Crítica a 'Un viaje en primavera': Anciano mirando cascada

'Chun Xing' pronto nos meterá en la vida de ese señor, que tiene un pie doblado y es muy arisco con su esposa. Viven en una casa aislada a la que deben subir por pesadas escaleras. Ella gana algún dinero recogiendo y reciclando botellas de plástico y latas. Él se frustra por no poder reparar una tubería. Reprocha a su esposa estar siempre quejándose, cuando es él quien tiene más dificultades para aceptar su vida y a sus distanciados hijos.

Rodado en Super 16mm., naturalista, pausado y sin sobresaltos, el largometraje da un giro cuando la esposa fallece y él decide meter su cuerpo en un arcón frigorífico y continuar su vida. Cambia su gesto enfadado por la tristeza del luto, mientras parece intentar resistirse a la pérdida.

La propuesta es poquita cosa. Se queda corta, suena a ya vista, no transmite nada nuevo desde su minimalismo de silencios y lluvias. Apenas sí consigue construir un estado de ánimo entre afligido y sereno a lo largo de las idas y venidas del cojo señor, apoyándose en los paisajes, que a veces vemos desde la ventanilla de un autobús, hasta el esperado regreso a la cascada.