundo en general, y algunos temas complejos que preocupan a los ciudadanos, como el de la emigración, no ayudan. Por eso, creo que la cultura en general y el cine en particular, deben ayudar a crear lugares de encuentro en donde ciudadanos que entienden la vida de manera diferente, puedan convivir, intercambiar sus opiniones y darse una oportunidad de comprender al otro e, incluso, de abrazar sus ideas.

Desde el Festival de Cine de San Sebastián siempre hemos defendido que nuestro Festival tenía que ser uno de esos lugares. Un lugar donde cualquier discurso pueda ser enunciado, con una única condición: el respeto a las otras ideas siempre que estas también sean respetuosas con las de otros que piensan diferente.

Nuestro instrumento para esto, para crear estos espacios y fomentar el debate, es el cine, son las películas y sus equipos y las personalidades que nos visitan.

Siempre hemos programado películas con puntos de vista diferentes y a veces contrapuestos. A veces habremos acertado y otras no. Pero siempre hemos intentado que el discurso no fuera unidireccional y que fomentara el intercambio de ideas. Es por ello por lo que creamos el departamento de Pensamiento y Debate, que plantea conferencias, mesas redondas y encuentros sobre temas de actualidad, siempre con el audiovisual como marco de referencia, a los que se puede acceder de manera gratuita.

Creemos que el Festival de San Sebastián tiene que ser un lugar donde el público, los medios de comunicación y la industria disfruten y les sea útil, pero también nos gustaría que fuera ese lugar que he planteado en mis palabras anteriores.

No queremos un Festival de un solo color, monocorde. El equipo de selección y dirección del mismo está formado por personas con diferentes maneras de entender el cine y la vida. Convivimos y trabajamos juntos en base al pacto, al acuerdo. Y queremos que quienes nos visiten representen la pluralidad de la sociedad en la que vivimos.

Por eso no me cansaré de repetir que en este Festival es bienvenido todo el mundo, desde el más conservador, hasta el más progresista. Los únicos que no queremos entre nosotros son los que intentan imponer sus ideas, aquellos que no respetan las ideas de quienes no piensan como ellos.

Por todo ello, bienvenidos a una nueva edición del Zinemaldia, a una nueva edición de este festival que pertenece a todos los ciudadanos que quieran acompañarnos.